Capítulo 27: "¡Está Loca!"

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Terminamos de desayunar, Will, Ángela y (Tn) fueron a dar el chequeo respectivo del rancho: Cámaras, puertas, llaves, autos, etc. Algo que para mi es súper aburrido. Yo estaba en el despacho con Debbie realizando mi chequeo de la presión.

— ¿Cómo va todo? — pregunté.

— Estás en el rango normal, estás muy bien — sonrió.

— Qué bueno escucharlo — la miré — por más que esté bien, realizaré esto de por vida, ¿Cierto?

— Así es — guardó el aparato — y... ¿Cómo va el corazón? — se sentó al frente mío.

— Bien, latiendo como siempre — dije en pequeñas risas.

— Muy gracioso — sonrió — no me refiero a eso, si no... Al amor.

— Pues... — la mire fijamente — lo sabes, ¿Verdad?

— ¿De lo que tienen Tú y (Tn)?, claro — sonrió — es más que evidente, cuándo están juntos botan chispas.

— ¿Enserio? — me puse de pie.

— Así es, pero tranquilo. Mi boca permanecerá cerrada — sonrió.

— Te lo agradecería mucho — sonreí.

Salimos del despacho y la acompañé a su auto, le pedí que se quedara almorzar con nosotros, pero tenía cosas que hacer y no quería que las cancelara por mi. Me fui a la caseta y no había nadie, me pareció súper raro porque siempre hay uno o dos.
O sea si viene alguien con la intención de matarme, lo haría y nadie me defendería. Lo bueno era que practiqué karate por un tiempo, comencé a hacer una que otra pirueta y escuché risas viniendo detrás de mí.

— No sabía que usted podía hacer eso — dijo José riéndose.

— Pareces un loco — rió (Tn).

— ¡Basta! — dije serio — ¿Dónde estaban? No había nadie en la caseta — señalé aquella pequeña casita.

— Fuimos hacer una pequeñas revisiones por todo el rancho — dijo Will.

— ¿Todos? — pregunté.

— Si, ¿Hay algo de malo en ello? — (Tn) cruzó los brazos, eso no es una buena señal.

— Por supuesto — dije — si viene alguien con la intención de matarme, lo haría y nadie se imaginaría lo que está pasando.

Ni bien terminé de hablar (Tn) comenzó a reír de la manera más divertida que todos se unieron a su risa, el único serio, era yo.

— Ves muchas películas, Michael — dijo acomodándose el saco.

— Señor Michael, no tiene nada de que preocuparse — dijo José — en la puerta principal hay un sensor que capta cualquier movimiento y cuándo lo hace, manda un señal que hace vibrar mi reloj — lo señaló — y en ese caso tenemos un plan de evacuación para usted — culminó.

La verdad que no entendía nada de lo que me estaba hablando, fingía entender, pero era así.

— No tienes nada de que preocuparte, Michael — dijo Will — estás con el mejor equipo.

— Lo sé — sonreí.

Cada uno volvió a sus deberes, (Tn) y Ángela entraron a la casa para ayudar a Martha en la cocina, mientras que yo tenía en brazos a la pequeña Bonnie. Tenía unos ojos azules zafiro, su cabello era un rubio dorado y su tez era neutra, ni tan clara ni tan oscura. En conclusión, era hermosa, su padre fue un tonto en dejar a Ángela que es un estupenda mujer y madre.

Mientras que la contemplaba, una voz familiar interrumpió el momento.

— Yo quiero cargar aquella pequeña — dijo mi pequeña hermana que había venido a visitarnos.

Corazón Valiente (Novela De Michael y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora