Capitulo 23

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Narra Duvan

Paramos en un pueblo que nos quedaba de camino a Barcelona. Yo fui al banco a sacar dinero para comprar una casa. Sin darme cuenta entraron unos atracadores al banco y nos amenazaron con dispararnos.

Se fijaron en mí y les parecí peligroso. El que parecía el jefe ordenó a que me llevarán y me ataran a una silla en la planta de arriba.

Así lo hicieron dos hombres, uno de ellos se quedó vigilándome.

—¿Cuánto queréis llevaros de dinero?—le pregunte.

Era para distraerlo ya que saqué un cuchillo de mi bolsillo de atrás.

—A ti que te interesa—me contestó.

—Te podría decir donde está—le dije.

No se interesó y yo mientras tanto corté la cuerda.

—Venga estas ansioso por saberlo— seguí intentándolo.

—Si dímelo ya pesado

—Acércate—le ordene

Lo hizo, se agachó me acerque como si se lo fuera a decir a la oreja.

Aprovechando que estaba agachado le mande con el pie en sus partes, me levanté y lo acuchille por la espalda. Saqué el móvil u mande un mensaje a Diana que me esperará por fuera de un restaurante donde no estaba la multitud.

También que le dijera a la policía que era uno de las fuerzas especiales.

Al rato me contestó que lo había hecho. Unos de los ladrones gritaron el nombre del que había matado.

Yo respondí con un grito de dolor. El jefe ordenó a cuatro hombres que subieran. Cogí una silla y me oculte detrás de la puerta.

Cuando vi que pasaron salí de mi escondite y golpeé a dos de ellos. Al otro le di una patada en la barriga. Y al siguiente le rompí el brazo con una llave.

Esquivé un puñetazo y como si fuera un boxeador le mandé cinco puñetazos seguidos. Con un cuchillo maté a todos. Cogí algunas pistolas a los atracadores muertos.

Un atracador se asomó y le disparé. Salí con cuidado mirando a todos lados. Saqué el móvil y le dije a Diana que le dijera a la policía que entrará ya. Silbé fuerte, todos me miraron y la policía entró. Salí por patas.

—Señor uno de ellos se escapa

—Déjalo es uno de las fuerzas especiales

Salí del banco por otra salida. Cuando Diana me vio vino hacia mí corriendo.

—Cariño te quiero, pensaba que te había pedido—dijo ella y siguió besándome.

—No te preocupes mi amor ya me tienes aquí

—Vamos parejita no tenemos todo el día—se burló Johnson

—No os preocupéis pararemos in hotel—dijo Karen

—Iros a la mierda los dos y os mataría—dije de broma

—No creo que puedas—dijeron los dos.

—No me infravaloren.

Arrancamos y nos fuimos a buscar inmobiliaria.

El arte de matar y de amar II (ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora