El pequeño Harry de tan solo siete años se encontraba revisando sus cuadernos, hasta que una hoja con algo escrito sobre ella llamó su atención completamente.
"¿Cómo es tu vida?"
Eso estaba escrito en la blanca hoja, era una pregunta simple del examen que el pequeño tenía que dar. Se puso a pensar, pero no fue por mucho tiempo ya que la puerta de la casa se abrió, y cuando la abrían soltaba un chirrido escandaloso.
Inmediatamente Harry supo que su padrastro había llegado, y no pudo evitar sentir miedo. Su padrastro lo trataba mal, muy mal. En esos seis meses Harry tuvo que aprender a cocinar, ya que cuando su padrastro llegaba debía servirle la cena. Y si no lo hacía.. tal golpiza que se ganaba.
—¡Pequeño bastardo, ven aquí! —gritó mientras se tambaleaba de un lado a otro, había llegado ebrio tantas veces que eso ya era una costumbre. Él pequeño corrió inmediatamente hacia la cocina, y comenzó a buscar el plato para su padrastro. Pero, Harry había olvidado preparar la cena.
—Oh no.. ¡Eres un tonto, Harry! —se dijo a sí mismo, mientras sentía como el miedo lo dominaba.
Él ya sabía lo que pasaría, lo sabía. Con sus pequeñas piernas temblorosas caminó hasta la sala. Su padrastro se encontraba sentado en el sillón, mientras maldecía una y otra vez.
—H-hola papi, ¿cómo te fue? —su voz temblorosa no ayudaba, no ayudaba en lo absoluto.
Y sí, debía decirle "Papi". Ya que a su padrastro le gustaba que lo llamara así.
—Mal, como siempre. La perra de tu madre ha de estar revolcándose con otro hombre más. Traéme mi cena, tengo hambre, ¿no ves? —habló con dureza y enojo, Harry odiaba que insulten a su madre.
—Papi, m-mi mami no es una perra.. —susurró el pequeño, mirando fijamente al suelo.
El hombre, enojado, se levantó con torpeza y caminó hacia la cocina. Al ver que no le habían servido la cena, se enojó aún más, caminó hasta Harry y lo jaló del brazo bruscamente.
—¡N-no, suéltame! ¡Lo lamento! —el pequeño comenzó a gritar con desesperación al sentir la mano de su padrastro sobre su brazo, se retorcía bajo su agarre y se quejaba por la fuerza que ejercía en él; sin embargo el mayor ignoraba cada grito.
Subía las escaleras con torpeza mientras arrastraba a Harry detrás de él. Entró a la habitación de Anne, y cerró la puerta. Tiró al pequeño a la cama y comenzó a desabrochar su cinturón.
—Jugaremos un poco, precioso. ¿Quieres jugar? —Harry negó moviendo la cabeza, no quería jugar con él, se sentía muy asustado.
Sus ojitos se llenaron de lágrimas e instantáneamente cubrió su rostro con sus pequeñas manitos.
—N-no quiero jugar contigo, ¡vete! —sollozó, pero no le hicieron caso.
Su padrastro se bajó los pantalones, junto a la ropa interior. E inmediatamente comenzó a masturbarse frente a Harry. Al pequeño le dio asco, demasiado asco. Las gruesas manos del hombre recorrían el pequeño cuerpo de Harry toscamente, y aunque este se movía para que lo deje suelto, el mayor seguía haciendo de lo suyo. Una mano se dirigió hacia su entrepierna, entonces fue cuando Harry se sintió más asqueado de lo que ya se encontraba.
—¡Déjame, cerdo sucio! ¡No quiero que me toques, suéltame! —lloriqueaba y pataleaba mientras las lágrimas se deslizaban por sus enrojecidas mejillas.
Su padrastro paró, sí, paró. Lo miró con odio, con furia. Harry pensó que se iría y lo dejaría tranquilo, pero no fue así. Una mano golpeó el rostro del pequeño, luego los golpes terminaron siendo en su estómago. Los golpes que le propinaba eran interminables, lo golpeaba como si de un saco de boxeo se tratase, ese hombre no tenía piedad alguna. Harry gritaba de dolor mientras lloraba, sólo quería que todo eso acabara pronto. El mayor agarró los suaves rizos de Harry y los jaló bruscamente, haciéndolo gemir de dolor.
—¡Eres un bastardo, eso eres! —gritó enfurecido, para después golpear la pequeña y frágil nariz del niño, logrando que esta comience a sangrar en cuestión de minutos. Harry se sentía muy débil e impotente, se sentía un completo tonto.
Inmediatamente lo giró bruscamente y comenzó a pegarle con el grueso cinturón, Harry se retorcía de dolor, ya no aguantaba mucho. Estuvo minutos así, hasta que los golpes pararon, su padrastro se arregló los pantalones y salió de la habitación.
Harry sentía su cuerpo demasiado liviano, era como si no pudiera controlarlo, como si el alma se le fuese del cuerpo poco a poco. La puerta de la casa volvió a emitir ese horrible chirrido, haciéndole saber que su padrastro se había ido ya. Su madre no vendría ahora, siempre llegaba a las tres de la mañana. Harry como pudo se levantó y comenzó a bajar las escaleras, sentía que en cualquier momento se desmayaría, pero sin embargo siguió caminando hasta llegar al comedor, justamente dónde había dejado sus cuadernos.
Se sentó en la silla, y con las manos temblorosas agarró un lápiz y comenzó a escribir en la hoja que contenía aquella pregunta. Varios recuerdos invadieron su mente, y en ellos sólo veía puro dolor. Su madre gritándole que fue un terror haberlo traído al mundo, que se arrepentía al no haberlo abortado, los niños de su escuela golpeándole e insultándole; o cuando varios hombres venían a "jugar" con su madre a la casa, y también cuando aquellos hombres jugaban con él. Cuando su madre y su padrastro peleaban, todos esos recuerdos lo atormentaban.
Su vista se volvió borrosa y su cuerpo comenzó a temblar, su cabeza dolía también, pero aún así el pequeño Harry escribió en la hoja;
"Yo.. tengo una vida muy feliz. Mis padres me aman y me llevan al parque muy seguido, y de vez en cuando comemos un helado. También salimos a comprar ropa y juguetes. Tengo muchos amigos, y son los mejores del mundo. Así que, con eso digo todo, tengo una vida muy feliz"
•••
¡Gracias por leer! :)
ESTÁS LEYENDO
I have a very happy life ❁ one shot
Short Story❝Dónde Harry es maltratado por su padrastro.❞