Le tomó a Jiang Cheng una fracción de segundo darse cuenta que no era necesario interponerse entre la bestia y Wei Wuxian. Que incluso aunque Lan WanJi estuviese al otro lado del claro, podría haber lanzado un ataque a larga distancia con su guqin, como tantas veces ya había hecho antes, protegiendo a Wei Ying del peligro. Que aún si el nuevo cuerpo del Patriarca Yiling era mucho más débil que el anterior, y su incipiente nuevo núcleo dorado solo tenía par de meses de formado, él seguramente hubiese podido escapar sin daño del ataque sorpresivo.
Jiang Cheng ni siquiera debía haber estado allí. Esta era una cacería nocturna informal entre GusuLan y...bueno, LanlingJin. O mejor dicho, Jin Ling y sus amigos. Él solo fue para evitar que el General Fantasma se acercase una vez más a su sobrino, aunque ya sabía que evitarlo completamente era imposible.
La aldea cercana había reportado múltiples ataques en la cercanía del bosque, y sus habitantes se habían refrenado de visitar el área, lo cual les cortaba su ruta de comercio y les impedía abastecerse de la leña y suplementos necesarios para pasar el inminente invierno. El yao que habían estado cazando toda la noche finalmente había aparecido en la cima de la montaña, pero su energía resentida era suficiente para darles un buen trabajo.
Los chicos fueron primero, deseosos de mostrar sus habilidades. Lo cierto es que casi una década después del regreso de Wei Wuxian, ninguno de ellos podían ser llamados chicos aún, pero se había quedado como costumbre en su mente. A-Ling siempre sería un niño para él. Demasiado pequeño para el nido de víboras que era Koi Tower. Demasiado delgado para las ornamentadas túnicas de Líder de Secta que colgaban de sus hombros. Demasiado ingenuo para seguir las intrigas y engaños de los juegos de poder. Él había sido así también una vez. Demasiado ansioso por demostrar su valía a los otros Líderes de Secta, sin percatarse de sus manipulaciones.
Todo había pasado demasiado rápido, y demasiado lento. El estimado Hanguang-Jun se había adelantado para atacar al yao por el flanco izquierdo. Y solo fue necesaria una leve pausa en la melodía de Chenqing (陈情) para que el monstruo enfocase en Wei Wuxian toda su ira, atraído por la energía que emanaba. Mirando hacia atrás, Jiang Cheng podía haber intentado otra estrategia que no fuese colocarse directamente enfrente de la avalancha de energía resentida dirigida hacía su hermano. Sintió como la bestia perforaba su vientre, al mismo tiempo que intuía, más por el contacto que por la sensación, como Zidian destruía a su adversario con toda la furia posible.
El silencio envolvió el límpido espacio donde se encontraban, y por un instante Jiang Cheng se permitió creer que todo estaba bien, que el dolor punzante en su estómago que se esparcía a sus otros miembros era pasajero y leve. Hasta que sus piernas fallaron y sintió sus rodillas golpear el suelo húmedo.
Alguien gritó cerca de él. Una voz, o muchas. Una mano en su hombro, y en su vientre. El cielo estrellado le regresaba la mirada plácida e impasible. Y Jiang Cheng se preguntó por qué sus ojos recorrían las estrellas. Una gota tibia mojó su frente y otra su mano. No creía que estuviese lloviendo con la noche tan despejada.
Mientras trataba de no atragantarse con la sangre que invadía su garganta, Jiang Cheng se alegró de que su sobrino no estuviese solo esta vez. Tenía amigos, y tenía a su otro tío. Sabía que podría contar con ellos, aunque le dolía irse así.
La cara de Jin Ling estaba invadida de angustia y miedo, mientras trataba infructuosamente de tomarlo por los hombros para incorporarlo del suelo fangoso. Jiang Cheng no podía definir bien las palabras que estaba exclamando su sobrino. Había más personas alrededor, podía notarlo ahora que el zumbido inicial había pasado.
Wei Wuxian estaba a su lado. Pocas veces lo había visto también tan angustiado. Detrás de él se encontraba Lan Wangji, observándolo con la expresión más complicada que hubiera visto en el hombre. No recordaba hace cuánto había recibido una mirada del Segundo Jade de Lan que no estuviese llena de odio.
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Todas tus vidas, toda mi vida (siempre te he pertenecido)
FanficJiang Cheng nunca imaginó que moriría en una cacería nocturna salvando a Wei Wuxian. Mientras se dejaba llevar hacia la oscuridad, rogó por tener la oportunidad de hacer las cosas bien en otra vida. De proteger a su hermano, a su familia, y a sus se...