Crimen.

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Habían creado su propia pandilla, Mitsuya había hecho sus propios uniformes y eran más unidos, cuando paseaban en sus motocicletas, su líder Mikey solía tener uno que era bastante lenta, Kazutora quería darle algo por su cumpleaños y no pensó en nada más que aquella CB25OT. 

Su plan era robarla y regalársela a Mikey, porque de sólo imaginarlo sabían que tan impresionante se vería montándola, Baji al comienzo dudaba en hacerlo, pero no pudo negarse porque no dejaría a la persona que amaba sola. 

—Aún pienso que es mala idea...— Trataba de hacer cambiar de parecer al de lunar, ambos estaban con capuchas negras y mascarillas. 

—No importa cuanto te quejes, al final terminas viniendo. ¿O no?— Dijo sonriendo para luego cubrirse el rostro con la mascarilla. 

Baji estaba inquieto, pero era cierto que iría a donde sea que fuera Kazutora. 

Lamentablemente, todo el plan salió mal, el dueño de la tienda había visto el rostro de Baji y este quedo estático al ver frente suyo al hermano mayor de Mikey, su respiración estaba agitada y se arrepintió por no haber sido rápido al dar explicaciones. 

Kazutora había golpeado la cabeza del adulto con una cizalla que había tomado del lugar.

—No esta respirando...

Cuando el menor le explico que no era cualquier adulto, que era el hermano mayor de Mikey, toda su valentía por querer robar, se fue haciendo que comenzara a llorar.

—No, no. ¡No! No puede ser que haya matado al hermano de Mikey...— Su voz estaba temblorosa, le dificultaba formular muy bien las palabras. 

—Una ambulancia, llamemos a una ambulancia y larguémonos de aquí. 

—Hice todo esto por Mikey. ¿Por qué acabé así? 

Las sirenas de la policía comenzaban a oírse.

—Todo es culpa de Mikey. 

Kazutora comenzaba a murmurar mientras mordía la punta de sus dedos haciéndolos sangrar, Baji no comprendía, sentía que el contrario comenzaba a enloquecer. 

—Por eso, debo de matarlo. 

Kazutora estaba perdiendo la cordura, sentía sus manos manchadas en sangre, su cuerpo temblaba, el respirar se le dificultaba, y eso Baji lo notó perfectamente, no dudó en abrazarlo. 

—No digas algo tan deprimente.— También se lamentaba por lo sucedido, pero no iba a dejar que el mayor cargara con toda la culpa, después de todo también tiene culpa por no haberlo detenido. —No importa en que especie de infierno nos espere. ¡Estaré contigo hasta el final!— Trato de limpiar las lagrimas del contrario, sus bellos orbes ámbar temblaban y eso le lastimaba el pecho, amaba tanto a ese chico que no duraría en quitarse la vida por él si era necesario. 

Trato de calmarse observando el rostro del mayor, sus mejillas entumecidas por las lagrimas comenzó a acariciarlas, Kazutora comenzaba a regular su respiración, las caricias que recibía lo hacían sentir seguro, sin duda Baji siempre lograba calmarlo, con su profunda mirada de orbes marrones, con aquella actitud dominante y madura, pero aun así no podía dejar de sentirse culpable. 

Sus frentes estaban juntas, oyendo cada vez más cerca las sirenas, Baji se mantenía tomando las manos del contrario dándole caricias a sus nudillos con sus pulgares, podía escuchar ahora como puertas de autos chocaban entre si, los policías llegaron y estaban por entrar, Baji solo pudo seguir en su mundo junto con Kazutora, dándole un beso en su frente hasta que los oficiales los separaron. 

Precario. || Drabbles  「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora