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Una tarde de verano un chico alto, de verdes ojos y pelo negro estaba sentado en los asientos de hasta atrás miraba distraídamente la clase sentía que le tiempo no pasaba ya se estaba hartando de la monótona voz de la profesora la cual parecía arrastrar cada una de sus palabras, dirigió la mirada a su compañero, quien obviamente estaba prestando más atención que el, poso su vista en el pelo del contrario admirando el brillo que contrastaba gracias a la luz del sol, pero unos minutos después la aburrida voz de la profesora resonó por todo el salón.

-- Martín, ¿estás prestando atención?- Preguntó mirando seriamente al antes mencionado.

El silencio de toda el aula lo estaba matando así que respondió- Sí profe- su compañero lo miró con aburrimiento.

-- ¿Que miras, idiota?- indago mientras tiraba su pelo hacia atrás, el opuesto suspiro y pronunció en forma de susurro inaudible.

-- Tu cara...

-- ¿Has dicho algo?- Miró sobre el hombro del chico.

-- Nada, nada. Presta atención- El joven siguió mirando la clase mientras que su compañero veía su celular bajo el banco.

El timbre había sonado ya hace dos minutos y casi todo el salón se encontraba en el patio de la secundaria menos un par de chicas. A lo lejos el chico de pelo azabache observaba detenidamente a su crush que estaba jugando al fútbol, lamentablemente él no podía jugar ya que hace una semana se había esguinzado el tobillo, se sentía bien pero el doctor le había recomendado no hacer mucho esfuerzo con ese pie. Por lo tanto, no podría jugar al fútbol por un tiempo, observaba con admiración al contrario, pasó el tiempo y los chicos se tomaron un descanso para comer y tomar algo, el chico de ojos claros se acercó al tincho que lo esperaba con una botella de gaseosa y unas papitas.

-- Gracias tincho, ¿te sigue doliendo el tobillo?- dijo sentándose en una banca

-- Nah ya está bien creo, el doc me dijo que igualmente no lo sobre esfuerce- Se sentó a su lado y sacó su celular.

-- Martincho ¿tenés algo hoy?-Preguntó sin rodeos.

-- Hun- lo pensó un poco y luego de un par de minutos respondió- No, ¿por?

-- ¿Quieres venir a casa?- Miro al peli negro- Hoy mis viejos no están.

-- Me parece bien, ¿va a estar...- Sin dejarlo terminar le respondió.

-- No el no va a estar, se fue con sus amigos de viaje hoy...

-- Se vió sobresaltado por unos segundos pero sus facciones se calmaron- Está bien voy a las cuatro.

--Bien, te voy a esperar.

--¡Chicos, otro partido antes de que se termine el recreo!- Gritó uno de sus compañeros con la pelota debajo de su brazo.

- Gracias- formuló antes de irse a jugar.

Viernes 4:00pm Martín ya estaba yendo a casa del peli marrón, se había ido con una camisa tenuemente verde con jeans celestes. Tocó el timbre, en pocos segundos Mateo abrió la puerta y lo hizo entrar, los dos se saludaron y hubo un silencio incómodo.

-- Subamos, tengo algo que decirte.

En el camino a la segunda planta, todo era muy silencioso, se notaba el nerviosismo en el anfitrión, luego de unos minutos estaban en la puerta de la habitación del antes mencionado el cual abrió ésta y luego de que ambos pasaran se sentaron en la cama.

-- Que querés decirme- Martín colocó sus manos en la cabeza y se recostó sobre la pared.

-- Esto puede llegar a ser malo... no sé si lo quiero decir- El más bajo se sentía un poco incómodo parecía que iba a llorar y estaba sonrojado.

TxM-(oneshot & lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora