Capítulo XXX

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Tres meses después.

Dejo las bolsas con las compras sobre la isla de la cocina, Dolores finalmente accedió a mostrarme su tan famosa receta de lasagna, y pondré en práctica lo que aprendí con ella en estos últimos días al preparar la cena de esta noche.

— ¡Michael! ¡Troy! ¡Necesito ayuda! —digo al quitar los ingredientes de la bolsa de compras.

— ¡Chicos! ¿Pueden venir por unos minutos? ¡Necesito ayuda con la cena! —lavo mis manos para iniciar la preparación.

Comienzo cortando los vegetales en pequeños cubos.

— ¿Acaso no tienen hambre?

¿Dónde demonios se encuentran?

Bajo el cuchillo sobre la tabla de madera y desvío la mirada hacia un papel autoadhesivo de color amarillo muy fuerte que está pegado sobre la isla de la cocina:

"Sigue el camino amarillo"

— ¿Qué camino amarillo? —digo y encuentro una serie de papeles del mismo color, pegados en el suelo. Sigo la línea que me lleva al pasillo donde se encuentran las habitaciones. Me pregunto qué se traen entre manos este par. La línea termina en la puerta que da con la habitación de Michael.

—Bueno, ya llegué al final del camino ama...—me quedo en silencio cuando veo que toda la habitación está a oscuras, excepto por pequeñas luces que vienen del interior de una especie de tienda de campaña hecha con sillas, cobijas y almohadas y Sweet Dreams de Eurythmics suena de fondo.

— ¡Nos encontró!—dice Michael entre risas.

— ¡Sí, monito!

No puedo evitar reír al escuchar decir a Troy "monito".

— ¿Qué es todo esto?—me inclino para visualizar mejor el interior del fuerte.

— ¡Entra mamá!

—Está bien —me agacho un poco más para poder entrar y sentarme sobre las almohadas.

—Queremos decirte algo.

— ¿A mí? —Levanto los hombros entusiasmada —No puedo esperar a saber qué es.

—Michael y yo estuvimos hablando y...

— ¿Y...?—la curiosidad me mata.

Troy me hace entrega de un sobre de color marrón, lo abro con cuidado y leo detenidamente:

"AL JUZGADO DE FAMILIA DEL

ESTADO DE NUEVA YORK

Yo, Troy Charles Hayes, mayor de edad, de estado civil soltero, con domicilio en el 432 de Park Avenue, Nueva York, comparezco ante el Juzgado de Familia del Estado de Nueva York y en derecho, DIGO:

Mediante el presente documento, promuevo y solicito la CONSTITUCIÓN de la ADOPCIÓN de Michael Maurice Ray, menor de edad, en base a los siguientes fundamentos..."

Dios mío.

No sé qué decir.

—Quiero ser su padre, yo lo quiero como a un hijo y deseo que lleve el apellido de mi familia.

Comienzo a reír —Troy... ¿Cómo? —Sonrío.

No puedo creerlo.

— ¿Sabías esto?—pregunto a Michael y asiente sonriente.

—Tan sólo falta tu firma —dice Troy y me alcanza una pluma para firmar el documento —Si firmas ahora, mañana iniciaremos el trámite.

No puedo dejar de sonreír, este, definitivamente es uno de los mejores momentos de mi vida —Boo ¿Quieres que Troy sea tu papá?

Asiente con mucho entusiasmo.

—Creo que Michael ya decidió por ti —Troy sonríe.

Mi pecho está rebosando de felicidad —Sí ¡Sí! —no puedo evitar soltar unas lágrimas de la emoción.

Ya no necesito leer el resto del documento porque todo está muy claro, Troy ama a Michael tanto como yo y quiere que sea su hijo.

Sin pensar más firmo.

Al levantar la mirada veo como ambos se funden en un abrazo.

Padre e hijo.

Al apartarse, Troy anuncia que tiene otra sorpresa.

— ¿Otra sorpresa? ¿Qué puede ser mejor que esto?

—Mami cierra los ojos.

— ¿Podrías dejar de actuar como su cómplice, Michael? —pregunto con tono divertido y niega con la cabeza.

— ¡Vamos, hazlo!

— ¡Está bien!—le obedezco.

Escucho como mueven unas cuántas almohadas y discuten entre ellos que lo que iban a hacer no era lo acordado.

Río con los ojos cerrados —No puedo verlos, pero sí puedo oírlos.

— ¡Ahora, ábrelos mami!

Ahogo un grito cuando veo que Troy se encuentra de rodillas frente a mí, con una caja de color turquesa en las manos.

Entrecierro mis ojos — ¿Qué está pasando?

Me entrega su característica y seductora media sonrisa, se relame los labios antes de hablar —Si voy a adoptar a Michael también quiero tomarte a ti, como mi esposa y finalmente podremos ser una familia.

—Oh por Dios.

Esto de verdad es otra sorpresa.

Sweet dreams are made of this.

—Caí enamorado desde aquel día en que escuché aquella canción, con tus auriculares. Entraste a mi oficina para iluminar mi mundo en un momento en el que más lo necesitaba, pero yo no lo sabía.

Ya no distingo si río o lloro, pero es la felicidad el sentimiento en común.

Lo amo demasiado. Troy, mi Troy.

Toma aire —Te amo, Valerie con tu pasado, te amo hoy y espero ansioso poder pensar en el futuro contigo y con Michael a mi lado.

—Troy...—susurro abrumada por la felicidad.

—Así como Michael aceptó ser mi hijo ¿Me concederás el honor, el orgullo de ser mi esposa? —dice al mismo tiempo que abre la caja, un hermoso anillo de oro blanco con un enorme zafiro custodiado por pequeños diamantes blancos de diversas formas en sus costados está en el centro de aquella caja.

Troy está esperando mi respuesta, ansioso.

Le sonrío — ¡Sí! ¡Sí!

Michael grita, muy feliz.

Con mucho cuidado desliza el anillo, sienta a la perfección y es algo pesado.

Me toma de las mejillas y me acerca hasta sus labios, los beso con ansias, con demasiadas ansias y mis deseos puestos en el futuro junto a este hombre dispuesto a tomar a mi familia como suya, al único hombre al que he amado en mi vida.

Troy Hayes.

Llámame CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora