Eventos, celebraciones y sucesos especiales que ocurren dentro del universo de mi historia Twisted Neverland⭐
Este libro tratará acerca de eventos que serán como los del videojuego Twisted Wonderland, pero con un toque de polvillo de hadas ;)
Más in...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*Cáterin se colocó debajo de la ventana de la habitación del hospital, habitación la cuál una vez perteneció a Francisco. Se quedó ahí, esperando, como si en cualquier momento fuera a asomarse por la ventana.*
Cáterin: … soy una tonta.
— Probablemente lo seas.
*Volteó a ver. En una de las bancas frente al hospital había un viejo sentado. Un hombre mayor con ceguera que descansaba en la banca a pesar de que eran altas horas de la noche.*
Cáterin: ¿Disculpe?
*Se acercó indignada al anciano.*
— Sí, eres una tonta. ¿A quién se le ocurre venir a buscar a alguien a esta hora de la noche? Todos deben estar dormidos.
Cáterin: Lo sé…
*Suspiró cansada, tendría que aceptar la idea de que había llegado ahí por gusto.*
— Bueno, ¿Qué esperas? No te quedes ahí. Si están dormidos, ¡Despiértalos!
Cáterin: ¿Despertarlos? ¿Cómo?
— Sabes cantar ¿No? Pues canta una serenata.
Cáterin: … de acuerdo.
*No supo por qué, pero sentía que el viejo tenía razón, algo en su interior le decía que cantara. Así que lo hizo, cantó y tocó su guitarra como en aquellas noches, cuando le llevaba serenata a su amado a la luz de la luna.*
— Vaya… tu voz es muy bonita… tal como la recordaba Cáterin.
*El viejo sonrió.*
Cáterin: ¡Pancho!
*Dejó la guitarra en el suelo y abrazó a Francisco.*
Francisco: Jaja, estás tan hermosa como el día en que te dejé.
Cáterin: Querrás decir cuando yo te dejé… Además, no exageres, si pudieras verme, notarías lo fea que soy… Mi cara está toda desfigurada, ya no soy la de antes.
*Francisco se había quedado ciego, sus ojos estaban llenos de cataratas, por lo que no podía ver todos los cortes que Cáterin tenía en el rostro. Su maquillaje se fue escurriendo por las lágrimas que salían de sus ojos blancos.*
Francisco: No necesito ojos para saber que eres linda.
*Le limpió las lágrimas con cuidado y despacio.*
Cáterin: Pancho… yo no quería dejarte ese día...
Francisco: Lo sé…
Cáterin: Fue ese maldito chofer, de no haber sido por él, nunca te hubieran dejado…
