Capítulo 18

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KATHARINA ZAKHAROVA.

—Lo voy a buscar y le sacaré las tripas frente a ti. —amenaza furioso.

—¿A quien? ¿De qué hablas? —finjo no saber.

Sujeta con fuerza mi mandíbula obligándome a mirarlo. Por extraño que parezca no puedo mantener mi mirada en la suya cuando miento.

—¡Al que te follaste, lo condenaste! —grita arrojándose a la cama con brusquedad.

—¡No me folle a nadie! —respondo demostrando ofendida. —Deja de delirar, si me viste desnuda en la cama era porque estaba tocándome ya que tu no lo haces.

Me detalla en silencio buscando que me quiebre y diga la verdad pero no lo haré. Ni en sus más lejanos sueños le daré en bandeja de plata la cabeza de Stefan, ninguna de las dos. Me toma por sorpresa cuando se quita la chaqueta, vuelve a tomarme de los talones acercándome a él girando mi cuerpo con brusquedad para subirse sobre mi. Su falta de delicadeza me prende como nunca antes y pronto mi respiración se altera cuando siento sus manos recorrer mis piernas hasta mis glúteos subiendo la tela de la bata dejando al descubierto mi culo ante él.

Su mano me calienta el culo cuando me da un azote, la piel me arde y vuelve a quemarme cuando recibo otros dos golpes. —¿Eso es lo que te gusta? Te advertí que si otro te tocaba lo asesinaría y cuando descubra quien es no le alcanzará la vida para pagarlo.

—Estás alucinando. Ya te dije que yo me estaba tocando porque tú no me complaces.

Sujeta mis brazos y los ata en mi espalda no se con que pero me deja completamente inmovil cuando abre mis piernas y me obliga a doblar las rodilla para atarme de los tobillos dejando mi sexo expuesto ante él.

—Tu castigo será no poder tocarme. —Se baja el pantalon y se acerca a mi frotando su dureza con fuerza sobre mi sexo. Jadeo soltando un grito de placer mi feminidad reacciona a él y me mojo cada vez más cuando roza su glande en mi.

Sin previo aviso entra en mi de golpe y si de vista es grande sentirlo en mi interior es cosa de otro mundo, Comienza a mover sus caderas fuerte con penetraciones bruscas pero placenteras. Luchó por liberar el agarre pero no puedo ya que entre más esfuerzo hago mas se adhieren a mí el cuero del lazo que me tiene atada. Los dedos de mis manos alcanzan a tocarse con los de mis pies debido a que el lazo que sostiene mis extremidades está unido.

—¡Maksym! —gruño fuerte.

—Maksym nada, espero que con esto te quede claro que me perteneces, que nadie puede tocarte, mirarte o hablarte. Y que quien lo haga lo asesinaré.

Sus embestidas se acoplan a la molestia en su voz moviéndose salvajes llenas de rabia lo cual me encanta, mi cuerpo es un sin fin de emociones y la electricidad que recorre mi cuerpo me tiene al borde de la fascinación. Se inclina sobre mí y deja mordidas en mi nuca, mis hombros y espalda. Su aliento sobre mi piel es la delicia más grande que he sentido y justo ahora lo único que deseo es probar esa exquisita boca.

Como en todo Maksym Boss sabe perfectamente cómo moverse y a pesar de ser salvaje y sin delicadeza no traspasa los límites y lejos de causarme dolor está potenciando el placer a un nivel jamás antes vivido. 

—Y este es tu castigo por retarme. —antes de que llegue al clímax con habilidad se aleja de mí impidiendo que me venga.

Mi respiración sube y baja frenéticamente y mi cólera se sube a la cabeza.

—¡Maldito hijo de puta! —grito intentando liberarme. —¡Ven aquí y termina lo que comenzaste o te juro que te mato!

Por primera vez escucho su risa gruesa, se acerca a mi pero no para obedecer sino para liberar el amarre. Me levanto de la cama y lo miró furiosa dándole un empujón mientras se viste. La cara de satisfacción que maneja en este instante no se compara con nada, me dejó frustrada y necesito más.

KÄTHARINA [+21]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora