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—¿Qué sucede?—grité de la rabia que tenía que no me dijeran nada, estaba en un lugar que no sabía que era, no sabía que estaba pasando y con una mujer que no conocía.

—Los dejaré para que hablen.
Me sonrió y salió.

Jack tenía un brillo en sus ojos, pero a la vez parecía tener miedo, sentía que lo que me iba a decir no era nada bueno.

—Estas embarazada—Al pronunciar aquellas palabras sentía que mi corazón dejaría de latir.

¿Cómo podría estar embarazada?.

Mierda

—Jack yo no he estado con nadie—Le dije entre lágrimas y el se acercó a mi sujetando mis manos.

—Te dije que serías mía y ni cuenta te darías—Al decir aquello sentí un escalofrío

—¿Qué?

—Soy yo—se alejo un poco y mi vista empezo a tornarse borrosa, en un cerrar y abrir de ojos Jack no estaba.

Ante mis ojos estaba aquella entidad.

Con sus ojos clavados en mi.

Los dos tenían heterocromia, pero, ¿Cómo podría sospecharon?.

Siempre supe qué Jack era extraño y algo rarito, pero de aquí a pensar que el sería un demonio, jamás. Sin omitir que lo de el siempre fue una obsesión enfermiza 

Ahora entendí porque siempre miraba mis manos como si las deseara, con aquellas manos yo me tocaba, ya entendía sus miradas, ya entendía como era que Jack sabía tantas cosas.
Ya entendía porque intentaba alejarme de Amber.

Mis ojos se inundaron de lágrimas.

Siempre fue el, sentía vergüenza, pero ahora si sentía terror. Siempre supe que guardaba un secreto, pero no que el sería un demonio, no que sería capaz de intentar asesinar a mi amiga, que sería capaz de jugar conmigo de esta manera, ¿y para que?.

Comenzó acercarse a mi y lo único que pude hacer fue correr por aquel pasillo en el que vi una puerta, la abrí y entre aquel lugar.

Cerrando los ojos con fuerza.

Deseando con todas mis entrañas que esto solo fuera una de esas pesadillas, de las cuales cuesta salir, pero al final consigues despertar.

Una mano se posó en mi rostro.

Henry

Sus ojos azules estaban puestos en mi.

Acercó sus labios a mi oído, mi respiración estaba entre cortada y mi corazón latía rápido.

—Hola, bonita—sus dedos comenzaron a jugar con mis cabellos.
—Quiero ir a mi casa—dije entre lágrimas y el soltó una risita.
—¿Me tienes miedo cierto?, puedo sentirlo—pregunto con un tono de voz que parecía como si tratara de seducirme.

Solo quería que Jack apareciera, aunque no supiera quién realmente es el.

Lo necesitaba.

—¿Y ahora?—Unos cuernos empezaron asomarse, saliendo de su cabeza.
—¿Eres el diablo?—Le pregunté y el asintió quitando su blazer, soltando una fuerte risa que me provocaba irritación y terror. 

Ya empezaba a entender de donde provenía tanta rareza y locura de esta familia, si es que lo eran o de verdad se consideraban como una

—¿Nunca escuchaste aquello de que la imagen del diablo era atractiva?, ¿Qué su atractivo físico lograría llevarte al infierno? ¿Y que se mostraría como el quiere que lo vean?—dijo acercando sus labios a los míos.

Mi primer éxtasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora