III

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—Su madre apesar de ser toda una "Bruja" así le solía decir el, era alguien muy cariñosa y se preocupaba por dejarlo solo, le daba algo de miedo pero, su esposo la tranquilizaba diciendole que todo estaba bien y Katsuki no era un niño como para sentir miedo y tanta preocupación como esa, la rubia entendía lo que decía el mayor de los Bakugou, y no solo las palabras de su esposo le tranquilizaban si no también, el hecho de que la cuidadora de su hijo llegaría pronto, Mitsuki al notar que dicha chica no llegaba, al parecer se había retrasado pero, ella tenía que trabajar y entonces, decidió dejarle un mensaje a la castaña lo malo era que el celular de la apellidada Uraraka había dejado su celular en su casa, por culpa de retrasarse y por lo apresurada que estaba lo olvido, Mitsuki se fue junto a su esposo Masaru—

—Al menor de los Bakugou no le hacía para nada ilución saber quién era esa nueva cuidadora, seguro y no duraría más de una semana y hasta menos, las antiguas cuidadoras mencionaban que era un "Idiota, desconsiderado y grosero” y ellas no toleraban eso, luego de ver que sus padres se iban dejándolo solo, se fue a su habitación, donde dejo de escuchar el exterior al colocarse sus auriculares, su mente se concentró en aquellos libros que leía para alejarse de su alrrededor, a eso sí  le llamaba ayuda para dejar de sentirse un estorbo para los demas—

—Y no, el no necesitaba una psicólog@, solo que en veces se reprochaba el haber sido algo estúpido, como para terminar de esa manera, por qué si, el se había enojado tanto que no midió el exceso de velocidad, causando así aquel accidente, que lo llevó a como estaba en ese momento, y por eso mismo piensa que fue una completa estupidez enojarse por “aquello”—

[.…]

–‹“Al fin! Está es la residencia de los Bakugou! Es inmensa!!”› su mirada no paraba de admirar la gran casa, después de todo era de dos pisos, cinco habitaciones, tres en la segunda planta y dos en la planta baja, cuatro baños, dos en la planta alta y dos en la baja, una cocina muy amplia, que era separado de el comedor y de la sala, la cual era hermosa e igual de amplía que la cocina, un jardín hermoso con muchas plantas y las rosas eran tan bellas, cabe destacar que a la madre no le gustaban mucho pero, las cuidaba por qué a su esposo le parecen  luego de salir de sus pensamientos sobre lo hermosa que se veía la casa por fuera, se acercó a la puerta y la tocó cinco veces, entonces tomo la copia de la llave y abrió la puerta despacio, miró y no parecía que hubiera ni siquiera algún fantasma hay adentro, se adentro para luego cerrar la puerta con llave claro, respiró profundamente y se comenzó a quitar sus zapatos para poder adentrarse más hacía el interior de la casa, había mucho silenció, al ver el perchero se quitó su chaqueta y la colgó, recordaba que la rubia le había dicho «‘Mi hijo no sale mucho de su habitación, hasi que no te preocupes si no le ves cuando llegues’» entonces no sé preocuparía por si no lo veía hay en la sala–

–La casa parece estar bien haceada..– mencionó la castaña al mirar todos y cada rincón de aquella residencia– ¿Que se supone que haga en este momento?– la rubia también solo había dicho que estuviera pendiente de cuidar la casa y de prepararle la comida a su hijo, la castaña se fijó en la hora en un reloj que noto que estaba en la pared, faltaban unos minutos para que dieran las ocho de la mañana, camino hacía la mesa del comedor y en una de las sillas dejo su bolso y dejando la copia de la lleve de la casa en la mesa, para asi dirijirse a la cocina–

—La castaña nunca fue una experta en la cocina, tampoco cocinaba mal pero, era muy lenta cuando se trataba de cortar los vegetales, le causaba miedo, terminar con alguno de sus pequeños dedos en la mesa bañado de sangre, si de solo pensarlo su respiración se detenía, cuando era niña aveces se cortaba con el cuchillo pero, terminaba satisfecha de que su padre comiera lo que preparaba y le mostrará una sonrisa de felicidad cuando finalizaba de comer, aunque habían veces que ella se daba cuenta de que no era una comida perfecta y que su sabor no era el esperado, y su padre sonreía de esa manera para consentirla y que no se desanimara pero, al darse cuenta su motivación de hacerlo mejor incrementaba, solo esperaba que lo que pensaba preparar fuera satisfactorio para el chico—

