2010
Samantha, 15 años.
Un día te levantas como siempre y piensas 'otro día mas' sabes que será un día normal, igual que todos los demás. Nunca pasa por tu cabeza el pensamiento de que algo cambiara. Saludas a mamá, desayunas... bueno no es mi caso porque nunca me da tiempo, pero ese no es el punto. El punto es que nunca crees que te pasara algo increíble, nunca crees que pasara algo fuera de lo normal... solo crees que será un día como cualquier otro, cansado, con ganas de que la escuela termine para llegar a casa y poder recostarte a hacer nada.
Pero luego un día todo cambia, una simple propuesta de tu mejor amiga puede cambiar tu vida para siempre. Pero en ese momento no lo sabes.
Mi historia empieza en la clase de matemáticas minutos antes del desayuno, un momento estoy sola en mi escritorio pensando sobre lo que voy a comer y luego tengo a mi mejor amiga a la par hablándome sobre un chico que le gusta, pero no estoy escuchando nada. En mi cabeza solo esta el pensamiento de que no puedo esperar mas a que suene el timbre para poder llegar rápido a la cafetería y poder comer.
Entonces entre mi pensamiento de comida escucho la voz de mi mejor amiga decir unas palabras que atraen todo mi atención hacia ella.
-Entonces ¿Qué piensas sobre mi plan? –me dice.
-Disculpa, repite otra vez lo que acabas de decir porque creo que te escuche mal. –digo mientras escucho el timbre sonar y comienzo a levantarme.
-Que todo lo que tienes que hacer es agregar al chico que me gusta en facebook y hablarle bien sobre mi para que yo pueda interesarle. –dice Grace repitiendo, con su celular en mano enseñándome el perfil del chico. Grace es una de mis mejores amigas, es hermosa, divertida, con su pelo corto pelirrojo y ojos verdes era el sueño de muchos chicos de nuestra escuela. Así que no entiendo porque esta chica esta pidiéndome un favor tan tonto cuando solo podría ir, hablarle al chico y este caería a sus pies.
-¿Estas loca? –pregunto sin siquiera mirar el celular mientras salgo del aula dirigiéndome a la cafetería y así huir de ella.
-Por favor Sami soy demasiado tímida para acercarme a el, así que si el lo hace no será un problema. –dice mientras trata de seguirme el paso con sus pequeñas piernas, su metro sesenta no le daba para mas. –Grace no voy a hacer tal cosa, aun cuando ya tengas un gran plan en mente... uno bastante malo por cierto. –trato de caminar lo mas rápido que puedo para llegar rápido a la cafetería, escuche que darían pie de queso hoy y nadie ni Grace podrán detenerme para conseguir ese delicioso pie.
Me dirigí a la línea de la cafetería buscando ese hermoso pie con mi mirada, mientras Grace seguía hablando a lado mío sobre abrir un Facebook falso. Su plan ya era bastante malo, pero yo con el estomago vacío se escuchaba peor.
-Ahí estas –digo mientras me dirijo a comprar lo que me daría paz y felicidad el día de hoy. –Sam no me estas escuchando, de verdad me gusta este chico por favor ayúdame. –dice Grace mientras jala mi camisa.
La seguí ignorando, mientras agarraba mi pie, un jugo y me dirigía hacia una mesa dejándola en la línea buscando que comer.
Encontrando una mesa en una esquina a lado de las ventanas, me siento poniendo todo en la mesa y me dirijo a mi felicidad.
-Al fin somos solo tu y yo –digo con una gran sonrisa mientras miro a la delicia enfrente de mi. Estaba tan concentrada en saborear ese pie hecho por los dioses que no me di cuenta de la conmoción que estaba pasando en la cafetería. Levante mi cabeza buscando de donde venia todo ese ruido y la razón del porque todos murmuraban, bastante alto la verdad para llamarlo murmurar.
Y ahí desde la esquina donde estaba sentada en la cafetería puedo verlo entrar a él, al causante de todo el alboroto, Alexander Black, el nuevo chico que llego hace unos días a la escuela. Me lo había topado una cuantas veces en los pasillos pero no le había prestando tanta atención como todos los demás, desde que llego no había persona que no hablaba de el, tanto chicas como chicos, siendo un pueblo pequeño con pocas escuelas y la mayoría de gente en esta escuela estudiando aquí desde pequeños, todos se conocían al menos de vista. Así que este nuevo chico era toda una celebridad.
No culpaba a nadie por estar interesados en el, la verdad es que estaba bien pero al menos para mi era el típico chico pálido de ojos color miel y pelo rubio, nada del otro mundo. He escuchado a algunos llamarlo el Justin Beber de esta escuela, eso es tirar demasiado alto pero bueno tal vez tienen razón, cada chico blanco se ve igual.
Volví a mi pie, que era mas interesante que todo lo que estaba pasando alrededor, cuando siento a Grace tirarse encima de mi, casi tirándome a mi, mi pie y mi bebida a la mierda.
-Dios mío Sami ¡Es él! ¡Es él! –grita Grace mientras me sacudía de la camisa. –Grace suéltame, ¿que mierdas te pasa? –le grito de vuelta tratando de alejarme un poco de ella evitando que mandara a volar todo lo que estaba en la mesa.
-Sami, es el chico del que te hablaba, el que me gusta. –dice mientras señalaba a un punto en la cafetería con su cabeza. Levanto mi vista siguiendo hacia donde estaba apuntando, cuando lo veo. Alexander Black.
No puede ser.
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Es mi primer historia y tal vez cometa algunos errores pero gracias por leer 🥺❤️
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DEBI HABER DICHO NO
RomanceA veces ayudar a una amiga te puede traer problemas. Agrégale las redes sociales, secretos y presión social... no sabes como todo terminara. Esa fui yo, Samantha Linton, aun no entiendo porque dije si a algo como eso.