Era Medieval [ A Haikyuu Fan Fiction ]

Capítulo III

Ya pasadas unas cuantas semanas después de la primera lección, Iwaizumi ya había aprendido casi todo lo necesario para convertirse en rey algún día. Casi. Porque sus modales en la mesa seguían siendo un desastre.
Durante las lecciones de Ushijima, los dos príncipes sufrían de aburrimiento infernal. Para haber pasado nada más un mes, Iwaizumi ya había alcanzado el nivel de Bokuto.
Un día, Bokuto se puso depresivo y triste por algo, quién sabe qué; su cabello se había caído hacia abajo, como si también estuviera triste. Ese mismo día Hajime le pregunto a Ushijima que desde cuándo le estaba dando lecciones a Bokuto. Ushijima tomó una expresión un tanto preocupada, suspiró, y le dijo que lo estaba entrenando desde que tenía 7 años.
-... ¿Me estás jodiendo?
- ¡Príncipe!
- No, en serio... ¿¿De verdad?? ¿Le ha estado dando lecciones a ese puto príncipe desde que era pequeño, y aún así no sabe ni lo básico de ser un príncipe? ¡¿En serio?!
- ¡Joven príncipe!- dijo indignado Ushijima.- Esa forma de hablar no es digna de un príncipe. Y usted no tiene el derecho de juzgar mí forma de enseñanza.
- Que se joda mi forma de hablar. Y su enseñanza no tiene nada de malo, es él, ¿tiene retraso o algo?
Iwaizumi estaba que explotaba. Simplemente no le entraba en la cabeza que una persona de ya 18 años no entendiera lo que se le había estado enseñando desde hace 10 años.
Ushijima solo escuchaba, atónito; una parte de él le decía que tenía que reprender a Hajime y hacer que se disculpara de inmediato, y la otra parte le estaba dando la razón. Con pesar en su corazón, no creía que Bokuto llegaría muy lejos, por más que fuera un guerrero impresionante.
Después de ese insidente, Iwaizumi creyó que si ayudaba a Bokuto a entender mejor las lecciones, el chico se abriría y le diría qué es lo que le pasa, pero solo consiguió que lo molestara a cualquier hora en cualquier momento. Como por ejemplo, a media noche, o a mitad de los entrenamientos, o cuando comían, o en cualquier situación de suma importancia, se lo llevaba a rastras y le hablaba de cosas sin sentido, cosas al azar, y hasta donde Hajime sabía, en otro idioma. No estaba seguro de cual tampoco. Mattsun tampoco es que fuera de mucha ayuda. Cada vez que Bokuto quería hablar con él, Mattsun le decía que Hajime estaba libre y podía ir con él, solo para molestar a Hajime.

Al cabo de un par de semanas del tormentoso Bokuto, Hajime se relajo lo bastante para poderle presentar a Bokuto el torneo de medio año que tenían en el Reino.
Era un torneo que tenían todos los años, a la mitad de este, para celebrar... bueno, nadie sabía qué celebraban, pero era un torneo para ver quién era el caballero más fuerte y habilidoso del reino. El premio era un año de comida gratis en el restaurante de la familia Kaneo, por el momento dirigida por Yuda. La mejor comida del reino. Y, obviamente, Hajime siempre lo ganaba. Nunca lo aceptaba, porque decía que todavía no había ganado. El pueblo creía que era por orgullo, pero en realidad, siempre había alguien que le ganaba al príncipe, pero nunca se presentaba a la premiación.
Un tipo extraño, extranjero pensaba Hajime. Se cubría con una capa negra que le llegaba hasta los pies, y usaba una máscara blanca con líneas rojas debajo de los agujeros para los ojos.
Nunca decía nada, y solo peleaba contra el príncipe, todos los años sin falta. Era el mejor espadachín que Iwaizumi había visto jamás. Y este año lo esperaba con ansias.

El día anterior al torneo, ya se veían los preparativos. Los campos que usaban para las batallas estaban dentro de los compinches del castillo, por lo que los dos príncipes veían cómo decoraban emocionadamente. Hajime le explicó las reglas a Bokuto, como que solo pueden usar las espadas del torneo, que si lastimabas a tu oponente estabas descalificado, y si en algún caso lo matabas, serías arrestado. Ya saben, lo normal.
Como los dos príncipes convivían más de lo que Iwaizumi querría aceptar, bien se sabía que eran un dúo inmortal, y que si peleaban entre ellos sería una batalla eterna.
Los preparativos ya casi estaban listos para el día siguiente.
Iwaizumi encontró una cara familiar entre la multitud, charlando junto a Mattsun. Ese inigualable cabello rosa y piel pálida no se perdía.
- ¡Makki!- gritó.
Los dos voltearon y saludaron. Hajime se dirigió hacia ellos, alejando a Bokuto de la comida.
- ¡Makki! ¿Este año vas a participar otra vez?- le dijo.
- ¡Já! Pos supuesto. Señor cejas grandes aquí presente me ganó el año pasado. Vengo por la arrebancha.- dijo con orgullo.

No sé qué poner en medio de estos dos eventos, por lo que el siguiente capítulo va a ser directamente el torneo. BYE