24. Casa sola

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Este capítulo contiene escenas +18 Leer bajo su propio riesgo. 

Recordatorio de que todos los personajes ya son mayores de edad. 

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Justo te encontrabas sobre su regazo rasguñando su espalda en el sillón de tu sala dando pequeños brincos causando embestidas, bueno, su sala. Ya que ambos ahora viven juntos. 

-Si sigues moviéndote así me voy a venir _______ - dijo Draken entre gruñidos. 

-Esa es la intención cariño - y en cuanto dijiste eso te dio una nalgada. 

-El que va a dar las órdenes aquí, voy a ser yo. - dijo y te cambió de posición. 

Pero... ¿Cómo llegaron aquí? Bueno. 

------------De regreso al hospital-------------

Cuando la enfermera te dio de alta, tu hermano, Alecai, Aoi, Miya, tu novio y Mai se encontraban a tu lado, eran tu mundo aquellas personas. 

-Firme aquí, por favor - dijo la enfermera señalando una zona de la hoja. 

-Listo - dijiste una vez que firmaste. 

-Perfecto, ya se puede ir a casa, cuídese. La herida todavía no sana, por lo que no debe de hacer movimientos bruscos, no puede cargar y mucho menor puede hacer esfuerzos en general. 

El balazo a penas fue superficial, por lo que solo traías una venda que cubría la herida. 

Te cargó Draken y te llevó al coche, tu hermano lo había llevado. 

-Cuídala por favor - dijo tu hermano - sino te mato, aunque seas mi amigo. 

-Tenlo por seguro, lo único que quiero es su seguridad - dijo tu novio y te besó. 

-Frente a mi no, todavía sigo sin procesarlo... - dijo Takashi. 

-¿Celos de hermano? - dijo Mai. 

-Es que a ver... ¿tu no sientes celos de que Takemichi esté con Hina? - preguntó a Alecai. 

-Para nada... - dijo comiendo papas que había comprado en la máquina expendedora del hospital. 

-Olvídenlo... solo cuídala, ¿ok? - dijo Takashi. 

-Claro, nos vemos luego. - dijo Draken y te subió al coche, te sentó en el asiento del copiloto y te besó. - Vámonos a casa, mi amor. 

Te cerró la puerta y el se subió en el asiento del piloto y arrancó, el camino a casa fue tranquilo, incluso te dormiste un poco, pero te despertaste por que se paró en el supermercado, pero cuando te despertaste ya era tarde, el ya se había ido y solo podías esperar. 

Al cabo de unos minutos regresó y llegó con varias bolsas y las guardó en la cajuela del coche. 

-Despertaste, no era mi intensión. - dijo y te besó. - fui a comprar algunas cosas para cenar y también tus medicinas. 

-No pasa nada, solo quiero estar contigo - el efecto de la anestesia comenzaba a irse por lo que te empezaba a doler la pierna. 

-¿Estás bien? - preguntó tu novio. 

-Sí, solo que la anestesia ya se está acabando y me está doliendo - dijiste con un quejido al final. 

-Espera aquí - dijo y salió del coche y fue por algo a la cajuela, la cerró y volvió a subirse al coche - tómate 2 de estas, son para el dolor, estaban en la receta del doctor. Aquí tienes agua. 

Lo peligroso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora