Días de calor

7 0 0
                                    

Supe que te quería de otra forma cuando, al verte bailar con aquella compañera de clases, sentí una extraña quemadura en mi cuerpo.

Definitivamente no era gastritis porque no me dolía el estómago, me dolía el corazón. 

Me dolía que la hubieras elegido a ella como compañera de baile. En ese momento quise apartarla de ti y decirte que yo podía ser tu pareja, que no sabía bailar muy bien, pero que estaba dispuesto a intentarlo. Es más, había planeado comenzar la conversación hablando sobre el artista que sonaba de fondo y lo mucho que disfrutaba su repertorio...

Obviamente era una mentira porque yo detestaba bailar con música lenta de fondo y escuchar las letras tan cursis y mugrienta mente románticas que habitaban en esas canciones, pero a ti te gustaban así que podía ser una buena idea.

De todas formas, esos planes solo quedaron clavados en mi cabeza pues nunca te lo dije, no me acerque a ti y te propuse que fueras mi pareja de baile ni muchos menos me atreví a decirte lo mucho que me había desagradado verte bailar con otra persona.

Ahora que lo medito mejor, me arrepiento mucho de no hacerlo, es decir, hubiera pasado la vergüenza de mi vida con mis pocas habilidades para el baile... Pero al menos tendría un recuerdo de nosotros bailando juntos, con música romántica de fondo y mirándonos con esa mirada cómplice que siempre le dirijamos al otro.

En ese entonces me sentí muy confundida; se suponía que eras mi mejor amigo, mi cómplice, mi compañero, incluso podía llamarte "hermano de otra sangre".

Pero supe que ni eso podía repetir porque el cariño tan fuerte que te tenía no era porque te sentía como un hermano perdido, era porque te quería mas allá que lo que una amistad permite.

Estaba dispuesta a abrazarte, besarte, decirte todo lo bueno del mundo y comenzar una relación romántica. Una relación tan fuerte y bonita como de esas que veíamos pasar en las novelas de las nueve, con sus momentos tóxicos por lo inmaduros que éramos, pero queriéndonos como la mierda.

Entendí que quien te ve como una amistad no desea hacer esas cosas contigo,  mucho menos esta dispuesta a acompañarte en todos tus momentos y etapas dándote palabras de aliento y cariño... con besos.

Un cariño tan cursi y ridículamente fuerte que hace que mi corazón palpite como si un tigre me amenazara cada segundo con comerme.

------

Basado en un caso de la vida real ;)


diciembre I YoonMinWhere stories live. Discover now