—Pronto se adentro más a la cocina y reviso la alacena, el refrigerador, entonces pensándolo bien se decidió por preparar algo en lo cual era algo más lenta, comenzó tomando un delantal que encontró en uno de los cajones, si bien se sorprendía de que la cocina de su casa era mucho más pequeña que esa, tomo unas patatas lavandolas bien para después comenzar a pelarlas, con mucho cuidado y con lentitud de esa manera no se terminaría cortando, después de tener las patatas peladas y cortadas en cubos pequeños, tomo una olla con aceite para así confitar las patatas a fuego mínimo—

[.…]

—Para Katsuki estar en una silla de ruedas era sumamente molesto, por eso mismo no volvió al trabajo con su padre, aunque su padre le mencionaba que hacía mucha falta, tanto sus ideas y presencia pero, el se negaba a regresar, todos pensaban que el en verdad no quería volver más, de igual manera su padre tenía la esperanza de que su hijo iba a pensarlo mejor y tomaría la decisión de volver, el rubio desdé su infancia era muy fan de un policía el cual se dedicaba a detener a las personas malas y se aseguraba de que estas pagarán por sus crímenes, el pensó en ser como ese hombre aunque, luego de haber cumplido sus dieciséis años, lo pensó mejor y al notar que realmente ser policía, no era que no le iba si no que comenzó a ver y hacer diseños como su padre, al cual si que admiraba mucho y así mismo fue que se convirtió en un diseñador de ropa, y hasta la fecha de aquel accidente trabajo con su padre, después de todo el mayor de los Bakugou aseguró que dejaría su empresa en manos de Katsuki eso era evidente después de ser su único hijo, el rubio ahora no estaba seguro de poder llevar esa empresa, le aterraba que en lugar de hacerla subir, la hiciera bajar y que todo el esfuerzo de su padre fuera destruido por el, antes del accidente hasta haría el doble esfuerzo que hacía antes sin parar después de todo le gustaba que todo saliera a la perfección y que todo fuera más que genial pero, ahora solo pretendía estar dentro de casa sin saber de salir, ni siquiera para despejar su mente lo hacía, su celular timbraba todos los días revisaba la bandeja de mensajes pero, simplemente apagaba el celular sin responderle al único que lo toleraba aparte de sus padres—

—Sin duda los auriculares le daban paz con cada canción que colocaba en su laptop y el libro que se dispuso a leer, para el era algo entretenido y era su mejor manera sin tener que salir, para despejarse lo suficiente, aunque esté no estaba al tanto de lo que ocurria en la cocina o eso parece hasta que empezó a sentir un aroma familiar, Katsuki podía olvidar las palabras que le decía su mejor amigo o los regaños de su madre pero, olvidar el aroma a comida picante imposible, después de todo la comida picante era su cosa número uno y favorita en su lista “por ahora”. El rubio bajo lentamente aquel libro de su campo de visión dejándolo en la mesa que tenía en frente sintiendo un poco más el aroma de la comida, aunque se negó a pensar que ese aroma provenía de la cocina, lo pensó, los vecinos no cocinaban esa clase de comida y estaría un poco lejos como para sentir el aroma, también estaba el hecho de que se estaba haciendo algo tardé “Exactamente la hora de almuerzo„ y probablemente ya estaba sintiendo hambre, se quitó aquellos auriculares que le causaban paz y no escuchaba mucho afuera, así que dejando los auriculares al lado del libro, comenzó a girar la silla para dirijirse hacía la puerta y habriendo está el aroma se intensificó, cerro la puerta y no tardó nada en atravesar la sala y el comedor llegando a la puerta de la cocina, que al llegar a esta no tardó en formar una mueca rara en su rostro al escuchar una voz dulce, extraña y chillona diciendo "Listo, solo queda servirlo y supongo que a esta hora debería de estar hambriento, Mitsuki dijo que.... DIABLOS!!! tarde mas de la hora dada, voy a morir!" Y eso último el chico lo afirmó, decidió adentrarse a la cocina con su típico seño fruncido—

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Aquí está el cap III
Espero le gusteis✨

Estaré ocupada estos siguientes días, por lo tanto no aseguró actualizar pronto.
Pero, no crean que la dejaré, eso jamás, por qué me eh inspirado mucho y escribir tanto como para dejarlo así como así, nunca!

Les agradezco mucho su apoyo, me hacéis muy feliz!🌟

Si gustan pueden comentar, lo que creen que valla a pasar cuando se miren el uno al otro, den sus teorías ✨me gustaría leer más sus comentarios 🌟

Saludos estrellitas✨

Cuídensen mucho❣️

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