No estaba en mis planes estar frente a él de esta forma, vestidos de blanco y negro con un juez frente a nosotros mientras el acaricia mis manos con su pulgar mientras me sonrie trasmitiendo me con su mirada lo feliz que es en este preciso momento.
- Park Jimin, ¿aceptas a Min Yoongi como tu legítimo esposo?- escuche al juez mencionar la misma frase que un par de minutos antes le había hecho a mi prometido.
Se que quieren saber como llegué a esto.... La verdad es algo muy tan gay pero a la vez tan fifas!
Antes de contestar quiero contarles como es que llegue a este momento.
Hace un par de años, yo era amigo, mejor amigo, de Min Yoongi, un chico que a simple vista deba Aires oscuros, con ojos gatunos, siempre serio y vestido de negro, jugaba basquetbol y realmente era muy bueno pero nunca en un equipo de la secundaria.
Yo soy completamente lo contrario, la seriedad nunca estaba en mi, aunque dependiendo del tema, con ropas con colores vivos, etc... El punto es que era el lado blanco al oscuro de él.
Siempre nos juntábamos ya fuera en su casa o la mía, jugábamos pequeños partidos de fut y de basquet para después seguirlo jugando en los videojuegos.
Yoongi siempre escogía jugar FIFA y yo nunca le decía que no, así que aunque el era realmente malo y yo ganaba todo el tiempo.
Un día, después de haber perdido una cuarta vez contra mi, lo dejé solo para poder ir al baño, cuando salí lo vi moviendo el control para todos lados, y me rei por la frustración que de alguna manera lo hacía ver tierno y no hablaba solo de ese vistazo, sino de todo el tiempo.
Baje a la cocina, prepare palomitas, y subí la soda que estaba en el refri, desde el primer piso escuchaba como se quejaba, sin duda lo más gracioso. Volví ya con los bocadillos y los puse a un lado de él y yo me acosté en la cama, y él se encontraba sentado ya en el piso con las piernas cruzadas, señal de que ya se estaba hartando de estar perdiendo constantemente.
Y me acorde el día que fuimos al partió de JK cuando su novio Taehyung le grito que si ganaba lo besaría y me rei, sería una buena broma. Una broma contraproducente.
- Si ganas te daré un beso. - mencioné solo por mame solo por que me acorde de ese suceso.
- Va, pero solo si es con lengua. - realmente no esperaba que me siguiera el juego.
- Si, papi. - finalice el juego y me rei de lo patético y serio que sonó el asunto.
Reinicio la partida al principio se veía que no volvería a ganar pero de pronto todo dio un giro inesperado.
Ganó. Pará mí sorpresa ganó. Me rei y le hiba a comentar que eso se había visto muy gay pero él tomó mi mandíbula en el momento exacto y unió nuestros labios.
Fue el hecho de como su mano acariciaba mi mejilla y como sus labios rosaban tan delicado pero fuerte los míos,como si tuviera miedo de romperlos pero con las ganas de consumirlos en el proceso.
Verlo hacer tal acto me dejó sin palabras. No había broma. No había juego. No había nada. Solo ese momento. Cerré mis ojos y me deje ir, pude sentir como su lengua se habría aso a través de mis labios, como nuestras lenguas hacían un baile tan húmedo, como mi cuerpo reaccionaba con corrie tes eléctricas con solo rozar mi lengua o acariciar mi mejilla, me hizo sentir en las nubes, me hizo experimentar una de las mejores sensaciones que alguien pudo haber tenido, pero fue tan corta, a mi parecer nuestra unión que solo la falta de aire pudo separarnos.
Junto nuestras frentes, sinceramente tenía miedo de mirarlo, tenía miedo de que sólo haya estado en mi imaginación y nada de eso haya pasado. Al abrís mis ojos, ahí estaba él, su mirada tenía un brillo sin igual y en sus labios se abrieron en una sonrisa tan amplia que hasta mostraba sus encías lo sabía por que sentía la necesidad de verle su rostro completo.
Sonreí pues aunque me sentía un poco mareado por la orda de emociones me sentía tranquilamente feliz. Por primera vez en los 17 años que llevaba en este mundo me sentí de maravilla.
Volvió a unir nuestros labios pero esta vez en repetidas ocasiones para luego pasar por mi barbilla mis mejillas mi nariz y mis ojos y yo me sentía volar.
Una llamada interrumpió el momento. Su celular estaba sonando y el tono que tenía solo indicaba una cosa. Su madre era la que lo llamaba.
Salió de mi casa, después de dejarme con un sin fin de preguntas y ninguna respuesta en la mente.
No supe de él en dos días, luego me llamó de otro celular por que al muy tonto se le había perdido el suyo de camino a su casa después de haber colgado a su mamá,dijo que tuvo que salir a su ciudad a ver a su abuela que había enfermado.
Cuando regresó, lo único que hice fue corresponder a mis deseos y ellos querían que lo esperara en la central de trenesy eso hice, en cuanto lo vi y el me vio mi cuerpo solo corrió y lo abrace y el correspondió.
A pesar de estar frente a muchas personas, no nos importo, sólo existíamos él y yo. Y en un rápido acto me volvió a besar.
- Te extrañe, bebe. - no se si fue el hecho de que me besara, o el hecho de que me extrañará o simplemente la última palabra que resonaba en mi cabeza, la que hizo que me ruborizara e I hiera que escondiera mi rostro en la unión de su hombro y su mandíbula.
Su llegada solo hizo que se oficializará lo nuestro. Que a pesar de las críticas, insultos y complicaciones de cualquier tipo hacia nuestras personas, solo importara lo que nuestras familias y nosotros mismos pensáramos y creyeramos de nosotros y nuestra relación.
Y aquí estamos 5 amos después, él parado gente a mi esperando a que respondiera la pregunta que me había hecho el juez.
- Aceptó. - al sonreír mis ojos solo formaron dos medialunas.
Solo faltaba una cosa.
- Por el derecho que me confiere la nación, yo los declaró esposos! - todos hicieron sonidos de celebración junto a chiflados y gritos.
Pero para nosotros fue como ese día en mi habitación, cuando tenía 17 y el 19. Fue mágico, fue dulce y emocionante.
—Te amo - dijimos ambos juntando nuestras frentes y sintiendo la respiración del otro sin abrir los ojos.
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