Él le veía absorto desde su lugar, no sabía el por qué había dejado de prestar atención a su entorno dejando de escuchar los murmullos de las personas en aquel salón para concentrarse en aquel peli-negro de ojos azulados. Solo estaba ahí, sin hacer nada, sin decir nada, solo mirando a aquel joven chico.
Cuando takemichi volteo a verle y sus ojos se conectaron, fue, a palabras de manjiro como si el cinturón de asteroides que se encontraba en medio de marte y júpiter acabara de explotar por primera vez dando así el origen de este. Bajo la vista un poco avergonzado cuando takemichi le sonrió y es que el mayor sintió como se empezaba a sentir nervioso a la vez que su cuerpo sentía una extraña sensación.
Su pecho se sentía bien, no tenia dolor, lo que sentía era como un tipo de electricidad que le hacia viajar a otra dimensión al solo cerrar los ojos. La brisa del aire acariciaba su cabello y su rostro pasando por cada facción y detalle que el rubio tuviera, abriendo sus ojos pudo encontrarse con un hermoso lienzo que era el cielo, de color azul mientras colores como el morado y anaranjado aparecían dándole un tono más cálido a aquel enorme cielo, siendo apaciguado con el sonido de la hierba moviéndose al compás de la brisa al atardecer. Si, eso el lo que provocaba el peli-negro en el rubio.
Los jóvenes se encontraban haciendo oraciones antes de salir de la escuela, pero como era de costumbre manjiro solo cerraba los ojos tratando de no pegar las pestañas y dormirse. Mientras por otro lado takemichi estaba haciendo las oraciones y pidiendo que su corazón encuentre la paz al descubrir si en verdad sentía amor romántico por su amigo.
Una vez que acabaron el rezo todos los estudiantes salieron en orden de aquella iglesia, kisaki se adelantó ya que tenía que hablar con uno de sus compañeros sobre algo importante. Manjiro vio la oportunidad de acercarse a el como siempre lo hacía, pero esta vez seria un poco diferente.
— ¡Takemichi! — se acercó al peli-negro saludándole.
— ¡Manjiro! — saludo con una sonrisa — Te vi ... deja de hacer eso — el mencionado se puso un poco nervioso por lo antes dicho pensando en que takemichi le pudiera desagradar que le viera de aquella forma — Si te sigues durmiendo en los rezos te van a castigar — regaño el menor.
— El rubio sintió como si volviera a respirar y con alegría le dijo. — La verdad no me importa si me regañan.
— Tal vez no, pero es mejor que recibir el castigo ... créeme — le miro con una expresión de sufrimiento mientras se tocaba el pecho tratando de dramatizar el tema — ¿Qué es lo que necesitas? — pregunto cortésmente.
— ¿Cómo sabes que vine por algo? — levanto una ceja mientras le sonreía con galantería.
— Oh manjiro — sonrió de la misma forma que el mayor lo había hecho mientras avanzaba forzando así al rubio a seguirle — Después del tiempo que hemos pasado juntos, estoy empezando a comprender tus expresiones.
El mayor se sentía un poco fuera de sí, extrañamente sentía que esta faceta del ojiazul le estaba agradando y atrayendo.
— Bueno querido takemichi, tienes razón — le siguió el juego al menor recibiendo una mirada filosa de este que le encantaba — Quería saber si quieres ir conmigo por ahí, a donde quieras después — takemichi estaba tranquilo, sin señal de algún nerviosismo o sonrojo.
— Suena bien — dijo mientras llegaban a la parada de autobuses — será una cita entonces — soltó sin delicadeza.
El mayor solo se quedó ahí absorto mientras el menor reía y le daba una palmada en el brazo en forma de despedida por que su autobús ya estaba ahí. Manjiro solo volvió en si después de unos minutos mientras veía al autobús alejarse con el corazón latiendo a mil.
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BLESSED SIN || MT || EN PAUSA
RomantikTakemichi asiste a una escuela católica de chicos problema, todo lo contrario a lo que pueden pensar takemichi es un chico de fé y bien portado pero todo se acabará cuando a mitad del curso escolar un chico el cual es el mismísimo pecado entre a aq...