Solo por diversión. [Gabriel x Nathalie]

Capítulo 25

"No Nathalie, es qué no lo entiendes?"

"No Gabriel, no logro comprender."

Apretando los dientes entre sí, dio un paso al frente de ella, haciendo que ella levantará la mirada por la diferencia de estatura.

"Pues te lo vuelvo a decir: no, no y no Nathalie, no te amo y no lo haré. Mi corazón pertenece a una persona y sólo a esa persona. No lo entiendes? Para ti sólo tengo ojos de asistenta, no de amante."

Lágrimas.

Cuanto daría ella para que eso cambiará, para que todo fuera un sueño mal escrito, mal hecho y mal imaginado. Pero no es así, está es la cruel realidad y el no la ama como ella lo hace con el.

"Algún día Gabriel Agreste, te vas a arrepentir de tus palabras."

"Te digo yo a ti que no me arrepentiré de mis malditas palabras, Sancoeur."

Nathalie asintió, limpiando sus lágrimas de las mejillas y de debajo de sus lentes, dando un paso hacía atrás y volteándose para dar frente a su escritorio. Tomó el papel que yacía encima de la mesa para así darse la vuelta y acercarse a su jefe. Estando cerca de el, le pego el papel en su pecho, sonriendo para si misma.

"Que te vaya bien buscando otra maldita asistente, Agreste."

Gabriel tomó el papel en sus manos cuando Nathalie ya había cruzado por la puerta, dando un portazo fuerte. Vio y leyó el papel, confirmando que había renunciado de su trabajo.

Desde cuándo tenía ella esto planeado? Nunca lo sabrá, nunca le va importar.

Rompió el papel en trozos para dejarlo caer al suelo del todo, paso por encima del papel para pasar de largo hacía el escritorio de ella, — o ex escritorio por lo visto.

No, no es un idiota por haber perdido a su mejor asistente, la que confiaba todos sus secretos, pero no, no es un idiota si estás buscando decirle así.

Podrá encontrar otra asistente en menos de un cuarto de hora y hará mejor trabajo que Nathalie seguramente.

Tiró el ordenador al suelo al imaginar todo lo que tiene que hacer por los siguientes minutos solo, sin compañía alguna, pero no le importa.

Se quitó su abrigo para así quedar sólo en la camisa blanca de botones que lleva, quitándose también la corbata tirándola al suelo y dejándola ahí mismo junto con el abrigo.

Unos sentimientos no pueden hacer que nada cambie, se suponía, pero todo cambia para bien o para mal. En este caso, en el caso de Gabriel Agreste, las cosas han cambiado para mal, para peor incluso. Pero no lo demuestra y no lo hará. Fuerte no es una palabra que lo definiría. Cobarde es una.

Se sentó en el sofá que yacía en el atelier, colocando su dedo índice y pulgar en el puente de su nariz y comienzo de frente.

Irritado. Frustrado. Idiota. Imbécil.

En la vida siempre hay cosas que pasan por un razón, ya sea buena o mala. Pero al perder tu mejor amigo, perder la confianza o perder tu mascota más querida, eso es un golpe bajo en las bolas.

Gabriel Agreste no muestra sus emociones o eso intenta, pero sabe que se ha mentido así mismo al decir que no le importa, que no se arrepentirá de sus palabras. Porque en el fondo sabe que eso no es verdad, es una mentira bien creada para lastimar a la otra persona. Una persona la cual el quiere y aprecia mucho pero no se lo demostró nunca. Su única confidente en todo le ha dejado. ¿Por qué tenían que haber sentimientos en ella por el? No pudo ser otra persona?