Capitulo 31

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Tercera persona.

Por un lado Matthew Rhenals se consideraba un chico inteligente, y para nada miedoso. Había pasado la mayor parte de su vida en peleas clandestinas, es uno de sus secretos más grandes, hasta que llegó a esta cuidad.

Y, Mons, un hombre o realmente, ya no se consideraba un hombre, en realidad es un monstruo. Guarda sus sentimientos en lo más profundo porque los sentimientos son torturas y él solo sabe torturar y matar, más no ser un torturado.

Es raro no es así, pero así es él, un monstruo sediento de sangre y Alessa es lo que más le atrae o eso les quiere hacer creer.

Mons coloca Alessa contra la camilla, dejando al expuesto su trasero, no la mira con Lascivia, pero si con curiosidad.

Y sin esperarlo, Golpeó.

Alessa Soltó un grito ronco y volteó de nuevo al frente al sentir y escuchar el cuero del cinturón chocar con brusquedad contra su piel. Un fuerte ardor se apoderó de la zona de sus glúteos, que comenzó a tornarse rojiza de inmediato. Mons tomó aire y volvió a azotar su cinturón con fuerza contra Alessa..

Una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces…diez veces más…quince veces mas…veinte veces más…

Alessa suplicaba que parara al sentir su piel abrirse y el ardor carcomerla viva.

Observaba las marcas del cinturón que azotaba salvajemente contra Alessa, muchas estaban completamente rojas y parecían brillar debido a las pequeñas gotas de sangre que se iban acumulando.

Se agachó para admirar más de cerca la sangre en un azote que había dejado caer con todas sus fuerzas.
Alessa temblaba y se contraía debido al ardor y el frío que se apoderaba en su zona.

—Quizás con eso aprendas—, Mons se levanta. — ¡Levántate que esto aún no acababa!

Alessa lo observó con terror, pero aún sin soltar ninguna lagrima. Mons la cogió de los hombros y la obligó a levantarse, jalándola sin cuidado.

—¡Mons! — Grita Alessa.

—¡Cierra la boca!

—Mons…. — Susurró Alessa palideciendo.

—Lo lamento florecita, debes aprender. — Mons esbozó una enorme sonrisa.

Acto seguido jaló de la nuca a Alessa para plantar sus labios contra los suyos con fuerza. La menor ahogó un pequeño grito de sorpresa y comenzó a pegarle a Mons para separarlo de él, pero el mayor no tenía intenciones de separarse. La cogió con más fuerza profundizando aquel beso que pocos segundos después Alessa no tardó en corresponder.

El chico celoso, impaciente, rabioso, impotente, observaba cada movimiento en el otro lado por las grandes y claras ventanas cristalizadas. Matthew realmente no es un buen chico cuando se trata de Aless, puede llegar a ser sobreprotector, la ama tanto que sufre por ella, quizás eso sea el amor.

Por la mente de Matthew solo se le pasa la idea de querer matar a todos ellos, golpearlos, torturarlos y hacerlos sufrir tanto hasta que rueguen por sus vidas. Es extraño ver este nuevo Matt, que de por sí es el chico atractivo, cariñoso, en definitiva el chico perfecto para una mujer, pero como todo ser humano también guardaba su lado oscuro.

Todo ser humano lleva en lo más profundo su lado oscuro, es algo inevitable, que aunque quieras evitar, el sin avisar fluye.

Mons sonrió sobre sus labios al sentir los labios de la bella chica moverse, la aplastó más contra él mientras la besaba con más fuerza, ahora encontrando en contacto con sus lenguas y haciendo obscenos chasquidos. Sintiendo sus lenguas calientes rozando y chocando con desespero, Alessa comenzó a respirar más agitado buscando más contacto y jadeando un poco.

¿Ellos, él o yo? © [Darkness 0.1] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora