Amerville

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Algo tan hermoso como aterrador, algo que no se congela con el tiempo porque tiene vida y la contiene, algo que nadie puede decirte como es hoy porque ayer fué diferente, conocido y desconocido ante su inmensidad. Seguramente cuando lo ves te preguntas ¿que habrá más allá?. Lo que oculta entre sus sombras es algo incierto y seguramente ante cada paso que des hacía delante empezaras a pensar en el peligro... es inevitable.

Tú eliges, si decides avanzar o no, puedes solo quedarte a ver ese hermoso paisaje desde lejos, tomar una fotografía y guardarla, o puedes ver que hay un poco más adentro, en la profundidad del bosque.

Desde lejos y solo desde lejos puedes sentirte seguro porque alguien ya te marco un sendero, pero si vas a adentrarte ya viste lo insignificante que eras desde un comienzo y ante la inmensidad de la naturaleza, fuiste advertido, pero si sobrevives, alguien te lo recordara.

Desde lejos y solo desde lejos puedes sentirte seguro porque alguien ya te marco un sendero, pero si vas a adentrarte ya viste lo insignificante que eras desde un comienzo y ante la inmensidad de la naturaleza, fuiste advertido, pero si sobrevives...

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Soy Natali Garrens y mi mundo había cambiado de la noche a la mañana.

No solo abandoné a mis amigos, el instituto y mi trabajo de medio tiempo, si no que terminé en un pueblo abandonado en medio del mapa para morir del aburrimiento.

Amerville, un pueblo del cual nunca escuché hablar o mencionar y por lo que pude ver en internet su única atracción turística era una prisión de alta seguridad para adolescentes criminales. Absolutamente nada de todo lo que pude averiguar de ese lugar me emociono demasiado y parecía que las únicas cosas "interesantes" que tenían eran; un cine antiguo que solo abría los sábados, un museo con la historia local del pueblo y un restaurante con un menú limitado para los visitantes de la carretera, y tenía el gran beneficio de abrir las 24hs. Nada de todo eso ayudaba a que mis pensamientos cambiaran, solo reafirmaba mi posición "morirá del aburrimiento"

Que gran equivocacion, lo único que sentí mi primer día de instituto fue un terrible terror ante lo desconocido.

...............

Sentía que flotaba en el aire, pero no era real porque en la parte alta de mi espalda y las piernas podía sentir que alguien estaba cargandome entre sus brazos. Podía escuchar sus pasos sobre la tierra donde hojas marchitas y las ramas crujían a cada paso que daba.

Sentía como recuperaba gradualmente el conocimiento.

No fue algo normal, ni natural, ni siquiera me despertaba tranquilamente de un largo sueño o descanso, porque sentia que mientras abría los ojos un terrible dolor me atravesaba el cuerpo acompañado por una terrible jaqueca que me partia la cabeza, todo por el golpe que recibí en la nuca.

Abrí los ojos y todo se veía borroso al principio, manchas verdes y luces claras, hasta que mi vista se acomodó al final pude observar la copa de los pinos juntarse en un cielo completamente despejado. Sabía que íbamos hacía algún lugar, porque la imagen avanzaba y mi corazón volvía a acelerarse ante los pensamientos que volvieron a invadir mi mente.

Perdí el conocimiento después de cruzarme con un chico que pensé que era jodidamente mi tipo y ahora me encontraba en medio del bosque sabiendo que alguien cargaba mi cuerpo.

Sabía que era él.

Lo último que recuerdo es qué sali molesta de la cafetería y lo único que hice cuando llamé la atención de ese chico en el pasillo fue sonreír como una idiota, yo no era así de tonta, pero en ese momento me sentía una y él solo se detuvo en el camino.

Cuando lo vi, lo primero que pensé fue que ese chico me haría olvidar de todas mis preocupaciones si lo conocía, siempre me gustaron los chicos malos, no el idiota que te trata mal, si no el que encuentra algo divertido en hacer las cosas fuera de lo común, esa sensación de alejarme de la monotonía, de ir al límite entre lo que se debería hacer y no, de encontrar lo bueno en lo malo me gustaba, pero creí que me estaba cruzando con un chico malo, no con un psicópata y este definitivamente estaba en otro nivel.

No era el típico chico de chaqueta negra camiseta blanca y pantalones oscuros, este era un especimen diferente, se veía mucho más relajado, alguien que no le dedica tiempo a su cabello pero se ve bien desarreglado, pantalón negro una camiseta negra debajo del sueter azúl oscuro sin mangas que dejaba ver las mangas negras de su remera y sus brazos bien expuestos y entrenados llenos de tatuajes.

Había algo de ese aire de chico malo en él, solo que estaban en los lugares que no acostumbraba a ver. Sus ojos grises fueron mis favoritos cuando lo vi, tenía un delineado que no era algo que me llamaría la atención en un chico, pero tenía que admitir que en él quedaba increíble, solo resultaban lo misterioso, fascinante y atrapante que eran sus ojos grises. Quizás ese maquillaje y los tatuajes que asomaban por sus brazos y su cuello le daban más de lo que un pedazo de cuero y metales en el cuerpo le podían dar.

Creí que al fin había encontrado algo bueno en ese pueblo fantasma y ahora sentía que ese enfermo fue lo pero que me paso en ese lugar e incluso entraba en la categoría de "lo peor que me pasó en la vida" cuando le di la espalda estoy segura de que me noqueó por la espalda. Cuando más pensaba en esa situación extraña, peor me sentía.

Lance un quejido ante lo fatal que me sentía y llamé su atención, sus ojos grises fueron en mi dirección, un brillo gris en ellos me pareció algo desconocido, pero no duro demasiado mi interes en ese detalle porque el tirón en mi nuca me recordó que había algo más importante dentro de mi cuerpo que me estaba dejando en claro que moverme libremente no estaba permitido.

_ Hug _ me quejé.

_ Tranquilízate, ya llegamos _

Su voz era pesada y firme, pero que me diga con un tono tranquilo que me tranquilice como si fueran una orden no hizo el efecto que él deseaba en lo absoluto, apenas y pude gruñir por la bronca.

"No me digas que me tranquilice maldito enfermo y mucho menos me informes de que ya estamos por llegar" pensé

Lo estaba maldiciendo en mi mente mientras el revoltijo en mi cabeza se tomaba un tiempo que yo no deseaba tomarme para poder moverme.

No me había dado cuenta hasta ese momento, pero nos movíamos a una buena velocidad, como si caminara sin nada entre los brazos. Y como si hubiéramos llegado, se detuvo y me dejo en el suelo con cuidado, después se sentó a un lado en un tronco muerto no muy lejos, tampoco apartaba sus ojos de mí, mientras que yo trataba de incorporarme y sentarme en el lugar con la poca fuerza que había recuperado. Apoyo sus brazos sobre sus piernas y empezó a hablar.

_ Las selecciones de marcas están por empezar. Te diré las reglas del juego y después me marcho _

_..._

Luna y MarcaWhere stories live. Discover now