Querido Diario

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30 de Octubre de 1999

Querido diario:

Hoy en el rancho al despertarme, mi padre me dijo que me vistiera rápido y bajara para ver si el ternero estaba bien, ya que no se escuchaban ruidos desde las 3:00 am. Lo más rápido que pude me vestí y salí con mi padre al corral de nuestros terneros, solo para ver una escena que me heló la sangre y me dejó petrificado.

ALGUIEN HABÍA MATADO A NUESTRO TERNERO DE UNA FORMA HORRIPILANTE.

Las palabras no son suficientes para describir la condición en la que estaba nuestro ternero. Mi padre me dijo que le hablara a mi madre y que le contara lo sucedido junto con sus sospechas del regreso de la secta del ternero. Más rápido que un rayo fui a despertar a mi madre y le conté todo lo que mi padre me dijo, a lo que mi madre salió corriendo a donde estaba mi padre para observar lo que yo había visualizado apenas unos minutos atrás.

Cuando terminaron de hablar y limpiar los restos del pobre animal, me ordenaron que no abriera la puerta de la casa por nada del mundo en estos tres días siguientes (algo extraño, pero con gusto acepté la orden de mi padre). El desayuno y la comida estuvieron tranquilos, y en la cena mi padre me volvió a ordenar que no abriera la puerta por ninguna razón.

Después de la cena mis padres subieron a su habitación y yo me quedé leyendo mi libro del Tesoro Maldito hasta que alguien tocó la puerta. Corrí a la ventana de la cocina para ver de quién se trata y lo único que vi fue a una niña de 10 años disfrazada de bruja sosteniendo una canasta, esperando que le abran para pedir dulces. Le dije desde la ventana que se fuera porque no daríamos dulces, a lo que ella se dio la media vuelta y dijo en alguna lengua extraña "Cave maléficos", lo que me extrañó, pero no le di importancia.

31 de Octubre de 1999

Gritos. Lo único que se escuchaba cuando me desperté eran gritos viniendo del exterior. En un santiamén me vestí y salí a ver la escena que provocaba tanto terror en mis padres. Lo primero que logré visualizar fue que el pasto había sido pintado por un color escarlata algo extraño y a mi madre gritando como loca viendo algo que yo no lograba visualizar desde mi lugar, así que me acerqué... Dios, no puedo dejar de arrepentirme de haber dado 3 pasos más... con 3 simples pasos pude ver el cuerpo de un bebé de 5 meses, o más bien los trozos que quedaban de ese pobre infante, esparcidos por todo ese pasto color escarlata, el color de la sangre...

Curiosamente ese escenario estaba en el corral del ya fallecido ternero, cosa que me hizo sospechar de que las palabras que me dijo la niña ayer tenían algo que ver con éstos tenebrosos y asquerosos sucesos, así que de inmediato me dirigí a la biblioteca para investigar el significado de esas palabras. Al buscar las palabras que me dijo la niña ayer, me apareció que estaban en latín, una lengua que se considera extinta, cosa que me pareció extraño, pero no le di tanta importancia. Encontré también un traductor de latín a español, y cuando traduje esas palabras casi me da un infarto, ya que su significado es "cuidado con los brujos". Corriendo fui a mi casa y le conté a mis padres lo que pasó ayer cuando tocaron la puerta y el espantoso significado de esas palabras. Ellos solo se limitaron a decir que esa información era muy útil y subieron a conversar en su habitación, dejándome con muchas preguntas y ninguna respuesta. La comida y la cena transcurrieron con normalidad. Después de la cena mis padres y yo nos fuimos a jugar un juego de mesa en familia, hasta que tocaron de nuevo a la puerta. Mi padre inmediatamente se levantó y dijo que él vería de quién se trataba. Fue al clóset y agarró su escopeta, preparado para resolver la situación.

Regresó 8 minutos después, con una cara blanca como la lana de un borrego y la escopeta en el hombro, todavía con balas en su interior. Cuando le preguntamos qué sucedió, se limitó a decir que alguien le dijo que debería de tener cuidado esa noche, él no supo identificar que persona era, pero pudo observar que tenía un cráneo de un animal en sus manos. Estoy escribiendo ésto antes de irme a dormir en la cama de mis padres, asustado y con los nervios al límite gracias al tenso ambiente que generó lo sucedido con mi padre y aquella sombra.

1 de Noviembre de 1999

Abrí los ojos, volteé a ver si mis padres estaban a mi lado, tranquilizándome al saber que no les pasó nada, eso creía yo hasta que traté de despertarlos, solo para descubrir que ninguno respondía a mis desesperados intentos de lograr mi objetivo. Me bajé de su cama y vi que no tienen signos de vida. Me hubiera puesto a llorar de no haber sido porque mi madre me llamó por mi nombre... Ahora si abro los ojos, y me doy cuenta de que eso solo fue un horrible sueño. Me levanto y veo que mis padres ya están listos para ir a la fiesta del pueblo, por lo que voy rápido a mi cuarto y me arreglo para irme con ellos.

Llegando a la fiesta desayunamos y nos pusimos a platicar con la gente. Por alguna razón salió el tema de la muerte del bebé, así que mi padre contó la historia de todo lo que nos pasó estos últimos 2 días, a lo que todos voltearon a verlo, asombrados.

El resto de la fiesta estuvo todo tranquilo, no pasó nada interesante, así que nos fuimos a casa a las 8 de la noche.

Llegando a nuestro hogar nos dimos cuenta que el ambiente se sentía diferente al de la fiesta, más tenso y oscuro, pero no le dimos importancia y nos pusimos a ordenar la casa. Se dieron las 11 de la noche y nos fuimos a acostar, porque el día de mañana había un evento por el día de los niños muertos.

¡Boom! Un disparo.

Rápidamente me levanté de la cama y agarré el bate de baseball que tenía al lado de mi cama y me dirigí hacia el lugar del que vino el sonido.

Lo que veo me deja horrorizado.

Alcanzo a ver mucha gente con túnicas negras y una persona con túnica roja, ésta última sosteniendo la escopeta de mi padre, con la cual asesinó a mis padres. La persona de túnica roja nota mi presencia y empieza a recitar alguna especie de conjuro, y haciendo aparecer a algún ser extraño con cuernos, cara roja, mirada endemoniada y expresión malévola. Lo último que siento antes de perecer es alguna sensación parecida a cuando se te rompe algún hueso.

Querido diario:

Fallecí.

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