Capítulo 77: Desaparición

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Pasaron alrededor de 6 meses después de aquel acontecimiento en el Paraíso. Con la nueva orden del dios Izanagi y Zeus que se habían compenetrado para unir sus Panteones y entrenar a los cazadores, cada semidiós o guerrero tendría dos maestros dioses, en mi caso fue Deméter y mi madre Amaterasu, quien se ofreció voluntariamente. Así durante los meses me turnaba en ir al Panteón Olímpico y entrenar tanto en sueños como en el mundo físico bajo la tutela de la diosa de los bosques según sus conocimientos como había hecho siempre, pero basándome más en mis capacidades ya adquiridas pero reforzándolas, lo mismo con mis respiraciones, mi inteligencia, destrezas y mi propia base de poder divino, así para obtener más variedad de técnicas. En relación a mi madre fue completamente distinto, pues a pesar de ser gratamente amable conmigo, me enseñaba todos los componentes que tenía el sol, así como las diferentes habilidades que venían a ser las que había heredado, pero a la hora de controlarlas había sido un verdadero infierno, sobre todo porque con ella tenía que hacerlo perfecto o no podría dormir, comer o beber, por lo que tuve que esforzarme y cumplir con sus expectativas, asimismo cumplí en una parte lo que requería: hacer técnicas divinas con más facilidad, y también pude dominar la autoridad divina del sol, la cual era mucho más impactante de lo que había creído; de la misma manera me explicó lentamente como funcionaba el poder divino y las maneras de demostrarlo reforzando mis propias capacidades tal como la marca lo hacía, en sí había tantos usos que ni yo podía darme cuenta, por lo que tenía que hacerlo todo a detalle, el punto principal es que tenía que dominarlo todo, pero en estos 6 meses apenas lograba lo básico, me quedaba todavía demasiado entrenamiento.  También entrenaba con Mirai, pero era más de refuerzo, tampoco quería sobreesforzarme mucho, simplemente reforzar todo aquello que tenía más flojo según sus conocimientos. De vez en cuando también acudía a misiones con los chicos o mis hermanas para así ir aumentando el rango, he de decir que mis nuevas habilidades daban sus frutos poco a poco. 

--¿Kaede? ¿Cómo lo llevas?--Me preguntó Kanae que estaba tomando un sorbo de té en la mansión. Se podía decir que ella también había progresado bastante, después de todo era una pilar y de las más fuertes, aunque no le llegaba ni a los talones a Hanae, que seguía estando por encima, y mucho menos a Rengoku. La pilar de la flor estaba sonriente y tranquila, por lo que al sentarme junto a ella me abrazó con sus delicados brazos. 

--Supongo que bien, pero es muy duro. Tanto mamá como Deméter son muy duras, cada una tiene su ritmo y lo hace de manera diferente, pero al contrario me siento más fuerte, si dijera un número antes era 3 y ahora soy 8, he subido increíblemente, y los conocimientos que he logrado también son increíbles. En resumen, también me han hecho leer libros bastante complejos, necesito un descanso ya.--Le anunciaba con una sonrisa afable y tranquila mientras disfrutaba del cálido abrazo, a pesar de que suelo estar con mis amigos o mi familia de manera continua me alegraba tener estos momentos. Mi hermana mayor es de las personas que más quería, y con la paz adquirida todo era incluso mejor. 

--Eso me tranquiliza, me siento orgullosa de ti Kaede, has dado tus frutos, y Aoi le pasa lo mismo, es una buena tsuguko para Aoi. ¿No has visto a Shinobu? Lleva días sin venir a la mansión, mucho menos a la finca mariposa ya que estuve por allí, es muy extraño.--Se preocupaba mi hermana mayor con una expresión triste en sus ojos, más era normal tenerla, era como muestra figura materna junto a la cazadora Invernal, una verdadera chica que demuestra el más mínimo afecto. 

--Umm… es extraño. Según por lo que me he informado ella había ido a una misión recientemente, una bestia divina que estaba matando a muchos cazadores en el proceso, pero ella es una pilar demonio muy poderosa y letamente veloz, es imposible que pierda. ¿O quizás si? Deberíamos ir a investigar, esto no es bueno.--Aseguraba un poco preocupada por lo que podía pasarle, a veces no me preocupaba ya que ella era mucho más fuerte que yo en el sentido de velocidad y letalidad con el veneno, pero ahora ya no sé que decir. Mi propia hermana podría estar en peligro, mucho más quizá alguno de mis enemigos lo tenga preso, habrá que tomar las medidas necesarias. 

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