La Mariposa Cósmica

Capítulo 75: Un Nuevo Futuro

Pov 3ª Persona

La rendición de Kaede había sido una sorpresa para todos, en especial al ex-pilar de la niebla, quien no podía creer que la pelirroja, la más sanguinaria y cruel de entre todos los cazadores destacando su frívola obsesión con la soledad había decidido proteger a sus seres queridos. El peliverde ya no sabía que hacer, era cierto que tenía una misión y debía de cumplirla, pero por otro lado no había pensado que sería tan fácil y esperaba que se interpusiera para tratar de matarlo, su contraria había conseguido un cambio enorme y eso debía de admitirlo. En relación al equipo no sabían como sobrellevarlo, había sido una clara sorpresa para ambos y quizás no estarían de acuerdo, pero una decisión hecha era lo más justo que podían hacer.

–Bien, dadme a Izanami. Si quieres vivos a tus compañeros lo más justo es que me des a la diosa de la muerte, por mi parte tranquila que no incumpliré la promesa que te hice, soy un hombre de palabra, sólo si cumples la tuya.--Respondía Tokito con una mirada seria y contundente, en el que no dejaba de observar fijamente a la pelirroja esperando que se cumpliese su oferta. Al principio él había predicho que ganaría, y en sí todo se estaba cumpliendo a su favor, ningún dios o semidios pudo haberlo hecho, pero él sí, y la recompensa sería enorme.

–Necesito abrir el portal. Himeko, ¿puedes hacerlo? Ve a mi mansión y trae a Izanami, no nos queda de otra que cumplir su mandato, sé que no es justo pero… ahora mismo la paz es lo más importante, la guerra será para otro día.--Aconsejó Kaede suspirando algo melancólica y bajando la cabeza un poco triste, no había sido totalmente una buena noticia comprobar que su plan no se cumpliría y la felicidad de su abuela sería volver al Yomi, aunque tampoco era tan malo, por lo menos la había purificado y la había salvado de las garras del dios supremo.

–No me gusta esa idea, es muy nefasta Kaede. Sin embargo ya lo has decidido, y yo no puedo meterme en lo que decidirás, tampoco puede Shira, pero estamos orgullosos todos de ti, nos elegiste en vez de tratar de vencer a Izanagi, has hecho lo mejor que se pudo hacer y es lo importante.--Elogiaba a la menor a pesar de desaprobar la idea, y para muchos sería así igual, pero estarían de acuerdo con la cazadora divina por tratar de proteger a sus vidas. Así ella abrió un portal oscuro para meterse en él y con el intento de traer a la diosa de la muerte ante el dios.

–Jum, maldita sea….Esto no debería de estar pasando, me culpo por no haber hecho nada en contra de ese dios, soy patético, pensar que soy un futuro dios de la muerte…–Se lamentaba Henry en el fondo por no saber hacer nada en el proceso, ni siquiera le había dado tiempo a atacar antes de que su compañera casi fuese aplastada, no era nada tampoco ante Nozomi, debería haber entrenado más. Entre todos sus pensamientos oscilaba la derrota y el dolor, la impotencia y la frustración de no poder hacer nada, pero ahora que era un fracaso sería el hazmerreír de todos los semidioses. Sin embargo se escucharon unos pasos hasta notar a la diosa de la muerte y Himeko en escena, lo que sorprendió bastante al mismo.

–Basta Tokito Muichiro, ya me ha explicado todo Himeko. Iré contigo, pero quiero que cumplas tu promesa y no le harás nada ni a mi nieta ni a los demás, ¿es un trato?--Ordenaba la diosa de la muerte con total neutralidad apuntando a su cabeza, lo que dejó pensativos a todos los presentes y el enemigo asentía con la cabeza sin importarle lo ocurrido, después de todo ambos sabían que la promesa se cumpliría y todo acabaría con su encarcelamiento en el Yomi de nuevo, pero esta vez purificada.

--Adelante, no tengo problema con eso. Kaede Kocho, me has sorprendido esta vez, has demostrado que has superado tanto tu trauma como el odio que llevabas dentro, eso me reconforta y me alegra, ya no eres esa desquiciada que anhelaba la locura y la muerte de todo ser demoníaco. Déjame decirte que Izanagi estará contento con la decisión que has elegido, y por tanto cuando devolvamos a Izanami a su lugar podrás volver a vivir aquí, pero si quieres puedes acompañarme, no creo que nuestro padre se enfade al ver que has cumplido con lo que se te dictaba, incluso podrías traer a tus amigos y a tu hermana, serán curadas allí en el Paraíso y podréis hablar con la diosa que esperaba la luz en vuestra alma, Amaterasu.--Anunciaba el dios de la nebulosa con una sonrisa más amable y eliminando todo rastro de maldad, lo que sorprendió a todos ya que no había maldad en su corazón, después de todo solo cumplía las órdenes del dios supremo. El peliverde cerró los ojos y a través de un movimiento de su katana dispersó de nuevo su niebla de curación que sanó las heridas del grupo, y así alejándose de Shira para que pudiera levantarse.