вιѕєχυαℓ ραиι¢ || кαмιʝιяσυ,

Ice cream

   Hubo una vez que la invitaron a comer helado, había sido una tarde calurosa. Cuando la persona de adelante ordenó sin retardos, la misma chica de secundaria que la invitó a salir, Jirou, en cambio, se encontró paralizada con la encrucijada: ¿inclinarse por oreo o cheesecake?, supo entonces que es Bi.

   Ah, no fue por el barquillo, acabo pidiendo un helado de dos bolas. Fue más bien el hecho de que su mejor amiga había tomado su mano, emocionada por ofrecerle una cucharada de su postre sabor Gansito. Su cerebro hizo cortocircuito al analizarlo mejor.

   Aunque, bueno, no fue una sorpresa para nadie que le conociera de cerca. Vamos, el radar gay explota estrepitosamente en su periferia.

   Y si bien no fue nada del otro mundo, siempre había gente que gustaba de retratarle lo obvio, sólo que más... decorado. Si entiendes lo que te digo.

   Uy, cuántas cosas no habrá escuchado ya. Ha considerado seriamente anotar los insultos para publicarlos más tarde en un libro que tome por nombre: "Televisa presenta: dichos de ayer y hoy". Tal vez así podría lucrar con su desgracia. Con joyitas como éstas, ¿quién no se volvería famoso?

   "No seas golosa, quédate con uno".

   "Seguro eres lesbiana de clóset". O su variante: "seguro eres heterocuriosa".

   "Esa cosa ni existe".

   "¿Eres mitad gay y mitad hetero?".

   "Lo haces por moda".

   "Los bisexuales discriminan a les no-binaries". Éste le hacía especial gracia. Really?, ¿de qué babosada estás hablando?

   Cada día perdía más fe en la humanidad. Si antes no faltaban los comentarios pedantes de aquellos seres que le hacían dudar de su sexualidad cada vez que se comportaba inusualmente más cariñosita a lo común con una amiga; ahora que, sin pelos en la lengua, había declarado su fijación, llovía la sarta de comentarios fuera de contexto de los mismos sujetos que la acusaron de machorra tiempo atrás. ¿De qué se estaban quejando, en ese caso?, ¿es o no lencha? Decídanse.

   Al fin y al cabo, haga lo que haga, jamás podrá contentarlos a todos. Lo acabó aprendiendo por las malas. Aún si la clase 1-A ha sido la mejor portada al respecto —excluyendo a obvias excepciones— y los chicos allí no le han hecho sentir sino más que grata y apreciada... sabe que no puede hablar por todos. Si desde cosas tan simples, como fue organizar un concierto para el festival, había sido observada con desdén, ¿qué no hablarían cuando los rumores se multiplicaron?

   Parte de la 1-A, en la prestigiosa institución de la UA. El foco de toda la atención. Pero que conveniente.

   Parte de su trabajo es escuchar el cuchicheo en el almuerzo de los chistositos, disfrazando su palabrería ofensiva de humor negro, resbalándose sobre Jirou como la mugre en el agua. No necesita esto. Ha tenido suficiente en secundaria, cuando se quebró la cabeza dándole vueltas a las inevitables conclusiones.