tres

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Era imposible escribir en esas condiciones.

En primer lugar, el cuarto era minúsculo; un pequeño rectángulo lo bastante ancho para albergar las camas a cada lado de la puerta —cuando la puerta se abría, de hecho golpeaba la orilla del colchón de Minghao— y sólo lo suficientemente profundo como para meter un escritorio a cada lado de las camas y las ventanas. Si alguno de los chicos hubiera traído un sofá, ocuparía todo el espacio disponible en el centro de la habitación.

Ninguno trajo un sofá. O una televisión. O alguna linda lámpara.

Joshua en realidad no parecía haber traído nada personal, además de su ropa y una tostadora completamente ilegal, y además de Jeonghan, quien estaba tumbado en su cama con los ojos cerrados, escuchando música, mientras Joshua golpeaba su computadora (era una mierda, tal como la de Minghao).

Minghao estaba acostumbrado a compartir una habitación; siempre había compartido la habitación con Jihoon. Pero su cuarto era casi tres veces más grande que este. Y Jihoon no ocupaba tanto espacio como Joshua. Espacio figurativo, espacio en su mente. Jihoon no se sentía como compañía.

Minghao aún no sabía qué pensar de Joshua...

Por un lado, Joshua no parecía interesado en permanecer despierto toda la noche, platicando sobre su día y sus romances, convirtiéndose en mejores amigos por siempre. Eso era un alivio. Por otro lado, Joshua no parecía interesado en Minghao en absoluto.

En realidad eso también era un alivio. Joshua daba miedo.

Hacía todo enérgicamente. Abría la puerta y la cerraba de golpe. Era más grande que Minghao, aunque éste era un poco más alto, Joshua tenía mayor masa muscular, su espalda era más ancha y sus brazos estaban perfectamente ejercitados. Parecía más grande. En el interior también.

Cuando Joshua estaba en la habitación, Minghao trataba de mantenerse fuera de su camino, trataba de no hacer contacto visual, él pretendía que Minghao no estaba allí, así que éste fingía eso también. Generalmente eso parecía funcionar para ambos.

Pero justo en ese momento, pretender no existir le hacía a Minghao muy difícil el escribir.
Estaba trabajando en una complicada escena: Edward y Jacob discutiendo acerca de si los vampiros podían ser realmente considerados buenos y también si los dos debían ir juntos al baile de graduación. Se suponía que todo iba a ser divertido, romántico, y meditado, que por lo general eran especialidades de Minghao (era muy bueno para escribir sobre la traición y la angustia también).

Pero no podía pasar de: «Jacob recorrió su cabello de sus ojos y suspiró». No podía ni siquiera conseguir que Edward se moviera. No podía dejar de pensar en Joshua y Jeonghan sentados detrás de él. Su cerebro atascado en ¡ALERTA DE INTRUSO!

Además, se moría de hambre. Tan pronto como Joshua y Jeonghan salieran de la habitación a cenar, Minghao se iba a comer un frasco entero de mantequilla de maní. Si alguna vez se iban a cenar. Joshua seguía golpeando como si fuera a escribir a través del escritorio, y Jeonghan seguía sin marcharse, y el estómago de Minghao comenzaba a gruñir.

Agarró una barra de proteínas y salió de la habitación, pensando que daría un rápido paseo por el pasillo para despejar la cabeza.

Pero el pasillo era prácticamente un conocer y saludar. Cada puerta estaba abierta, a excepción de la de ellos. Los estudiantes se arremolinaban alrededor hablando y riendo. Todo el piso olía a palomitas de maíz quemadas en el microondas. Se metió en el baño y se sentó en uno de los compartimientos, desenvolviendo la barra de proteínas y dejando caer lágrimas nerviosas por las mejillas.

Dios, pensó. Dios. Está bien, esto no es tan malo. En realidad no hay nada de malo. ¿Qué pasa, Minghao? Nada.

Se sintió tenso por todas partes ¡Colapsando! Y su estómago estaba ardiendo.

fanboy ◑ hanhao/jeonghaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora