Jealous

Ideas

Podrías tener a quien quieras
¿Por qué querrías estar conmigo?
Sabes, no soy tan especial.

Los pasillos transmitían sonidos que apenas podían ser escuchado, en un pequeño espacio se encontró a Tamura. Apoyado en unas de las tantas paredes sobrantes que poseía el balcón de su escuela.

Observa con atención al cobrizo que tenía una agradable sonrisa en su rostro tan atrayente un casi usual pensamiento deshatado en la cabeza del más alto. Mientras veía se preguntó a sí mismo del porqué gusta de él. Siempre creyó que tal vez su cara bonita o lo que sea que tenga parentesco al físico era en sí lindo de Yaguchi.

El pensamiento tan lejano desapareció cuando cruzaron palabras honestas, un día cualquiera. Ese día fue el festival, consigo contenía sentimientos encontrados. Ese día aprecio a Yaguchi llorar; demasiado frági. Se acercó por pura inercia, preguntó lo qué sucedía, al segundo quedo pasmado. El chico tomó su mano y agradeció que estase ahí.

Le dijo que por primera vez se había enamorado pero no había sí correspondido, su actuar fue tan serena. No lo trató con indiferencia o insultos en ella, solo quería desahogarse. Esa misma noche como alguna casualidad se enamoró de él, el cielo se iluminó como de costumbre. No podría explicar, simplemente los ojos son la ventana del corazón. Yaguchi se veía tan desprotegido, y aún así intento regalar una sonrisa miró al frente. Todo estrelló, todo había mejorado. Como un espejo vio el espectáculo que entregó el día en él.

Las ganas que tenía de murmurar que todo estaría bien, y que con unos cuantos días o quizá meses podría querer a otra persona. Alguien como él, tal vez.

Al fin funcionas el encendedor que estuvo entre sus dedos prendió, acercó el cigarrillo al fuego, encajan perfectamente. Luego lo posó sobre sus labios, aspirando. El calor se replico en su cuerpo. Esta más tranquiló.

Siguió poniendo atención, cuando él salió de su vista. El cigarro se consumió por completo, lo votó y pisó. Luego en algún momento verlo otra vez aquí, harán un pequeño recuerdo de lo que pensó y estuvo haciendo aquí.

Tamura llevó días viéndolo desde lejos. Haciéndose ideas cada vez más aceleradas, Yaguchi y él son amigos desde hace meses, después de todo sus pensamientos no serían en vano porque al menos las ilusiones que hace tienen sentido.

Realmente pienso que tú hubieses sido del que me enamoré y lloré. Al menos siento que tu eres mucho mejor que él. Habría sido grato querer sufrir por ti. Porque eres una buena persona aunque te cuesta tanto poder ser tú mismo. Al igual que yo.

En primera Tamura tiene una lista, en sus últimas opciones está hacer infeliz a Yaguchi. No luego de que él le confiara sus más mayores secretos y que le haya enseñado a como tratarlo. Porque en el fondo ambos son tan débiles ante sus propios amores.