Capitulo veinte. La manta

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Más tarde...

Cordelia y Eric volvieron juntos a la ciudad, el la acompañó a casa, era de noche y las estrellas adornaban el cielo nocturno.

Una vez frente a la puerta Cordelia miró a Eric, su rostro iluminado por la luz de la luna lucía hermoso.

El simplemente dio una sonrisa y le dio un suave beso en la frente.

-¿Te veré mañana? -preguntó él acariciando la mejilla de ella con suavidad.
-Por supuesto, de hecho, quería que tuviéramos una cita pero esta vez, será una sorpresa para ti, ¿Te gusta la idea?

Eric sonrió emocionado, le encantaba que Cordelia tuviera detalles con él, y que los tuviera de la forma más espontánea, lo hacía sentir consentido.

-Me encanta

Cordelia sonrió y miró hacia abajo, levemente roja tomó el valor de volver a mirarlo a los ojos, esos ojos verdes que le encantaban...

-Hasta mañana Eric. -dijo ella sonriendo.
-Hasta mañana bonita.

Sus labios se unieron en un cálido beso, un abrazo comenzó a formarse y después de unos segundos se separaron para mirarse por última vez en la noche.

Cordelia entró a su casa y subió a su cuarto, supuso que su madre ya estaría dormida, así que con cuidado y sin hacer ruido, se puso la pijama, de desmaquillo, se lavó los dientes y se fue a acostar.

Pensamientos y escenarios llegaron a su mente, la música en sus audífonos viendo al techo de su habitación la desconectaban del mundo real, pensaba en cómo sería si las cosas con Eric funcionaran.

Y durante un tiempo de análisis se dio cuenta de algo... tenía miedo...
No miedo de Eric, pero tenía miedo de ella misma, no quería equivocarse, no quería entregar su corazón a una persona y después sufrir, estaba asustada, quería elegir bien...

Pasaron algunas horas, Cordelia miro el reloj, marcaba un: 12;48am.

Suspiró frustrada, mañana tenía clases y estaría agotada por la mañana si no se dormía pronto, un último pensamiento invadió su cabeza antes de dormir.

"Si Eric es la persona correcta para mi, no va a lastimarme, no hay un acto más puro que darle tu corazón a alguien y sacrificarse por la causa. Quizá, y con un poco de suerte, las cosas salgan bien para nosotros, y entonces sabré que la espera haya valido la pena..."

A la mañana siguiente Cordelia corría por la habitación, se había despertado tarde, cuando por fin estuvo lista revisó su celular, el cual desde la noche anterior no había podido revisar.

De: Eric
Para: Cordelia

Hola bonita, llegue bien a casa, espero que tengas linda noche y estoy ansioso por la cita de mañana...

Recibido.

De: Eric
Para: Cordelia

Buenos días bonita, espero hayas dormido bien, pasaré por ti a la hora de siempre, estoy ansioso por verte.

Recibido.

Cordelia no había visto el mensaje de Eric, por lo que decidió responder de inmediato.

Para: Eric
De: Cordelia

Hola bonito, lo siento, anoche me quedé dormida y no se me ocurrió revisar el celular, pero esta Perfecto, te veo aquí en un ratito.

Enviado.

Pasaron los minutos y el timbre sonó, Cordelia sabía perfectamente quien era, bajo corriendo las escaleras y abrió.

-Hola bonita, ¿dormiste bien?
-Hola, si yo... dormí tan bien que me desperté tarde -contesto soltando una carcajada.

Eric la miro, se veía algo cansada pero aún así de buen humor, y la hermosa sonrisa que le encantaba estaba adornando su rostro somñoliento.

-Vamos bonita, si quieres en el camino puedes dormir un rato y te despierto cuando lleguemos. -dijo el con una sonrisa mientras la abrazaba.

Ella correspondió el abrazo oliendo su loción, le daba una sensación de calma.

-Pero, es en uno de los pocos momentos que podemos platicar antes de las clases -respondió ella con un tono berrinchudo y haciendo un gesto triste.
-Lo se, pero podemos platicar en el receso, y de regreso a casa, además hoy tenemos esa cita que me dijiste ¿no? -preguntó con un tono coqueto.

Cordelia sonrió, estaba emocionada por preparar algo para Eric, pasaría toda la tarde en eso para hacer la cita en la noche.

-Ahora lo importante es que descanses un poco más ¿vale? -agregó el interrumpiendo sus pensamientos.
-No se... -Cordelia pensaba, por un lado se moría de sueño, y por el otro quería conversar con Eric.

-Anda bonita, y prometo que hablaremos durante todo el descanso, todo el regreso y en esa cita que estoy esperando ansioso -termino su frase con una enorme sonrisa.

-Esta bien -dijo ella algo sonrojada.

Ambos se subieron al coche, Eric sacó una manta que llevaba en su cajuela y se la dio a Cordelia.
Y ahí ella recordó... era la manta que llevaba el día que le pidió ser su novia, donde después se acostaron a admirar las estrellas siendo por fin algo más que solo amigos .
El día en el que el corazón marcó una nueva aventura para ambos...

Ella sonrió y se envolvió en ella, se abrochó el cinturón imitando a Eric y se giró un poco a la ventana, le daba un poco de pena que Eric la viera dormir.

-¿todo bien? -preguntó el al ver qué se cubría casi toda la cara con la manta.
-Me da pena que veas mi cara al dormir...- respondió tímida.

Eric río. - créeme mientras manejo no voy a distraerme Cordelia, tu cara es preciosa pero no es prioridad cuando nuestras vidas dependen de mi vista en el camino.

Ella comenzó a reír, Eric tenía razón, si manejaba no podría estar distraído viéndola.

-Bien - dijo sonriendo de oreja a oreja y tapándose a la altura de los hombros.

Se quedó dormida... y un rato después sintió una suave caricia en su rostro.

-Despierta preciosa, ya llegamos.
-Noo, no quiero ir a clase -contesto con voz cansada.
-Vamos, tampoco quería despertarte, te veías muy linda mientras dormías, como... en calma...

Cordelia se sonrojó, solo estaba rogando por no haberse visto ridícula.

Bajaron el coche dispuestos a tomar un día más de clases y se despidieron con un tierno beso.

Ahora Cordelia estaba en apuros, tendría que preparar la cita con Eric y quería que fuera Perfecto...

¿Lo logrará y las cosas resultarán exitosas?
O... ¿esta cita será el punto que marque su primera discusión?

QuiméricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora