cinco

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—Por favor, no me hagas sentarme en el pasillo —dijo Jeonghan.

Minghao pasó por encima de sus piernas para llegar a la puerta.

—Tengo que estudiar.

—Shua llega tarde, y ya he estado aquí sentado media hora —su voz fue descendiendo hasta convertirse en un susurro— Tu vecina con las botas rosas uhggg sigue saliendo para hablar conmigo. Ten piedad.

Minghao le frunció el ceño.

—No te molestaré —dijo él—. Solo esperaré tranquilamente por Joshua.

Rodó los ojos y entró, dejando la puerta abierta detrás de él.

—Puedo ver porqué Joshua y tú se han hecho amigos —se levantó y siguió al menor—. Ambos pueden ser extremadamente bruscos a veces.

—No nos hemos hecho amigos.

—Eso no es lo que oí... Oye, ahora que estás comiendo en el comedor, ¿puedo comerme tus barritas de proteínas?

—Ya estabas comiéndote mis barritas de proteínas —dijo Minghao con indignación, sentándose ante su escritorio y abriendo su ordenador portátil.

—Me sentía mal por hacerlo a tus espaldas.

—Me alegro.

—¿Pero no eres más feliz ahora? —Se sentó al final de su cama y se apoyó contra la pared, cruzando sus piernas por los tobillos—. Ya luces mejor alimentado.

—Um, ¿gracias?

—¿Entonces?

—¿Qué?

Jeonghan sonrió.

—¿Puedo tomar un barrita de proteínas?

—Eres increíble.

Jeonghan se inclinó y metió la mano debajo de la cama.

—Las de Felicidad de Arándano son mis favoritas...

Minghao en realidad estaba más feliz ahora. (No es que fuera a admitirle eso a Jeonghan). Hasta el momento, ser la obra de caridad de Joshua no requería mucho, solo bajar al comedor juntos y ayudar a su compañero a ridiculizar a todo el mundo que pasaba por su mesa.

A Joshua le gustaba sentarse junto a la puerta de la cocina, justo donde la línea del buffet daba paso al comedor. Él lo llamaba asientos de desfile, y nadie estaba a salvo.

—Mira —había dicho anoche—, es Chanhee. ¿Cómo crees que se rompió la pierna?

Minghao alzó la vista hacia el chico, un personaje de aspecto peligrosamente moderno con pelo azul despeinado y gafas oscuras de gran tamaño.

—Probablemente se tropezó con su extravagante y larga gabardina.

—¡Ah! —dijo Reagan—. Su novia está llevando su bandeja. Solo mírala, ese es un brillante unicornio. ¿Crees que en realidad se conocieron en un anuncio de American Apparel?

—Estoy bastante seguro de que se conocieron en la ciudad de Seúl.

—Oh, Chica Lobo a las tres en punto —dijo Joshua emocionado.

—¿Lleva puesta una cola de clip?

—No lo sé, espero que... No. Maldita sea.

—Como que me gusta un poco la cola —Minghao sonrió con cariño ante la chica con el pelo teñido de negro.

—Si Dios me puso en tu vida para evitar que lleves una jodida cola — dijo Joshua—, acepto la tarea.

En lo que se refería a Joshua, Minghao ya era problemáticamente extraño.

fanboy ◑ hanhao/jeonghaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora