ENCUENTROS EN ALGUNA FASE

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Por Calipso.

Capítulo I.- Sufre igual que usted, mamita.

Marcela, influida por doña Margarita ha acudido al despacho de presidencia y le ha desvelado detalles muy íntimos de su relación con Armando que ella desconocía, que ni siquiera hubiera llegado a sospechar jamás... y por un breve instante ha dudado y se ha planteado salir corriendo tras él.

Pero le es más cómodo enrocarse en la ya habitual cobardía de los últimos tiempos y no arriesgar... desconfiar... negar la posibilidad de que Armando haya reaccionado y esté diciendo la verdad...

Así que se queda sentada en el despacho lamiéndose las viejas heridas y permite que él se exilie.

Armando ya se ha despedido de los empleados y sale del aparcamiento conduciendo su deportivo con dirección a su apartamento.

Rato después camina por el salón como un león enjaulado y al fin dice:

- Me doy por vencido. Se acabó. –Marca un número en su móvil.

- Aló!

- Aló, Camila.

- Armando, pasa algo?

- Necesito hablar contigo.

- Me estás asustando. Qué ha ocurrido? –Pregunta alarmada.

- Pasa que la odio! –Explota él.

- A quién? –Camila está totalmente desconcertada, porque jamás ha conocido a su hermano en ese estado. Nunca ha "odiado" a una mujer porque ninguna ha hecho mella en su corazón. Será que ahora...

- Al principio fui un canalla con ella, pero después le he pedido perdón mil veces... le he declarado mi amor cien mil... y nada. Ni me cree, ni me perdona.

- Armando, vente con nosotros una temporada. Hablamos, te tranquilizas y... te olvidas de ella.

- Será inútil porque no podré olvidarla, y además no quiero hacerlo porque sólo deseo odiarla y vengarme.

- Veo que estás muy dolido y resentido. Vamos, no te lo pienses y ven con nosotros a Suiza. Enrique se alegrará, Robertito estará encantado de ver a su tío, y yo estoy deseando abrazarte y que me cuentes todo.

- Bueno, es posible que tengas razón y lo mejor que pueda hacer es poner distancia con ella.

- No lo dudes. Te espero muy pronto.

- OK! En cuanto tenga el pasaje te aviso de cuando voy.

Betty se aplica a trabajar muy duro todos los días, dizque para recuperar Ecomoda cuanto antes, pero también y sobre todo para evitar pensar en él.

Bastante tiene con las noches de llanto y de no pegar ojo hasta el amanecer.

"Sé que posiblemente he labrado yo sola mi desgracia al no confiar en él y no darle... –Se corrige.- ...darnos una segunda oportunidad, pero yo tengo mucha dignidad, no como su antigua prometida..."
"Sí, mucha dignidad que no entibia siquiera los harapos de corazón que te han quedado".
–Contesta una vocecita desde su interior.
"Pues, seguro que estoy mejor así!" Se dice la muy ingenua acallando la voz para conformarse con lo que está viviendo. La etapa más desdichada de su existencia.

Dos meses después del día en que le vio por última vez, Ecomoda alcanza el endeudamiento "0", y Betty llama a don Roberto pidiéndole que acuda.

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