A través del reflejo/SenGen

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Suika descubrió una piedra especial entre la basta colección de Chrome: la scheelita, cuya composición era de calcio y tungsteno, siendo este último el metal más fuerte y resistente al calor. Todos se alegraron, especialmente Senku, pues habían encontrado la forma de superar el obstáculo de los tubos de vacío.

El par de científicos no tardaron en cargar sus aditamentos para realizar una expedición a la cueva donde el castaño encontró esa piedra, siendo lo más inesperado que el tercero en unirse al grupo fuera Magma. Esta decisión tomada por Senku, aunque se sustentaba al necesitar una persona fuerte, despertó inquietudes de unos cuantos.

Antes de que se marcharan, y aprovechando la conmoción, el mentalista discretamente se acercó al involucrado.

— Magma-chan~ —bajó la voz—. Trae a Senku-chan de vuelta dentro de tres noches. Entonces, antes de llegar a la aldea véndale los ojos y llévalo directamente a la choza de Chrome.

— ¿Ah? ¿Y por qué le haría caso a un brujo-?

— ¡Ey, Magma! ¡Es hora de irnos! —gritó el castaño que ya se iba junto a Senku.

— Nos vemos en tres días~.

No le dio tiempo para protestar, simplemente se alejó con el resto de la aldea.

Gen, que en el pasado tenía una sección en programas televisivos donde utilizaba "magia con números", aprovechó la habilidad que tenía con los cálculos para descifrar la fecha de cumpleaños de Senku, todo mientras los aldeanos estaban apreciando el amanecer. Casi se va de espaldas al confirmar por tercera vez que su cumpleaños era el cuatro de enero; es decir, en cuatro días...

— Es una broma ¿cierto? ¡nuestros cumpleaños también están invertidos! —pensó con incredulidad.

Pero era un hecho, y aunque las probabilidades fueran mínimas, podía ocurrir. No valía la pena cuestionarse qué clase de conspiración era, lo importante es que tuvo suerte en que el científico se marchara justo en ese momento. Cuando finalmente partieron, asegurándose de que Magma también se incluyó en el plan, llamó la atención de todos los aldeanos para contarles el magnífico evento que acontecería dentro de poco.

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No hubo una sola persona que no quisiera participar en la elaboración del regalo del líder de la aldea. Si bien en un principio el mentalista pensó en darle algo pequeño y sin involucrar a nadie, pronto cambió su idea radicalmente: "porque Senku merece eso y más", pensó.

— Entonces, si entendí bien lo que haremos como regalo serán unos lentes gigantes...

— Sí, de alguna forma tienes razón, Kohaku-chan~.

— ¿Senku tiene la enfermedad de los ojos borrosos? —preguntó la pequeña rubia con inocencia.

— Fufufu no que yo sepa, Suika-chan~ —respondió divertido—. Pero al juntar dos lentes enormes podrás ver bastante lejos, justo allá arriba, con muuucha claridad —señaló el cielo.

Soltaron un "ooh~" al unísono, y con esa breve explicación logró que las ansias por querer empezar incrementaran en el viejo Kaseki. Armar el telescopio era lo más sencillo, lo que absorbería su tiempo sin duda era la cúpula del observatorio.

Gen dirigió el trabajo, mostrándole al artesano los planos y la idea en general. De inmediato comenzaron la construcción, y en un parpadeo pasaron las tres noches con las que contaban. Sólo restaba esperar medio día y que Magma cumpliera su parte del plan.

— ¡Buen trabajo a todos~! Pudimos terminar justo a tiempo~ —felicitó el mentalista, que observaba su trabajo a los pies de la estructura con el resto.