La sala pronto se llenó con suspiros de tristeza y resignación que soltaron los huéspedes tras escuchar las malas noticias por parte de la milicia. La señora Ahn, con los ojos llorosos, apagó el radio e hizo su mejor esfuerzo por no demostrar que ella también comenzaba a perder las esperanzas. Nadie sabía cuándo llegaría el final de la guerra ni cuándo podrían regresar a sus vidas normales.
—Ya casi es hora de almorzar —comentó la anfitriona con voz suave, acomodando un mechón de su largo y lacio cabello negro detrás de su oreja—. Na Yeon está afuera cuidando a los niños, así que... Seung Min, ¿podrías ayudarme en la cocina, por favor?
—Claro que sí, señora Ahn.
Se levantó de inmediato un hombre joven de 177 centímetros de estatura, con piel blanca y claro cabello castaño un poco alborotado. Siguió a la amable mujer hasta donde racionaban los alimentos y preparaban lo más delicioso que se pudiera hacer con lo que tenían disponible, esperando que al menos un poco de comida ayudara a subir el ánimo de todos los que temporalmente debían habitar aquella casa.
—No he visto a tu hermano en todo el día —le dijo la pelinegra de repente—. La oficina postal no está tan lejos, ¿o sí?
—Estaba pensando lo mismo —admitió Seung Min con cierta preocupación asomándose en el tono de su voz—. Esto de no poder usar nuestros teléfonos celulares me va a volver loco —agregó.
La mayor lo volteó a ver con una débil sonrisa antes de empezar a contar las peras que quedaban en un pequeño cesto, pasándole algunas al castaño para que las lavara.
—No lo dices sólo por no poder llamar a tu hermano —aseguró.
—¿Hm?
—Entiendo cómo te sientes, Seung Min —hizo una breve pausa—. Sabemos que enamorarse de alguien que pertenece a las fuerzas armadas es así. Extraño tanto a mi esposo y no miento al decir que recibir una carta suya me llena el corazón de esperanza, pero... también necesito escuchar su voz, verlo frente a frente, abrazarlo... —Soltó un suspiro—. Te pasa lo mismo con Hyun Jin, ¿no es así? Además, la última carta que recibiste llegó hace meses y es obvio que eso te afecta cada vez más. La angustia, la incertidumbre, la espera... Todo eso puede llegar a ser muy doloroso, pero por favor recuerda que no estás solo.
El castaño sintió un nudo en su garganta un segundo después, pero trató de reunir toda su fuerza para no soltar ni una sola lágrima frente a la señora que tanta ayuda les había ofrecido en tiempos así de difíciles y horribles. Por supuesto que tenía razón. Echaba de menos a Hyun Jin y cada día sin él le parecía mucho más pesado que el anterior, pero no podía derrumbarse, debía seguir pensando que todo estaría bien.
—Esta guerra no puede durar para siempre —rompió el silencio—. Estoy seguro de que nuestros esposos volverán y recuperaremos nuestras vidas. Todos iremos a casa, mi pequeño tendrá una infancia normal y conocerá a Hyun Jin... —Miró hacia el patio trasero por la ventana de la cocina, permitiendo que una sonrisa leve se formara en sus labios al ver a su hijo de tres años corriendo por ahí con otra de las huéspedes y el niño de ésta—. Volveremos a ser felices. Todo esto quedará atrás, como una pesadilla.
—Una vez mencionaste que las visitas de los trabajadores sociales recién habían terminado cuando Hyun Jin tuvo que irse... ¿Verdad?
—Sí —respondió el menor—. Estábamos muy emocionados porque ya éramos una familia, íbamos a poder criar a Ji Sung juntos, todo estaba bien y... una mañana escuchamos que un maldito misil cayó en una zona cerca de nuestro hogar. Llamaron a Hyun Jin dos días después y pasaron otros tres o cuatro antes de que nos pidieran evacuar y venir hacia acá. Ji Sung tenía sólo un año recién cumplido, él no puede recordar nada... Pero por eso le cuento acerca de Hyun Jin todos los días. Aunque no lo he visto desde que empezó la guerra y lo más que puedo obtener de él por ahora son cartas, sé que volverá.
Unos veinte minutos más tarde, el almuerzo estuvo servido. La señora Ahn decía que le costaría desacostumbrarse a cocinar para siete adultos y dos niños. Nunca imaginó que tendría a tantas personas viviendo con ella bajo el mismo techo, mucho menos en circunstancias tan feas como una guerra, pero estaba encantada de ayudar, así como su esposo hacía su parte al proteger a la nación con el resto del ejército. Cuando se enteró de que su casa había quedado dentro de una zona segura, no tardó en ofrecer a los evacuados todos los lugares que tenía disponibles.
Se sentaron a comer, dejando un sitio para Won Pil, el hermano mayor de Seung Min que todavía no regresaba de su vuelta para recoger la correspondencia. El castaño deseaba con todas sus fuerzas que hubiera una carta para él, algo de parte de Hyun Jin que pudiera leerle a su querido hijo esa misma noche antes de dormir.
—¿Te encuentras bien, Seung Min? —Cuestionó amablemente uno de los huéspedes, un chico un poco más alto que él, con cabello negro bastante corto y mirada gentil.
—Lo siento, Lee Do hyung, me perdí en mis pensamientos —contestó con una risa suave y nerviosa antes de volver a llevar su tenedor hacia su plato—. ¿Me habían preguntado algo?
—Sí. Xion y yo queríamos saber un poco más acerca del proceso de adopción —explicó el pelinegro—. Realmente nos gustaría formar una familia cuando las cosas vuelvan a la normalidad.
Hablaron al respecto durante un largo rato hasta que Won Pil regresó y le entregó una carta a su hermano menor, sabiendo que los ojos de éste brillarían tan pronto como leyera el nombre del remitente.
—¡Una carta de Hyun Jin! —Exclamó—. ¡Oh, gracias al cielo! Sabía que él estaba bien... Tenía que estarlo... —No pudo evitar derramar un par de lágrimas ahí mismo, pues volver a saber de su esposo lo hacía sentir aliviado de una manera indescriptible.
—¿Es de papá? —Preguntó el pequeño Ji Sung antes de voltear a ver a su tío con la mirada más encantadora y gritar emocionado—: ¡Gracias, tío Won Pil!
El mayor de los hermanos Kim le revolvió el cabello al niño y se sentó a almorzar, aunque ya era un poco tarde para eso.
Continuará.
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Buenas noches, lobitos. Traigo un fanfic nuevo, pero no será muy largo (tendrá tres capítulos, máximo cuatro). Espero que les guste. ~ 💖
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Sabía que volverías [HyunMin]
FanfictionLa angustia y la espera llegarían a su fin. Hyun Jin iba a volver, él lo sabía. ⚠ PROHIBIDO COPIAR O ADAPTAR ESTA HISTORIA. 🔹 HyunMin.