Capitulo 5

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Caminábamos hacía unos 10 minutos, el oscuro sendero por donde nos encontrábamos solo estaba alumbrado por la tenue luz de la luna. El hombre que se encontraba a mi derecha no había dicho ni una sola palabra, me miraba siempre de soslayo, pero no decía nada. Mis pensamientos iban a distintas direcciones, no sabia que iba a pasar, pero lo único que sabia era que no sentía miedo.

El viento se sentía fuerte, se escuchaban las hojas moviéndose en diferentes direcciones, las ululaciones de las lechuzas se escuchaban a mi izquierda, era una noche preciosa con una luna llena.

—¿Te puedo hacer una pregunta?— dije, mirando una estrella que brillaba fuerte

—Ya la hiciste—dijo alzando los hombros

Pero... idiot

—Otra tarado— dije mirándolo, caminábamos un poco mas rápido

Hizo un sonido de aprobación asintiendo la cabeza

—La mujer dijo algo que... bueno, me tiene carcomiendo mi cabeza—Respire profundo, dejando entrar el olor a tierra mojada y césped recién podado—. Dijo que te había herido, pero no te recuerdo de ninguna parte, trato de acordarme si te he visto antes, pero me es imposible.

Aaron raspo su garganta moviéndose incómodo. Su mirada pasó de enfrente a un lado.

—No creo que sea importante

—¿Entonces si te herí?— fruncí el entre cejo

—Si.

—¿Y como es posible que no me acuerde?

—¡Ya basta de preguntas!, yo solo estoy aquí para llevarte, no para darte explicaciones— volteo su rostro hacia mi, la tenue luz que nos daba la luna no era suficiente para lograr ver sus ojos.

—Nunca te había visto, nunca habíamos hablado, como es posible que sepas mi nombre y que yo te hubiera herido, es que no tiene....

No logré terminar porque Aarón se detuvo en seco y me callo con un "shh"

—Hablas mucho, pensé que iba a ser más sencillo llevarte—Suspiró alterado.— me se tu nombre porque me hicieron seguirte desde que cumpliste tus 6 años, fin de la conversación.

—Per...

—FIN de la conversación, ¿entendido? Y ya no hables— dijo, retomando el paso pero ahora con mayor velocidad.— Odio todo es...
su voz se escuchó como murmuraciones, por la velocidad en la que empezó a caminar no logré saber que decía. Tuve que correr para poder alcanzarlo, mis piernas eran largas pero el era más alto como de 1.95

El camino volvió a ser un silencio absoluto. Aún pensaba en lo que había dicho y en la respuesta que me había dado cuando le pregunté si lo había herido, pero empecé a pensar en otra cosa que había dicho.

—¿Te enviaron a recogerme?— me detuve en seco y al instante el se detuvo más adelante.

—Te dije que no hablaras— sentí su mirada

—Respóndeme—Puse mala cara, cruzando los brazos y dando golpecitos en el piso con mi pie izquierdo

De un momento a otro una risa ronca se empezó a escuchar adelante de mi

Desde las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora