Las honestas

Se escuchan unos ruidos que solo pueden ser del... -expresando inquieto y casi gritando expresaba el joven Joshie, al ser interrumpido por su madre.

- Hijo, te lo he repetido muchas veces. Ve a dormir, eso que suena no es más que las ramas que arañan la ventana de tu cuarto. - dijo ella.

El joven Joshie de 12 años es un apasionado por el arte, y en especial por todo lo gótico, por las entrañas de lo oscuro, siente que es la realidad dentro de tanta fantasía. Todo ese mundo surrealista lo asustaba mucho y lo ponía en una situación de paranoia. En fin, se acostó contemplando las ramas que acariciaban su ventana... Fue aterrador y extraño, pero lo disfrutó.

- La naturaleza es salvaje, imperiosa, y entroniza una majestad abrumadora para mi pequeñez, por eso es que el miedo es lo más real y bueno que existe.— decía tembloroso, tratando de afrontar su realidad.

En la mañana, bajando las escaleras se encontró con que sus padres contrataron a Las Honestas. Se trataba de dos hermanas gemelas, que eran huérfanas. Ellas prestaban el servicio al pueblo para cuidar a los niños por unos centavos.

Sus padres irán todo un fin de semana a un funeral donde unos supuestos tíos.

-Yo quiero ir mamá, por favor papá. - lo decía contantemente.