Capitulo único

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En aquella cama se encontraba el chico con muchas estrellas en su rostro, no tenia los mejores ánimos de ir a la escuela por lo que prefirió faltar, aprovecharía que su madre se va una hora antes y llegaba unas horas más tarde que él.

Últimamente se sentía insuficiente, no tenia alguien con quien expresarse y esos sentimientos lo abrumaban de sobremanera, no sabia que escapatoria usar. No queria pedir ayuda, le daba miedo y pensaba que simplemente exageraba. No tenia razones para sentirse así, tenia la vida que todos quisiesen tener, una casa, una madre amorosa, amigos, un chico que lo apoya. No entendía por qué se sentía así.

Con el paso de las horas ni siquiera había prendido su celular, se desconectó completamente de su alrededor, su mirada parecía completamente perdida en algún punto interesante de su blanco techo, su mente se encontraba sumida en blanco. Solo era él y él mismo, nadie más y eso realmente no era reconfortante.

No sabia cuantas horas, minutos o segundos estuvo ahí acostado, pero cuando él viró su cabeza a su ventana encontrando un cielo anaranjado, era lindo, si no sintiera así podría apreciar más su belleza, y solo tal vez recordando los ojos color oro de cierto chico. Llevaba días sin querer nada, ni siquiera le apetecia comer o hacer las cosas que más amaba.

De pronto la blanca puerta de su habitación fue abierta mostrando a un alto chico rubio de lentes.

- ¿Tsukki? - preguntó sorprendido el de pecas.

- Yamaguchi, me preocupaste, no contestabas los mensajes.

Desde que se conviertieron en novios el rubio era mucho más atento que antes con el más bajo, y claro, él era consiente de los momentos de melancolía que solía tener su pareja.

- Perdón, no me di cuenta de la hora - Desvió su mirada al techo sintiendo que la cama se hundía a su lado en señal de que el rubio se había sentado.

- ¿Comiste bien hoy? - preguntó acariciando el cabello del contrario.

En respuesta simplemente viró su cabeza al otro lado que el de lentes. Se sentía mal por decepcionar a su chico, le había prometido nunca más descuidar su alimentación.

- Está bien - dijo comprensivo - Te haré de comer, ¿bien? - solo el peliverde podía sacar a la luz ese lado de Tsukishima. Agradecia esto, no se sentiría bien si lo tratara de la peor forma posible cuando se sintiera mal.

Tsukishima se levantó de la cama en señal de salir de la habitación, el contrario solo tinó a tomar su mano y jalarlo hacia el causando que cayera encima de él, no le molestaba si lo golpeaba sin querer con tal que el chico no se separe de él.

- Cuidado, pude golpearte - reprochó el rubio - Si me pedias quedarme lo hacía.

- Me da vergüenza, además luego te burlarás - dijo acomodándose más hacia la pared para que el más alto no se cayera de la cama.

- Tal vez - sonrío con sorna para luego atraer al chico y apoyarlo en su pecho - Y bien, ¿Por qué hoy no fuiste a clases?

- No me siento bien - dijo - Ni me di cuenta que ya es tarde, perdón.

- No pidas perdón - le reprochó - No deberias de disculparte por eso, si no te sientes bien está bien, no debes de disculparte por tus sentimientos, Yamaguchi - el chico se aferró aún más a su pecho sollozando - Está bien llorar, tranquilo, llora lo que quieras - acarició su cabello y su otro brazo lo pasó por la cintura de su novio para así apegarlo más a él.

Luego de un rato de caricias y besos, Yamaguchi consiguió dormirse. Tsukishima se levantó de la cama y caminó hacia la cocina en busca de preparar algo para su novio.

Desde que habían comenzado a salir, era mucho más cariñoso, observador y comprensivo, ni el mismo se reconocía, en cierta parte, se sentía bien. Tratar bien a la persona que amas es reconfortante, verlo feliz y sonreír lo hacia sentir mil y una emociones, claro que lo amaba mucho y no soportaba verlo así. Sabía que era un pilar muy grande para el pequeño y nunca lo decepcionaría, no soportaría ver a su persona favorita el rehusarse a verlo o a mostrarse ante él. Lo amaba más de lo que pensaba.

De pronto, sintió unos brazos rodear su torso provocando que se tensara levemente, no esperaba que Yamaguchi se levantara en tan poco tiempo.

- ¿Qué cocinas? - preguntó con voz adormilada.

- Fideos con salsa - dijo - No has amorzado así que no te puedo dar papas - su novio hizo un puchero

- Pero...

- Sin peros, Yamaguchi

Luego de comer, Tsukishima le hizo papas fritas a su novio causando una expresión de felicidad de su parte. Realmente le reconfortaba ver a su chico estar feliz.

- Tsukki - lo llamó un poco sonrojado - ¿Puedes quedarte esta noche? - desvió la mirada.

- Está bien - dijo desordenando el cabello del peliverde. Le daba gracia el hecho de que siguiera avergonzandose de preguntar eso cuando llevaban más de medio año saliendo.

Tsukishima iba muy seguido a la casa de su novio por lo que tenia ropa en su armario, además de algunos polerones que el mismo le había dado al menor, se veía tierno en ellos.

Tsukishima llamó a su madre explicándole que se quedaría en casa del contrario consiguiendo el permiso rápidamente. Su madre era amiga de la progenitora del contrario, además de que son amigos desde pequeños y sabía que eran novios. A ella le gustaba darles su privacidad y espacio a los chicos, sabía que podía confiar en ellos.

Ya a la hora de dormir, los chicos, sin antes de lavar sus dientes, se acostaron en la cama de Yamaguchi acurrucandose entre sí. Tsukishima abrazaba la cintura de su novio apoyando su mentón en su cabeza, el contrario se encontraba apegado al pecho de su novio.

Yamaguchi se sentía mucho mejor ahora que su amado chico lo reconforta cuando se sentía mal. Sabía que podía confiar ciegamente en el y era una de las miles de millones de cosas que amaba a su querida pareja.

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Comforting // Tsukiyama (Tsukishima x Yamaguchi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora