3

3 0 0
                                    

El posó la vista en ella, y fué sacudido como por una punzada, le dolía, aun mas que el frío que se comía sus músculos, y tanto fué que lo hizo tambalearse, hasta tropezar con una piedra

Cayó de Cara al pálido y duro piso,  Mordiendo la sucia Nieve mientras dejaba escapar alaridos y jadeos, por no rogar que todo ello se detenga, que si tan solo pudiera librarse de la maldición que cayó sobre el. Fué en un rapto de Cólera, juntando los jirones de voluntad que le quedaban, que resistió el tormento e hizo un nuevo intento por ponerse de pie, sentandose bruscamente en el suelo

Se ajusto el sombrero y la chaqueta, tratando de parar el torrente de nieve que se colaba por las aberturas, y su mirada se desvío hacia la piedra que le hizo tropezar
Pero una vez contempló la superficie de aquel pedrusco, fué que se percató que era algo más

Extendiendo dolorosamente la mano, la posó sobre su redondo contorno, y la movió
Era muy ligera y no tardó en darse vuelta ante el empujón, dejando ver sircos, fosas y dientes

Esto era una calavera, con mechones y rastrojos congelados de carne palida y enferma en varias partes

La confusión y el terror abrumaron su espíritu que tanto resistió lo peor de la tormenta, instintivamente retrocedió y con sus resecos ojo miró el cráneo, que yacia tieso allí donde lo dejó

Dillon se volteo para mira la montañas, presa de un terror que jamás en su vida había sentido





El viento nunca paró de Aullar en todo momento, con sonidos que cada vez mas sonaban mas fuertes, mas claros, cada vez que él se atrevía a contemplar las Muertas cumbres
Y eventualmente, el viento dejó escapar palabras, alaridos y susurros, muy poco a poco, Y Dillon los escuchaba, incluso, cuando ya, rendido y con la voluntad destrozada, se tumbó a un costado, tapándose los oídos con sus resecas e inmobiles manos. Lo llamaban, primero susurrando furtivamente, y luego, Cantandole

Aquel era un canto propio del dicho infierno, los altos y bajos tenian un efecto repugnante en su carne, y el se sentía al borde del colapso,. mirando ahora las laderas de las montañas, que ahora no estaban hechas de roca

La tenue luz le mostró la verdad, aquellos picos estaban hechos de Calaveras, de una masa de Cráneos y Cráneos y Cráneos... Tan grande que no cabía en él ni con todo el dolor que sentía, no podía aceptar que aquello fuera real, aquel era un monumento a toda la Muerte de este y todos los mundos, una ofrenda ante el motor de la masacre, Guerra o matanza que jamás se hubiera conocido
No podía aceptar que algún dios pudiera dejá que esto existiera en la creación
Toda una cordillera de muerte, y lo estaba llamando... Lo llamaban para que se les uniera

Dillon ya estaba de rodillas, sus ojos incapaces de llorar, su garganta incapaz de gritar, y su mente incapaz de soportar mas
Fue en su último momento de lucidez cuando alzó los ojos a la cumbre mas alta y allí lo vió

Y cuando Él las miró, Dillon vió el Final





Un círculo de figuras bailaban en la cima, todas y cada una de ellas eran, a sus ojos, tan inhumanamente horribles que no cabía en sí.
No se había inventado palabra alguna para describirlas, no podía ser...

El universo no podía permitir, en toda su extensión, que semejantes cosas malditas existan, que inteligencias tan frias e inhumanas compartieran el mismo plano que nosotros, pero aún así como si esto fuera un insulto o un mal chiste para nuestra frágil existencia, allí estaban, y bailaban al compás de los espectrales y sobrenaturales aullidos del  viento, moviendo sus largos brazos arriba de sus ovaladas cabezas

Un solo relámpago cayó y cuando su única luz baño el crepúscular paramo, el cielo dejo ver aun mas figuras.
Cilindros de un tamaño irreal, imposible flotaban arriba de la cumbre mas alta, miles o millones de ellos envolviendo la tierra alrededor, flotando en la exprésion mas perversa y amenazadora que había contemplado en su vida, que opacaba los mas Horridos escenarios de la guerra, los actos mas perturbadores que aquejaban su memoria flaqueaban ante esta visión final.

Todo esto duró solo un instante, pero afortunadamente la mente de Dillon fué bendecida con un desmayo, y ya una vez inconsciente, Dillon halló la paz.

Luego despertó, y se hallo de vuelta en el acantilado, con el Sol ya poniente sobre el ruidoso mar, no muy lejos de la gente que lo conocia, gente que nunca comprendería lo que él vió.

Ellas Están Cantando, Con Las voces de Todos Los Que ConocesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora