|En Corrección|《Blue Keeper: Huggy Wuggy x Lectora》 (Poppy Playtime)

《Prologo》

P.O.V Narrador OMS:

En la aproximación de una tarde helada por las últimas gotas de lluvia se podía observar en la calle a una mujer, aún con la humedad que la cubría en su  mayoría seguía determinada a obtener un empleo, era joven, mucho la verdad, para cualquiera ajeno a su existencia podrías ser considerada aún una niña, pero como dice un viejo dicho, nada es lo que parece o aparenta a primera vista.

Se encontraba dándo pasos largos bajo los charcos abundantes de agua cristalina en las calles, el chapoteo danzaba en armonía junto a la brisa gélida por la temporada.

¿Quien era nuestras protagonistas?

Su nombre era ___________ Pretergas, una chica de dieciocho años de edad con ojos de color (C/O) junto a unas cuantas pecas,  su cabello (L/C) en tono (C/C) resaltaba por lo desordenado que se encontraba; Igualmente mantenía una sonrisa suave mientras meditaba sus opciones.

Esta chica, recién salida de la secundaria y con un futuro distante de los estudios universitarios, no se encontraba en la mejor situación económica actualmente; Estaba un poco desesperada por estar desempleada.

Sus familiares habían acordado en ayudarla a costear una carrera universitaria, pero—(y siempre hay un pero)—,debía ganarse la vida y mantener un techo para ello; No le parecía injusto, cargar con todos sus gastos no era una opción que podrían darle, no tenían tantos ingresos y en su familia había ciertas doctrinas a la independencia, tanto que no era extraño para ninguno que supiera desenvolverse, cuidarse sola, mantener un hogar y ocuparse de lo necesario para seguir adelante.

Habia conseguido tener tres empleos durante los últimos meses, dos de hora completa y uno de medio tiempo, pero no había permanecido mucho tiempo en los cargos, tantos despidos no serían un buen indicativo en su currículum, pero, renunciar era diferente; no habían pasado cosas muy agradables y honestame la paga apenas le alcanzaba para mantenerse estable. Aguantar el acoso no valía nada en lo absoluto y al ser relativamente un poco más pequeña que la gente de su edad, la chica estaba en desventaja; fue inteligente abandonar eso lugares a las primeras banderas rojas de alerta.

La joven sólo necesitaba un poco de suerte, no consuelo, eso ya lo tenia en forma de un peluche, en especifico uno muy largo y azul que se encontraba enrollado sobre su cuello dentro de la capucha del hoddie que llevaba, los Huggy Wuggy's eran muy populares en aquel entoces y sin importar las burlas o las miradas ajenas ella llevaba el suyo a todos lados; llenaba parte de la Soledad que le traía vivir tan lejos de su sangre, su familia.

Mientras seguías su camino a una entrevista de trabajo en una tienda de ropa como cajera, una hoja húmeda y algo pegajosa impacto secamente en su rostro, con cierta molestia despegó los que parecía ser un volante muy colorido, eso le llamó la atención, así que en vez de desecharlo en el cesto más cercano empezó a leer con detenimiento la información que se le presentaba.

Playtime.Co era una de las compañías jugueteras más exitosas y reconocidas del país, está había distribuido el peluche azul que llevaba la joven y tenía una imagen pública bastante buena, sus campañas de donación a huérfanos y sus visitas turistas hablaban muy bien del establecimiento; Muchos decían que el lugar parecía estar encantado ya que todo se sentía mágico, casi irreal.

La chica se sorprendió en leer que la empresa buscaba personal de limpieza y estaban recibiendo a posibles candidatos en todo momento antes de las ocho de la noche, observo por un momento los ojos grandes y tiernos de su pequeño muñeco, luego vio la vía que debía seguir para la entrevista que le esperaba; había tomado una decisión.

La Compañía no estaba muy cerca de la ciudad pero solo eran unos cuantos minutos de viaje en autobús, la chica aprovechó el trayecto para arreglarse lo mejor posible y dar una buena primera impresión. Guardó en la pequeña mochila que llevaba al muñeco y luego se dignó a observar por el cristal de la ventana lo que quedaba de camino. Al llegar fue recibida por una carismática recepcionista, se le notaba alegre aunque algo cansada, ni todo el maquillaje que se pusiera podría tapar esas notorias ojeras.

Amablemente la guio un sector aparte del principal, donde habían una cantidad considerable de hombres y mujeres esperando por igual, la joven  percibio ciertas miradas poco prudentes pero siguió adelante y tomo asiento como una igual entre la fila.

Un rato despues llegó su turno, le hicieron unas cuantas preguntas básicas; edad, residencia, estado civil, documentación. La chica tenía todo lo necesario para obtar por ese empleo, pero aún le faltaba la pregunta más importante: ¿Por qué quería ella trabajar allí?.

Por un momento la mente de la joven quedó en blanco, fue por instinto, sentía que la vida no le mando ese cartel sin ninguna razón, pero debía dar un argumento válido, ya que la verdad sonaba un poco fantasiosa, entrelazando sus manos intento ser lo más franca y clara posible, sonando convincente, su mayor argumento fue el hecho de que le gustaba la energía que transmitía la empresa y que tenía experiencia con la limpieza en las industrias—(lo cual no era mentira)—,deseaba trabajar y vio esto como una oportunidad.

Luego de un rato solo cinco personas obtuvieron los puestos que ofrecía la empresa, y entre ellas nuestra joven, se le notaba muy contenta, sobre todo por la paga, era suficiente para mantenerse y empezar a ahorrar; aunque era extraño que ofrecerían tal salario a el personal de limpieza y obreros, por desgracia no le presto atención en su momento.

Su primer día empezaría a los ocho de la mañana del día siguiente hasta las seis de la tarde; era de tiempo completo pero estaba bien, se acostumbraria.

Esa noche durmió tranquila, sabiendo que al día siguiente iniciaría un nuevo capitulo de su vida y que con el tiempo su esfuerzo daría frutos para desempeñarse en el área de medicina.

Pero, lo que ella no sabía es que la compañía tenía una careta muy bien montada sobre la marcha y que entendería tarde o temprano que aquel viejo dicho se podía aplicar a lo que sea y quien sea, en especial a los que sonríen para ocultar lo más repugnante de su verdadera cara.
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El experimento había sido existoso, y aunque la consciencia humana anterior se había perdido por completo, al parecer el individuo había desarrollado una propia, con cierto temperamento muy agresivo y una filosa boca como bonus físico, su estructura biológica y anatómica estaban completas, apesar de su pequeño tamaño y comportamiento impredecible habían logrado crear vida, vida nueva, jugaron a ser dios y el resultado les gusto.

Por otro lado estaban subestimando a la criatura, estimaron que sus pensamientos y actitudes eran moldeables; la pérdida de unos cuantos dedos y de heridas mortales habían sacado a la luz que no era así. Era peligroso, como un pequeño animal, producto de su propia falta de conocimiento, de educación y de compresión, los hombres de ciencia no tienen tacto para esas cosas ni la paciencia a sus creaciones cuando requieren de afecto; pero tiene un rico sabor, eso es algo positivo.

¿Como iban a predecir qué era tan intelegente para escapar?

Ahora el experimento vagaba por los ductos de la compañía, sin supervisión o un límite, poniendo en riesgo varios vidas.

La criatura de patas y cuerpo azul se detuvo por cierto olor peculiar, se dedicó a observar por la rejilla que lo desprendía desde el exterior, no entendía que veía, sabía que era humano pero no de que tipo, sus creadores no tenían tal apariencia y olor, se veían desagradables, no como este, al menos en minoría.

"Tal vez fue un mal día para llegar temprano a la compañía", pensó la chica que se sentía observada mientras empezaba a limpiar el primer almacén, todo estaba muy solitario, al parecer habia sido la primera en llegar; escucho más de una vez sonidos muy extraños, pero no podía parar, tenía trabajo que hacer.

Además, ¿Qué podría ser peligroso en una compañía de juguetes?, además de la maquinaria obviamente.

Palabras: 1371.