Capítulo 21: Y de todas formas seguimos viviendo

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Kara se encontraba sentada en su sillón, un mar de lágrimas salía de sus ojos mientras estos veían borroso la foto de dos mujeres, una rubia y una pelirroja, parecía otra vida desde ese entonces. El llanto era lo único que se escuchaba en el lugar, y este se volvía cada vez más fuerte al recordar algún momento que ambas compartieron.

Un ruido ajeno al de los sollozos invadió el apartamento, lo que hizo a la rubia detener sus lamentos, frunció el ceño y recorrió el lugar con la mirada, nada fuera de lo común. Volvió su atención a la foto en su celular para nuevamente expresar su tristeza cuando el extraño sonido volvió a hacerse presente. Era un sonido rítmico, como dos golpes sobre una superficie de madera, sus ojos volvieron a recorrer el lugar verificando que lo que fuera que producía ese sonido, no se encontrara allí.

A mitad de camino el golpeteo volvió, esta vez identificó de donde provenía, sus ojos azules y cristalinos se posaron en la puerta de entrada. En la ranura de la parte de abajo, podía distinguir la sombra de alguien; sabía que podría ser Maggie o Eliza, y sabía que estaba siendo muy cruel al no estar con ellas, pero prefería estar sola, al final de cuentas, siempre estaría sola.

—¿Kara? —la llamó una voz femenina detrás de la puerta, una voz que no pertenecía ni a la detective ni a la mayor de las Danvers, era una voz que reconocería en cualquier parte, una voz que le trajo paz de tan solo escucharla—. Sé que estás ahí —nuevamente silencio fue la respuesta.

Una parte de Kara quería ponerse de pie y usar su super velocidad para lanzarse a los brazos de la azabache y dejar que todas sus penas se fueran mediante sus caricias. Pero otra parte no se atrevía a moverse, no encontraba el sentido de hacerlo si al final ella de alguna u otra manera también la abandonaría. Lágrimas silenciosas salieron de sus ojos al pensar en eso, la kryptoniana prefería alejarse antes de salir más lastimada de lo que ya estaba.

—Sé que puedes oírme, dejaste de llorar —la rubia cerró los ojos al verse descubierta, la azabache tomó aire para después botarlo—. Escucha, sé que ya no quieres que sigamos siendo amigas —los ojos azules se abrieron con sorpresa—. Y está bien, supongo que no soy de la clase de persona que tiene amigos —la expresión de la rubia se tornó en una triste al escuchar como la voz detrás de la puerta se quebró un poco—. Pero en serio está bien. Créeme que te dejaré tranquila, pero no hoy, no puedo dejarte cuando estás así —Kara se abrazó a sí misma y apretó sus labios resistiendo las ganas de levantarse—. Lamento por todo lo que estás pasando, Kara. Desearía que no tuvieras que sufrir todo esto, ojalá pudiera. Pero puedo estar contigo y asegurarme de que estés bien —hubo una pausa en la que la azabache aprovechó para tomar aire y reprimir sus ganas de llorar—. Te prometo que haré lo que tú quieras: no más mensajes, no más llamadas, no volverás a saber de mí, me mudaré al otro lado del mundo. Solo déjame estar contigo en este momento... por favor.

Kara no lo pudo soportar más, y en menos de un segundo se cambió su super traje por ropa casual, se puso sus anteojos y abrió la puerta principal, generando que la azabache retrocediera unos pasos debido al susto por el repentino movimiento. Ambas mujeres se quedaron en silencio, frente a frente, con la respiración agitada y sin cortar el contacto visual.

Lena sintió una punzada en su corazón al ver los ojos azules que tanto le encantaban, al rojo vivo debido a las lágrimas, lo único que pasaba por su mente era el cómo había fallado en su promesa de no volver a ver una gota de agua salir esos dos cielos que amaba.

Por otra parte, Kara sintió una mezcla de emociones al ver a la azabache frente a ella. Le encantaba volver a verla, el tenerla tan cerca, la ilusión de que Lena la aceptaría llenó su mente, pero solo era eso, una ilusión. Pero otro sentimiento que la invadió fue la culpa, una culpa que sintió al ver la tristeza en los ojos verdes y en recordar las palabras de la mujer, al notar el dolor en Lena.

Danvers sisters (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora