MOAN: La bisexualidad solo era el principio

Capítulo 1

Voy camino a la parada del bus. Por la calle me cruzo con Adam, el hijo del vecino de enfrente, y me fijo con sus perfiladas piernas ceñidas por el largo pantalón de felpa. Cómo me gustaría verlo sin ese chandal. Dejo escapar un gemido, pero parece que Adam no lo ha oído. Entre miradas y silencio llegamos al destino. Cuando llega el autobús subo el segundo, detrás de Role, la chica adinerada del barrio. Me siento y me acomodo al lado de Min y, como cada mañana, la joven me da dos besos.
Llegamos al instituto y de inmediato suena el timbre. ¡Ring! Al entrar a la clase Colinne se aproxima hacia mí y se me insinúa tocándose su enorme trasero. Sin poder evitarlo miro hacia abajo pero ella me levanta la cabeza con su pequeño y suave dedo índice. Sus labios se acercan a mi oreja, y, con el calor que desprende sus pechos tocando mi torso, me susurra:
-Hoy al baño de chicas- me sonríe y le devuelvo la risita.
Las dos primeras horas de sociales y matemáticas transcurren muy lentas. ¡Ring! Hora del recreo. Me dirijo rumbo al baño, donde me espera esa preciosa criatura. Al entrar la veo allí al fondo con una postura sensual, pero no una de sus mejores. Le doy un intenso beso en los labios cogiéndole su larga melena. Pasan dos minutos intensos de besuqueo hasta que me mete la mano en el paquete. Gimo. Me baja los pantalones hasta las rodillas y se arrodilla delante de mí. Besa los bóxers y me quita el miembro. Antes de procesar a lamerlo, me lanza una de sus risitas rebeldes. Ahora sí, el momento que tanto esperaba está a punto de suceder.
¡Ring!
- ¡Mierda!-exclamo aún caliente.
Llegamos a la clase unos minutos tarde, yo con la brocheta abierta y Colinne despeinada.
Ya estoy en el autobús en marcha a casa. Como pollo con patatas fritas y doy un vistazo al Whatsapp. Con la tontería ya son las 5 de la tarde y me visto para ir a correr.
Salgo a la calle. Hace viento, no frío. Paro al parque para beber agua de la fuente. Me arrodillo para matar la sed y, en levantarme, veo a Adam que estaba mirando mi culo. ¡Mi culo!
-Hola Adam- le digo mientras me friego el agua de la cara con la manga del jersey.
-Hola. ¿Qué...
-¿Te apetece venir a mi casa? Mi madre se ha ido de compras y mi padre está trabajando.-le interrumpo.
-Claro.-apenas le oigo de lo nervioso que está.
Había notado que, por el camino, Adam me había mirado varias veces mi trasero. Llegamos a mi casa, y le enseño donde está el lavabo, el comedor y... mi cuarto.
Se frena en seco y me coge de la cintura. Al ser más alto que yo, tengo los ojos clavados a su barbilla. No parece reaccionar, así que me adelanto y le beso en la boca. Lo tiro a mi cama y le quito la camisa. Besos. Después intenta quitarme la mía, y le dejo. Nos cambiamos de posición, él arriba y yo abajo. Me lame cada un de mis abdominales marcados. Luego procede a atender a mi órgano viril. Fuera pantalones, fuera bóxers. Me lo chupa, de arriba abajo. A pesar de la gran dimensión de mi pene le entro todo por la garganta, TODO. Gimoteos. Con la mano le aprieto la cabeza para que acelere. Más gimoteos. Llegó el momento. Parecía preparado para lo que iba a suceder.
-¿Ya?-le pregunto.
-Ya.-me responde muy convencido.
Cojo un condón del cajón escondido de mi armario y me lo pongo mientras el levanta y abre sus delgadas piernas con la espalda boca bajo. Antes, introduzco dos dedos en el ojete y después la lengua. Adam gime.
-¿Estás preparado, nene?-le susurro con voz sensual.
-¡Sí!- me grita entre gimoteos.
Le penetro a poco a poco, hasta al fondo. Gemimos los dos. Saco mi miembro y lo vuelvo a envestir, con fuerza. Ya con su ano dilatado, comienzo a moverme dentro de el con total libertad. Le beso aún con mi pene dentro. Tras varios minutos, me corro. Gimo, casi grito.
Nos vestimos rápido y Adam se dirige hacia la puerta. Al salir le doy un cachete en su pequeño y todavía dilatado culo.
-Ha ido bien, la próxima irá mejor-le digo con una risa tonta.
-La próxima vez, seré yo quién se meta dentro de ti.
Me besa y me toca el pene. Se marcha hacia su casa.