—Sí-sí... Lo sé, es solo que... Estaba pendiente de que a Undyne no le pasara nada y...
Fell se estaba desesperando. Perdían tiempo valioso por alguien que no se decidía.
—¿Y? —el de ropas góticas casi le grita impaciente.
—Hey, cálmate un momento. Tal vez pueda ser importante. —Sans intervino.
—Vi-vi hacia donde se dirigían unos de los chicos que escaparon.
—Vaya, eso nos ayudará mucho. —Carrot sonrió. —Muy bien. Gracias por decirnos.
—¡No es nada! A pesar de que empecé a idolatrar a Frisk siempre venía de visita a ver a Undyne. Por eso cuando llegue los vi irse por ese callejón.
—¿Ves? A veces es bueno no hacer las cosas de manera precipitada. —el de suéter naranja se adelantó.
Mientras caminaban Fell cayó en cuenta de algo.
—Eres pesado para solo ser un costal de huesos.
—Oigan, chicos. Hay algo que debo contarles. —los dos observaron al más alto. —Creo que encontré a una de los que manipuló Chara en uno de estos callejones.
—No me digas más porque me provoca revivirla solo para matarla yo mismo. —Fell gruñó.
Sans bostezó.
—Bien. No te contaré más porque realmente no fue agradable. Solo pensé que tenían que saberlo.
—Con solo verla una vez ya sabíamos que estaba mal de la cabeza. Puedo hacerme una idea.
Los ronquidos del bromista les hizo verle por un momento.
—Prácticamente nos quedamos solos. —miró hacia Monster Kid. —Si no fuera porque lo veo y no lo creo, jamás pensaría que cambiarías tanto.
