prólogo

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Otra vez estaba frente a él. Frente al monstruo que me arrebato todo, el monstruo que me hizo volver a querer a alguien y al monstruo que me hizo superar casi todos mis traumas.

Pensé que estaría seguro, pero no fue así, y ahora por idiota me veía atrapado entre un barranco y un monstruo.

Las sirenas de la policía se acercaban, pero sabía que no podrían hacer mucho. Era imposible que lo retuvieran por mucho tiempo, en algún momento cumpliría su cadena y me vería envuelto en un miedo que aumentaría con cada segundo que pase, no volvería a confiar en nadie, no podría acercarme a alguien sin pensar en todo lo esa persona seria capaz de hacerme o hacerle a las demás, ¿sería capaz de volver a amar?, tenía frente a mí a la persona que me hizo volver a querer a alguien, la persona que me hizo superar casi todos mis traumas, pero también a la persona que me arrebato todo.

Con lágrimas en mis ojos e impotencia corriendo por mis venas, opte por la salida rápida.

─ ¡Adam! ─ fue lo último que fui capaz de oír, y también fue lo último que oí salir de su boca.

En medio del suicidio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora