One Shots ;; Harry Potter world

05. Harry Potter

Daila se encontraba en la sala común de Gryffindor sentada en una esquina algo apartada, acompañada de una niña algunos años menor a ella, a quien ayudaba con sus deberes y a estudiar para los exámenes próximos.

-¡Hey Daila, te han dejado un regalo en tu cama!- le aviso una de sus compañeras de habitación.

-¿Regalo?- murmuro para si misma -¿Sabes quien ha sido?- le pregunto confundida la pelirroja mientras miraba hacia dirección en donde estaba su compañera con anterioridad, pero ella ya se había ido.

-Si quieres puedes ir a ver, de todas formas nos veremos mañana- le propuso la niña de a su lado con una sonrisa en su rostro mientras comenzaba a guardar sus cosas.

-¿Estas segura?- le preguntó mientras imitaba las acciones de la pequeña.

-Segurísima- le respondió moviendo su cabeza en señal de aprobación.

-Bien, nos vemos luego- dijo revolviendo el rubio cabello de la pequeña.

Daila colgó su mochila en su hombro y caminó hacia las escaleras que daban a los dormitorios de chicas, y las subió casi corriendo.

Al estar frente la puerta de su habitación, la abrió y entró rápidamente mirando hacia todas partes en busca de alguna señal de la persona que había dejado aquel regalo que posaba en su cama. Pero al no ver nada, dejó caer su mochila al suelo y camino hacia su cama mirando una pequeña caja de terciopelo rojo.

Daila sonrió tomándola entre sus manos y cuando estaba por abrirla la puerta se cerró fuertemente.

-¡Por merlin!- gritó la pelirroja exaltada dejando caer la caja al suelo.

-Hey la vas a romper- dijo una segunda voz en la habitación, y Daila asustada rápidamente tomó su varita.

-¿Quien está ahí?- pregunto asustada apuntando con su varita por toda la habitación.

-Tranquila Daila, soy yo Harry- dijo el joven apareciendo a su lado izquierdo.

-Joder tremendo susto me has dado Potter- se quejó dándole un ligero  golpe en su hombro al tenerlo cerca.

-Lo lamento- se disculpo con una apenada sonrisa mientras la tomaba por la cintura -¿Te ha gustado?- pregunto acercándola a el.

-Ni siquiera he podido ver que es- dijo rodando sus ojos mientras pasaba sus manos por detrás del cuello del castaño.

-Ábrela entonces- le ordenó emocionado sacudiendo suavemente su cintura.

-Suéltame entonces-

-La puedes abrir después- dijo dándole un pequeño beso en sus labios. Daila soltó una risita y junto sus labios fundiéndose en un cálido beso.

sensazxi0n