Capítulo 26

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Andrew:

Los brazos de mí alfa me envolvían mientras dormía, me sentía de maravilla a su lado. Pasar el celo con un alfa de verdad era tan bueno como había escuchado (como Peter me lo había contado), pues los dolores, la fiebre y todo lo malo que un omega sentía durante este, desaparecían por completo. Quizá, parecía ser que dependíamos de ellos para sentirnos bien, pero me di cuenta que ese sentimiento de querer estar el uno con el otro era mutuo y un lazo muy fuerte, Hero necesitaba de mi tanto como yo de él, y lo importante era que estábamos bien juntos, amábamos nuestra unión, nuestra presencia, amábamos todo el uno del otro...

Estaba tan cómodo que no quería levantarme, pero unas inmensas ganas de ir al baño no me dejaban seguir durmiendo en paz, ¡mi vejiga estaba por explotar!

-Hero... -llamé a este.

-¿Mm...?

-Quiero ir al baño -comenté.

-Date prisa, no quiero pasar un minuto sin ti... -dijo aún adormilado.

Me levanté de la cama, las piernas me temblaban como si fueran gelatina.

-Necesito una ducha...

Entre al baño, he hice mis necesidades mientras dejaba llenar la tina con agua tibia. Me gustaban las burbujas, así que eché un poco del jabón especial para que se hicieran.

-Que rico... -suspiré cuando me metí en la tina.

Hero tocó a la puerta.

-¿Andrew, está todo bien?

-Sí, pasa.

-Vaya, con razón te tardabas tanto -sonrió al verme metido en la tina.

-Me siento muy bien. Entra conmigo -le pedí.

No lo pensó dos veces y se metió conmigo en la tina. Nos acomodamos de manera en que él quedó tras de mí, con las piernas abiertas y yo en medio, recostado sobre su pecho.

-Está mucho mejor así -dije acurrucándome.

-Eso, relájate -masajeaba mis hombros-. Hueles tan rico... -añadió, y acto seguido lamió la nueva marca que me hizo.

-Hero... -me estremecí.

-Me encanta saber que eres sólo mío, mi dulce omega -respiró profundo el olor de mi cuello.

Sus manos pasaron a acariciar mi pecho, frotando, haciendo círculos, sus dedos juguetearon con mis pezones, pellizcando suavemente. Gemí.

-¿Te gusta? -preguntó, a lo que asentí y continuó.

Sus manos continuaron jugueteando, su lengua lamia mi cuello y mi cuerpo reaccionaba a cada uno de sus toques. Me sentía más sensible que de costumbre. Deslizó sus manos más abajo, rosando mi entrepierna.

-Vaya... pero que tenemos aquí -sonrió, y con una de sus manos, comenzó a tocarme-. Hay tantas maneras en las que puedo hacerte sentir bien y eso me encanta, podemos jugar sin parar.

Me brindaba placer, masajeando con su mano, bajó hasta mi entrada, donde dos de sus dedos se entretenían.

-Hero, si sigues voy a terminar... -me retorcí entre sus brazos.

-Hazlo -dijo sonriendo pícaramente.

-¡Ah! -expulsé todo.

-Eso, así... -Hero sonrió satisfecho-. Pero no puedo parar, tu cuerpo me llama -dijo y me alzó un poco para poder entrar en mí.

Su fuerza me impresionó, pudo levantarme fácilmente. Hero tenía el completo control de mi cuerpo.

-Hero... -era una delicia.

-No me canso de hacerte mío -su voz se había vuelto más ronca de un momento a otro, y sonaba dominante, era su voz de alfa.

No pasó mucho tiempo cuando sentí su nudo expandirse dentro de mi cuerpo, arrancándome un gemido tan fuerte entre ese dolor y el placer del sexo alfa-omega, sus dientes volvieron a enterrarse en mi cuello, reforzando nuestro lazo.

-Me duelen las piernas... -comenté cuando recuperé el aliento.

-Descuida, te llevaré cargando a la cama.

Nos quedamos en la tina hasta que su nudo se desinflamo.

-Vamos a la cama -me tomó entre sus brazos y me llevó cargando a la cama.

Me sentía muy cansado, pero al mismo tiempo satisfecho y relajado.

-Me encanta que estés en celo -ronroneó mi alfa mientras me abrazaba por la espalda.

-Debo tomar los supresores pronto, o podríamos quedar...

-Embarazados -dijo, a lo que asentí-. Ok, pero te volveré a hacer el amor antes de que lo hagas.

-Bien, me gusta la idea -sonreí.

Al amanecer, Hero ya estaba dentro de mí nuevamente. Sus movimientos lentos pero certeros me enloquecían.

-Carajo... -gemí.

Y mientras estábamos en el acto mi teléfono móvil comenzó a sonar como loco.

-Mierda -gruñó Hero-. No respondas -pidió.

-Es Peter... -dije al ver la pantalla.

-No respondas, si no vuelve a llamar era solo un chisme, pero si insiste respondes -dijo, y así lo hice.

Pero no pasaron ni 5 segundos cuando nuevamente entró otra llamada.

-Joder... mejor sí responde -dijo Hero resignado.

-Eh, Peter, ¿qué sucede? -pregunté.

-¿Estabas dormido? -preguntó.

-Apenas vamos despertando -dije.

-Vaya, seguro tuvieron una buena noche -dijo con voz dulzona.

-Sí -sonreí-. Pero dime, ¿Qué sucede?

-Queríamos saber si quieren ir al cine con nosotros, en la tarde, desde que Hero renunció que no hemos ido.

-Ok, deja le digo y te devuelvo la llamada.

-Por cierto, toma tus supresores si no quieres quedar embrazado, aunque que debo admitir que es muy lindo estarlo.

-Mi hermano te ama, así que no tienes nada de qué preocuparte.

-Bueno, nos vemos al rato.

-Hasta luego -terminé la llamada.

-¿Y, que te dice? -preguntó Hero, retomando sus movimientos.

-Ah... -gemí primero-.que si queremos ir al cine por la tarde.

-Claro, será divertido. Pero ahora solo quiero seguir -las embestidas tomaron mayor fuerza y velocidad.

-¡Ah... Hero!

Un rato después Tomé mis supresores, calmando así mi celo.

-Debemos limpiar la habitación antes de que lleguen los demás por nosotros, aún huele mucho a tu aroma de celo -comentó.

-Taylor diría que huele a patas -reí.

-Sí, lo he escuchado bromear mucho con eso.

Joder, amaba a mi alfa, y me sentía en el cielo a su lado, quería estar el resto de mi vida a su lado.

-Hero, ¿y si lo intentamos?

-¿Intentar qué? -preguntó.

-Formar una familia -respondí, dejándolo impactado.

Sangre de OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora