No es tu culpa.

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El jefe de Rusia no sabe que su nación mantiene una relación en secreto con América. Ambas naciones empezaron a salir hace como unos tres meses atrás y de aquella sería por las fechas de Julio.

Mantenían una relación amorosa muy estable y a veces resultaba enfermiza debido a que el ruso se hizo algo adicto a las noches de placer con la nación rubia, hasta llegaba a veces de padecer lo que el ruso llamaba "crisis" por falta de su ración de cariño. Debido a esto, ambas naciones tuvieron conversaciones donde cada uno prometía una cosa para hacer más llevadera la relación y no dar resultados de toxicidad.

En resumen, ambos eran felices, felices cuando estaban juntos, sin embargo, la vida privada de cada uno era toda una aventura a parte. El superior, el que estaba a cargo de la nación soviética no debía de saber nada de su relación con la otra nación: había una larga rivalidad entre ruso y americanos la cual era conocida mundialmente.

Rusia pasaba los días en su casa arreglando el papeleo restante de su superior. Odiaba hacerlo pero sabía bien cómo se ponía el hombre. Ni se atrevía a contradecirlo y en los peores casos, el jefe le desprestigiaba, lo que se llamaría violencia psicológica y luego le venía diciendo palabras hermosas como "tú vales, Rusia", "Eres grande, Rusia"....Ya ya, primero le ilusionaba y ratos después le aplastaba los sueños con crueldad.

Creo que la razón de por qué no le iba a decir nada con respecto a su relación era más que obvia. En realidad, Rusia se sentía en una constante depresión y para ello se formó en su mente una "jaula", un mundo imaginario donde nadie se atrevería a desafiarlo y todos le querían y era amado por el mundo entero y su novio le decía cosas felices y pues tenían un buen rato íntimo.

Asistía al psicólogo quien le dijo que tenía que madurar, tenía que abandonar ese mundo y centrarse en la realidad...Y una mierda iba Rusia a destruir aquello que había creado con tantas ganas de escapar. Aquel mundo era su refugio pero a veces se sentía agotado mentalmente y no le apetecía ir o pensar por lo que otra de las soluciones que tenía era dormir.

Amaba profundamente hablar por teléfono con el americano y cuando su jefe le preguntaba de quién se trataba, Rusia solo respondía que era un amigo y no se hacían más preguntas.

Así hasta que un día el psicólogo dejó claro que ya no requería a Rusia para sus sesiones, lo que se suponía que era una buena noticia, resultó en una grandísima bronca al ruso por parte del superior. Los gritos se oyeron por toda la casa y Rusia lo único que podía hacer era esconder la cabeza y pedir perdón. Se sentía horrible y eso oprimía su corazón, lo que luego desencadenaba la frustración y Rusia acababa con pocas ganas de vivir: se maldecía a sí mismo y se tiraba la culpa constantemente, tomaba el cuter y ríos brotaban de su antebrazo y cuello.

Esa era una manera que el ruso tenía para aplacar el intenso dolor interno que sentía con dolor físico, pero nunca moría, las naciones no podían morir.

Se dice que el corazón de una nación es la capital y en aquellos momentos, el corazón le dolía profundamente. Sentía rabia y furia y a la vez mucha tristeza, lo que acabó desencadenando una tormenta de nieve: el cielo se volvió oscuro y gruesos copos de nieve caían sobre la ciudad de Moscú cubriéndolo todo con una densa manta blanca pero en realidad eran lágrimas. Ese día, la nieve sabía salada. La situación que estaba padeciendo Moscú salió en la gran mayoría de noticiarios de diferentes países asiáticos y europeos, hasta en los americanos.

Ahí fue cuando América, el novio de Rusia decidió tomar cartas en el asunto y tomó un vuelo directo a la capital rusa, no obstante, su acceso le fue negado y no tuvo otra que usar su avioneta privada para volar hasta allí.

Cuando el americano llegó, se encontró una Moscú medio cubierta por la nieve. Estaba desierta, hacía mucho frío y por muchas capas de ropa que uno se pusiera, resultaba imposible aislarse del frío ruso. Alcanzó el barrio donde su pareja estaba e hizo grandes esfuerzos por subir al porche de la casa soviética. La nieve y el hielo obstaculizaban.

(RusAme)  No es tu culpa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora