X: 'Cause the Hardest Part of This is Leaving You

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Elena

Gerard me toma de la muñeca y entramos a la casa por una puerta lateral trasera.

Mi pecho late desbocado por la emoción y sonrío escondida, bajo la maraña de cabellos que cubren mi rostro.

Aún no salgo de mi asombro por lo que vi, y por todo lo que conocí esta noche. Jamás creí que realmente los hombres lobo existieran.

Pero sí, existen.

Su transformación...fue real. Y fantástica.

Y de una manera, me sentí fascinada –más no asustada– por ello...como si de alguna manera, esto se sintiera normal y a la vez increíble, para mí.

Y tal vez...a partir de ahora, lo sea.

Caminamos por detrás de las escaleras y entramos al primer pasillo por el lado oeste, el cual, anteriormente no había visto.

Yo jadeo al ver lo oscuro del pasillo y aprieto su mano con temor. Gerard se gira la cabeza y me mira con mucha curiosidad. —¿Qué pasa, Sunshine?

Me muerdo el labio y evito balbucear aterrada. —N-No me...no...no me...gusta la o-oscuridad... —Bajo la cabeza avergonzada y él me levanta el mentón con sus dedos, en una caricia suave y delicada. —No temas, Sunshine...yo estoy aquí. ¿Crees en mí?

Miro sus ojos y estos se iluminan, pasando de un rojo fuerte a uno más incandescente; sonrío y él me responde la sonrisa con una más abierta y sincera, la cual reverbera contra mi pecho y me deja sin aliento.

Mis mejillas se sonrojan y un tímido "si" escapa de mis labios, sin llegar a analizarlo mucho.

¿Creo en él?

.

¿A pesar de todo lo sucedido en la tarde?

.

Por alguna extraña razón, en mi cabeza, esa es la única respuesta que sobresale al hacerme esta pregunta.

Él te aceptó cuando nadie más lo hizo. A pesar de...que tú especie es dañina para la suya.

Tienes que creer en él, siempre en él.

Me sobresalto al escuchar de nuevo la voz de mi papá en mi cabeza y Gerard aprieta mi mano suavemente, interpretando mi sobresalto como si fueran dudas.

Y es que...¿Tengo dudas...de él?

No.

Jamás.

Él ha demostrado ser... transparente conmigo.

Exceptuando lo de las reglas.

Cierro los ojos y me abofeteo mentalmente. Tengo que creer en él. Debo hacerlo.

Lo hago.

—Si realmente no crees en mí, no hay problemas, sé que no he demostrado ser de fiar, pero...

—Creo en ti. —Le corto rápidamente, buscando apoyarme en su voz para no perderme en mi cabeza. —Lo hice cuando...saltaste por la ventana, y me cuidaste cuando Mickey se transformó...

Él sonríe con mis palabras y me besa los nudillos suavemente. —Para eso estamos, Sunshine. No temas...yo estoy aquí.

Din ängel är redan här.

Bajo la cabeza confundida, mientras esa frase invade mi mente sin motivo alguno.

¿Qué fue eso...?

Gerard continua el camino por el pasillo sin soltar mi muñeca, y yo respiro hondo tratando de evitar cualquier ataque de pánico ante la inminente oscuridad, que poco a poco me va consumiendo.

House of Wolves [W #01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora