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━━omegaverse.
alfa!bang x omega!lee.

━━fluff y cositas tiernas.

Sentado en el gélido suelo de su baño mientras densas y escurridizas lágrimas descendían por sus suaves mofletes, sus manitos apresaban entre sí a una de las tantas pequeña prueba de embarazo que se había realizado esa tarde y que confirmaban sus ...

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Sentado en el gélido suelo de su baño mientras densas y escurridizas lágrimas descendían por sus suaves mofletes, sus manitos apresaban entre sí a una de las tantas pequeña prueba de embarazo que se había realizado esa tarde y que confirmaban sus temerosas sospechas: estaba esperando otro cachorro de su alfa.

Su cuerpecito tembloroso sufrió unos cuantos espasmos en cuanto se puso de pie; un deje de felicidad florecía en su interior por la noticia, mas, estaba bastante asustado, por lo cual, lágrimas seguían resbalando desde sus cristalinos luceros y ya no podía descifrar su era por el temor o por la alegría que seguían brotando.

Un suspiro quebrado salió de entre sus belfos; ¿cuál se supone que sería la reacción de Christopher al enterarse de todo aquello? Recuerda que la primera vez no tuvo un muy buen resultado ante la noticia, a tal punto de que el alfa se fue de la casa por unos días, hiriendo a su lobo y provocando que su omega sintiera el rechazo tan profundamente y se sumiera en su propia depresión en el centro de un nido que, en medio de su llanto y con prendas de su –en aquel entonces– novio, armó. Luego de casi una semana y cuando no pudo aguantar más los reclamos de su lobo, el alfa volvió totalmente arrepentido a su hogar y dispuesto a actuar correctamente.

Ninguno de los dos había mencionado después el hecho de tener más cachorros una vez se dio el nacimiento de su pequeño SuNoo, quien ahora es un niño juguetón de tan sólo seis añitos; solía hacer muchos dibujitos y adoraba las galletas que le preparaba su mami Honnie.

Fue en ese momento cuando MinHo escuchó unos suaves pasos resonar en el pasillo y su mente ya había maquinado a su dulce cachorrito corriendo por la casa con las mejillas sonrojadas y el cabello revuelto. Su bebito ya tenía pintas de que cuando se proclamara, resultaría todo un alfita; un adorable pero valiente alfita.

—¿Mami? —El llamado resonó en su cabeza justo en el momento en que su pequeño bebé asomó su linda cabellera por el espacio que la puerta dejaba libre—. ¿Puedo entrar? Por fis, por fis, por fis.

MinHo dio una sonrisa floja.

—Por supuesto, cielo; ven, pasa —respondió. Sus inestables manos tratando de limpiar un poco el camino de lágrimas que bañaba su rostro.

El pequeño SuNoo observó a su mami con ojitos curiosos.

—¿Alguien te hizo daño, mami?

Entonces fue el turno de MinHo para inquirir:—¿Por qué preguntas eso, cachorro?

—Las dalias de tu aromita no están dulcitas, ¡tus mejillitas tienen lágrimas! —contestó el cachorro con un deje de tristeza en su voz—. ¡Le diré a papi Channie que muerda a quien te hizo y daño, y yo le ayudaré! —exclamó, decidido de sus palabras.

𝐒𝐎𝐑𝐏𝐑𝐄𝐒𝐈𝐓𝐀𝐒 𝐘 𝐂𝐀𝐂𝐇𝐎𝐑𝐑𝐎𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora