A través del libro

14.

ESPECIAL HALLOWEEN II

Draco

Despertar con gritos por toda la casa se estaba volviendo un hábito que no me gustaba para nada. Mis padres están volviendo a esa etapa en la que no pueden ni mirarse. Y con mayor razón he querido alejarme de esa casa últimamente, pero no puedo, me tienen encerrado en mi habitación.

Los castigos no eran nada a comparación de las palabras hirientes que recibía cada día.

El deseo de poder ver a mis amigos y a Harry, y poder salir de esta maldita casa iban a volverme loco.

Era un Martes cuando pude ver a Astoria y a Harry en la cafetería por primera vez después de varios días. Algo habían comentado sobre una fiesta, claro que iba a ir, aunque no me gustaban ese tipo de fiestas donde asistían demasiadas personas, prefería leer toda la tarde, pero ahora ya no es lo mismo; el ambientes es tenso, hasta en mi habitación.

Tenía que ir disfrazado, ¿pero de qué?

Quizás debería pedirle ayuda a alguien. Pero no podía ser Astoria, me preguntaría el porqué de mis faltas al café y no quería hablar sobre el tema de mis padres; Zabini no sabría qué hacer, digamos que no tiene mucha imaginación y.... la única opción que me queda es Pansy.

No puede ser.

Eso me pasa por no tener más amigos.

Creo que tendré que hablarle.

Me pasé casi toda la mañana intentando contactarla, hasta que por fin pude tenerla frente a mi.

— ¿Necesitas algo? Luces bastante mal.

— Hola, ¿qué tal todo? Pudiste empezar con eso, no siempre es necesario que seas tan directa.

— Bueno, ¿qué es lo que quieres?

— Necesito tu ayuda con algo.

No sé por qué pedirle algo tan sencillo me parecía algo tan complicado.

— ¿Sobre qué?

— Mmm... necesito que me ayudes a hacer un disfraz.

Se formó una sonrisa en su cara y empezó a reírse.

— Sabía que esto era mala idea, sólo déjalo.

Podía sentir mi cara arder.

Mierda. ¿Por qué se lo pedí?

Claro, porque quieres asistir a esa fiesta solo para salir de esta jodida casa.

— No, no. Espera.— dice Pansy tomándome del brazo. — Te ayudaré, sólo que nunca imaginé que me  pedirías algo como esto, después de lo que pasó.

Me quedé en blanco.

— ¿Lo recuerdas, cierto?

Hubo un silencio.

—¿Recuerdas cuando me llamabas cuando estabas aburrido o borracho solo para satisfacerte? Sabías que yo haría lo que fuera solo por ti — su sonrisa desapareció. — Eres un idiota, Draco.

— Lo siento. No era mi intención hacerte tanto daño.

— Ambos sabemos que no lo sientes, tus intenciones fueron muy claras desde el principio, pero estaba tan cegada por tu amor que no quise darme cuenta.

No sabía que decir, me quedé en silencio hasta que terminara de hablar. Sus palabras me enseñaban quien era yo realmente.

— Hice tantas cosas por ti, pero sé que dirás que ni siquiera las pediste.