03:34 am {Yoonmin}

¿Parte única? ¿Quién sabe?

Desperté de un momento a otro sentándome en la cama en una desesperación incontrolable.

Mi pecho subía y bajaba repetidas veces queriendo recobrar el aire que había perdido en mis sueños.
Una pesadilla horrible, pensé, ya que no recordaba nada.

Miré la hora en mi celular que reposaba en la mesita de noche junto a mi cama.

Las 03:34 am.

Me asusté.

He escuchado en algún lugar que esta hora es peligrosa.

Según dicen, es la hora más alejada de la crucifixión de Cristo y por ende donde los portales al infierno están abiertos dando más facilidad y accesibilidad a realizar magia negra, rituales satánicos, posesiones demoníacas a tu cuerpo, pactos con el diablo y la peor de todas.

Que si despertabas a este horario estando solo, es porque alguien estaba observándote desde el más allá.

Espero que nadie me observe desde el más allá.

Cosas de ese estilo.

Tonterías.

Me susurré a mis adentros.

Debo dejar de obligarme a mi mismo a ser el mejor amigo ejemplar y no ver más cosas terroríficas con Taehyung.
Me estoy traumando.

Necesitaba un vaso de agua para calmarme.

Me levanté para ir a la cocina por algo de beber y al hacerlo me sentí extremadamente mucho más ligero de lo normal.

¿Habré bajado de peso?

¿En una noche? Me reí.

Me estiré al estar de pie, tallé mis ojos aún adormilados por la repentina y abrupta manera en la cual desperté.

Al voltearme para dejar las cobijas de mi cama bien acomodadas para que al volver las sábanas no estuviesen heladas cuál iceberg.

Me vi.

Me vi a mi mismo.

Me vi a mi mismo tumbado en la cama durmiendo plácidamente en la misma posición que tenía al momento en el que caí rendido ante el sueño.

¿Qué carajos?

Abrí unos enormes ojos sin poder asimilar la situación.

¿Cómo mierda puedo estar allí... y aquí?

¿Es esto real?

¿Es producto de mi imaginación?

Tenía miedo, terror.

Pero a la vez... curiosidad.

Di un vistazo al lugar en el cual estaba y era exactamente igual a mi habitación, pero con un pequeño detalle.

Todo era más sombrío, oscuro.

Se sentía en el aire un pesar.

Una tensión extraña en todo sentido.

No sabía que era, pero lo que sí sabía era que quería investigar dónde estaba realmente parado en este instante.

Esta no era mi casa, no literalmente.
Físicamente lo era, pero demonios a la vez no lo era.

¿Me explico?

Me armé de valor e intenté encender la luz, más esto no sucedió.

Era tan negro el piso que ni mis pies observaba con claridad.
Estoy soñando.

Podría tener garras y no lo sabría.

No veía nada de mis rodillas hacia abajo.

Pero eso no detuvo mis ganas de investigar.

La curiosidad mató al gato dicen.

Espero que la curiosidad no mate a Jimin.

Caminé junto a la luz de la luna necesaria que se colaba por las ventanas para reconocer a la perfección los objetos de mi casa.

Más no eran los mismos.

Todo tenía una tonalidad lúgubre e inquietante.

Eran y no eran.

Dios me vuelvo loco lentamente.

Caminé unos pasos más lento, pero seguro.

Sentí un frío calando mis huesos, siendo que estábamos en pleno verano.

¿Extraño? Oh vaya que si.

Me detuve de un instante a otro sin saber porque, solo... lo hice.

Estaba inmóvil.

Congelado en mi puesto.

Tragué saliva y el terror se apoderó de mis cinco sentidos.
Quise seguir adelante y no podía.
Quise gritar y no podía.
Quise escuchar y no podía.
Quise mirar atrás y no podía.

Estaba desesperándome de sobre manera, maldita sea que rayos pasa.

Que rayos te pasa, Jimin.
Es tu sueño, contrólalo.

Inmerso en mis pensamientos, dando órdenes sin respuesta alguna a mis músculos para moverse, sentí aire en mi nuca.

No un aire.
Una respiración.
De algo.
O... ¿alguien?

Seguía sin poder voltear a ver de quién o qué se trataba.

Era frío como el hielo, ensordecedor, enceguecedor, manipulador.
Sentía mucho miedo, demasiado.
¿Es esto algo paranormal?
Una mano se posó de golpe en mi hombro apretándolo tan dolorosamente que me exalté más de lo que ya estaba.

Sí. Lo es.

Me estremecí.
Grité inconscientemente del susto al escuchar el ronco sonido tétrico en mi oído y al querer voltearme a enfrentar a Yoongi, desperté.

¿Desperté?

¿Cómo sabía que ese alguien se llamaba Yoongi?

Desperté de la misma manera que lo hice la primera vez.

Aunque estaba muy cansado, demasiado.

Como si hubiese corrido una maratón de muchos kilómetros.

Sudaba y buscaba aire con necesidad.

Hice exactamente lo mismo que la primera vez.

La diferencia, eran las 11:34 am.

Sentí el ardor en mi hombro, donde sentí aquella ¿mano? Posarse en mi y al mover son sumo cuidado la camiseta de mi pijama, las marcas de unos dedos yacían en mi piel, como una quemadura y dolía, ardía.

Fue tan real.
¿Quién es ese Yoongi? O mejor dicho ¿qué es?

¿Qué fue ese sueño?
¿Pesadilla?

Ni yo me lo explico.

¿Lo único que sé?

Quiero saber quien es ese Yoongi.