0: Desastre

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Un día normal y feliz puede transformarse en uno horrible e inolvidable, eso le pasó al maravilloso día de Sanji.

Su día comenzó de maravilla, tenía dos grandiosos trabajo, tenía solo 21 años, ósea que era joven, una encantadora novia, un hermoso físico y su par de preciosos ojos.

En las mañanas y los fines de semana, trabajaba como mano derecha del chef del restaurante más grande del país, el Baratie, Sanji amaba cocinar y amaba la comida, era un gran honor estar ahí... Bueno ni tanto, porque su padre era el dueño del lugar, de hecho el fue quien le enseñó a cocinar, y aunque todos hubieran pensado que solo era la mano derecha de su padre porque era su padre, no era así, Sanji era de los mejores cocineros del mundo, merecía totalmente el puesto y más.

Y en la tarde , trabajaba en un laboratorio, desarrollando y creando sabores nuevos y artificiales para los alimentos, le encantaba lo que hacía, siempre amo la comida y le encantaba la idea de producir nuevos sabores para deleitar a las papilas gustativas más refinadas, un trabajo fenomenal sin duda alguna.

Aquella mañana había salido alegre del Baratie, aunque había peleado como siempre con su padre, era algo normal y que lo llenaba de vida, llegó al trabajo y se puso su bata, gafas y guantes, empezó a trabajar con esos químicos con mucho cuidado, era un día completamente normal.

Cuando acabó de trabajar, se ofreció a limpiar todo para que sus compañeros fueran a casa más temprano, en parte le gustaba quedarse solo en el laboratorio, se entretenía mucho.

Sanji se quito sus gafas y sus guantes, quedandose únicamente con la bata de laboratorio para protegerse grave error claramente.

Limpio frasco por frasco, abriendo alguno que otro para poder apreciar su aroma, como el de la menta, hierbabuena, entre otras, hasta que llegó a un frasco que tenía el nombre borrado, solo se podía ver una letra P medio borrosa.
Levantó su rizada ceja y abrió el frasco con algo de esfuerzo, estaba muy bien cerrado, pero finalmente lo logró, olfateo en exceso y estornudó.

-Pimienta... - Sonrió aunque le picaba mucho la nariz y siguió estornudando.

No podía contenerse, había inhalado demasiada y no podía dejar de estornudar, se tambaleó, sus ojos estaban llorosos, y estornudó una última vez tan fuerte que chocó contra uno de los estantes de metal, haciendo que muchas cosas cayeran, entre ellas un enorme saco de harina que hizo a Sanji estornudar aún más ya que creó una enorme nube de polvo, cubrió su nariz tratando de ver mejor, levantó la mirada y justo cayó un frasco rojo que estaba abierto por error, era picante, entró a sus ojos y le ardió tanto que gritó fuertemente haciendo que el poco personal que quedaba fuera a su auxilio.

-¡Sanji!

El rubio lloraba con los ojos cerrados, le ardía, le dolía como nunca antes algo le había dolido, sus ojos estaban seriamente dañados.

-¡Alguien llame a un doctor! Vas a estar bien Sanji. - Pero el rubio solo podía seguir llorando entre los brazos de su compañero.

Sanji fue trasladado al hospital, le había entrado a los ojos demasiado de ese picante, y no era cualquier picante, era una mezcla de los chiles más fuertes del mundo hecha polvo, no estaba probada aún y no se aseguraba que fuera comestible por tanto nivel de picante, lo seguro era que los ojos de Sanji estaban en riesgo.

Tras un pequeña "operación", Sanji estaba en cama aún con algunos tubos conectados a su brazo, tenía los ojos vendados, no veía absolutamente nada, todo era oscuro.

-Sanji-san... ¿Cómo estás?

-Pudding-chan. - Sanji levantó la cabeza al escuchar la dulce voz de su novia. - Bueno... Los doctores me dijeron que tengo graves problemas con mis ojos, sobre todo con el izquierdo, y que al parecer el picante era tan fuerte que quemó un poco de mis ojos, pero estaré bien... Solo que... Quizás no podré volver a ver... - La chica cubrió su boca para no gritar. - Lo sé... Podría hacerme una operación para salvarlos pero debo dejar que se recuperen un poco, dejarlos descansar por unos meses.

-Sanji-san yo... Lo siento mucho.

-No es tu culpa. - Sonrió triste el cocinero.

-¿Y la cirugía... Podría salvar tus hermosos ojos?

-No es seguro, es un riesgo hacerla, incluso si esperara los meses que pidieron.

-Sanji yo... No puedo, no puedo con el dolor de saber que estas en hospital, ¿Cómo verás si estoy bonita?

-Se que lo eres, no necesito verte para saber que eres hermosa.

-No Sanji... Lo que trato de decir es... No puedo con tanta presión, lo siento Sanji, terminamos...- Y la joven salió de la sala dejando al rubio con un roto corazón.

Sanji puso su mano en su rostro tratando de detener las lagrimas, pero, para sus sorpresa, en lugar de sentir la humedad de su llanto, sintió un vendaje en su rostro.

Sin poder ver no podía cocinar, sin sus ojos no podría apreciar la belleza de una mujer, con la presión había perdido a su amada, todo estaba perdido, su vida estaba arruinada.

Bueno, de inicio cre que no está tan mal o si? Bueno, pues aquí una nueva historia, espero les guste y si no háganme lo saber, aprecio tanto comentarios positivos como negativos, estoy abierta a sugerencias, y muchas gracias por leer ^^ esto sería todo por hoy, hasta lueegoolo

I don't see you... but I love you!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora