−Mi nombre es Martina Stoessel, pero me puede decir Tini, señor− sonrío tendiéndole la mano.
−Señorita Stoessel, bienvenida− dice con desgana sin apartar su mirada de la computadora.
Confundida bajo mi mano.
−Espero que no vuelva a venir con esa rid...
Advertencia: este capítulo contiene escenas no aptas para todo público.
Sé perfectamente que este aviso no les detendrá de leer, pero se debe poner igual Xd.
Si no quieres leer la escena erótica, saltéate lo que está entre los separadores rojos (en el primero comienza y en el último termina)
Dicho eso, disfruten 🔞
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Pov Tini🌷
–¡Por Dios! Robert espera... dame un respiro– agitada intento tomar aire.
¿Cómo es que aún no se cansa?
Lo hemos dos veces hecho en el escritorio, me llevó hasta su habitación para desnudarme completa y masturbarme contra la pared ¡Que dedos tan benditos tiene!
–Aún tengo estrés. Ven aquí– me agarra de la cintura, aprieta mis nalgas con posesión –Quiero verla en cuatro señorita.
Parpadeo sorprendida ¿Acabo de oír bien?
–Ahora– dice con autoridad.
"¿Qué estás haciendo Tini? El placer te está cegando" me reprocho.
Con las piernas temblando me subo a la cama y hago lo que pide.
Siento como también sube a la cama, me toma suavemente del cabello llevándome hacia atrás, pegando mi espalda en su pecho.
–¿Puedo cogerte durante toda la noche Martina?– besa mi cuello.
–No podré sobrevivir– bromeo.
–Debería ignorarte más seguido...¿Sabes lo caliente que me tienes en este momento?
No puedo bromear ante eso. Estoy agotada pero a su vez quiero seguir ¿En qué me convertí?
Su agarre en mi pelo aumenta, echa mi cuello hacia atrás y separa con su otra mano mis piernas. Casi grito cuando me penetra sin dificultad, se nota que siente placer incesante. Muerdo mi labio hasta sentir dolor en él. Robert embiste por largo tiempo sin apartar sus manos de mi cabello y pecho, siento que mi tercer orgasmo de la noche se acerca. Su miembro sigue entrando y saliendo con desenfreno.
El dolor y el placer de nuevo. Grito y jadeo, sin fuerzas para pedir misericordia...Tampoco cambiaría nada. Mi cuerpo se rinde al placer, los flujos provenientes de mi sexo escurren entre los muslos y se unen a regueros de sudor. Cierra los ojos y echa hacia atrás la cabeza, solo concentrada en un placer que parece no tener fin.
–No puedo más...– cierro los ojos –...¡Ah! ¡Ah!
Sin contenerse más y me corro, el calor de ambos me provoca un intenso orgasmo. Mis piernas se contraen y en un gesto involuntario araño su espalda sin mediar consecuencias.
