19.

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Hyunjin observaba a Chan hablar con su madre, así que, luego de asegurarse de mantenerlo en su campo de visión, pasó a enfocarse en su problema principal, en ese grupo de niños al frente suyo, que lo miraban peor que a algo raro, aunque tenían unas sonrisas como las de las muñecas feas que no le gustaban, de lado a lado, casi de oreja a oreja.

— ¿Meow? —Maulló suavemente, sin saber cómo comunicarse con los cuatro pequeños, observando la mirada de cada uno. Se supone que tenían que acercarse, pero Hyunjin prefería oler primero al niño de cabello bonito, Jeno, antes que a las demás. Soltó otro maullido, tratando de mantener el contacto visual con el marrón de los ojos del pequeño, aunque ese color no era tan claro como el marrón de su Chan. 

Una vez Jeno entendió, tuvo una pelea con Jaemin porque el era el mayor, y quería ir primero, pero luego de que el niño de cabello bonito le dijera a su hermano que llamaría a Chan, ambos se callaron. Jeno se acercó a paso lento hasta el sofá donde se encontraba Hyunjin aún con sus piernas encogidas hacía su pecho y sus manos descansando sobre sus rodillas. 

El pequeño niño estiró su mano relajada hasta el rostro del gatito, obedeciendo lo que su hermano le había dicho sobre primero dejarlo olerlas, y Hyunjin olfateó con sumo cuidado, hasta que hizo lo que antes con Changbin, acercó su cabeza de tal modo que la mano quedó sobre sus mechones, y Jeno comprendió que podía acariciar, así que lo hizo.

Los cuatro niños se cubrieron la boca para callar sus gritos llenos de emoción, mientras Jeno soltaba un "Yaaass" en un susurro, tratando de no asustar a Hyunjin. Para el minino estaba bien, el niño tenía manos pequeñas y se sentía genial cuando sus deditos pasaban por su cabello, o por el inicio de sus orejitas. 

—Jaemin, ahora acércate tú. 

Parecía que todas hacían una travesura juntas, puesto que susurraban para mantener la calma de Hyunjin, en lo que este ronroneaba, disfrutando de las caricias, luego sintió otra mano cerca de su rostro y al abrir los ojos se encontró con otros marrones parecidos a los de Chan y una sonrisa amable. 

—Hola, yo soy Jaemin, pero todos me dicen Nana. ¿Tú cómo te llamas? 

Hyunjin abrió la boquita, separando bien los labios y los pequeños tuvieron que aguantar otro grito al notar los adorables colmillitos superiores e inferiores en la boca del menor, antes de escucharlo hablar con la voz ronca e infantil. —Hyunjin. 

Otra mano se posó sobre su cabeza y ahora fueron mucho más caricias agradables. Hyunjin no tardó en cerrar los ojos y entregarse a las sensaciones, con suaves ronroneos, escuchando las risitas de los niñitos. Todo iba a estar bien, se dijo, meneando la cola de un lado al otro con tranquilidad.




Chan observaba con una gran sonrisa como ahora sus cuatro hermanos tenían sus manitos sobre el cabello de Hyunjin, aunque luego tendría que lavarlo, no quería que su bebé tuviera sus mechones sucios, eso contando las cosas que sus hermanos podían haber estado tocando antes, como la tierra del bosque entre alguna de sus travesuras o cualquier otra cosa, aún peor conociendo lo mucho que a Hyunjin le gustaba verse bien, porque no era algo anormal el encontrar a su pequeño cuidando sus mechones, al parecer le gustaban mucho. 

—Christopher ¿Estás siquiera escuchándome? 

Irene llevaba dándole el sermón de su vida desde que la puso al tanto de todo, y el mayor ya había recorrido toda su casa con la mirada, fingiendo escuchar. No era que fuera mal hijo, sino que todo lo que le pudiera decir su madre ya se lo habían dicho, y por otro lado, el pensar en el "Hubieras" era algo que a él no le gustaba, ya estaba ahí, tenía al amor de su vida y un plan para estar juntos al menos por unos cien años. A  él no le importaba mucho que tanto sermón pudiera hacerle su mamá. 

ɴᴇᴋᴏ ᴄᴏʀᴘᴏʀᴀᴛɪᴏɴ [ChanJin]ᴮᵃⁿᵍᶜʰᵃⁿ ˣ ᴴʸᵘⁿʲⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora